Amar a los pobres: un camino de siete pasos que transforma nuestras vidas

Compartir

Seamos realistas: nuestra sociedad tiene un problema con pobreza. Apartamos la mirada cuando pasamos junto a una persona sin hogar, cruzamos la calle para evitar que se nos acerquen, nos decimos que no tenemos tiempo o que no es nuestra responsabilidad. Esta indiferencia, la papa León XIV Lo denuncia en su exhortación« Dilexi te »"(que significa "Te he amado"). Nos ofrece un recorrido espiritual de siete pasos para aprender a ver a Cristo en los más pobres de entre los pobres.

Este no es un curso de teología abstracta, sino un verdadero manual de transformación personal. Porque, en definitiva, se trata de aprender a amar. los pobres, Significa aceptar ser evangelizados por ellos, cambiar nuestra perspectiva del mundo y descubrir que Dios se esconde donde menos lo esperamos. Pierre Durieux, secretario general de la Federación de la Villa San José, identificó estos siete pasos en el texto papal. Analicémoslos juntos.

Los primeros pasos: salir de nuestra zona de confort

Derribando el muro de la indiferencia

El primer paso es, sin duda, el más difícil: reconocer que vivimos en una cultura que rechaza a los demás sin siquiera darnos cuenta. Todos tenemos nuestras pequeñas estrategias de evasión. Miramos el móvil cuando alguien nos pide ayuda, aceleramos el paso, fingimos buscar algo en el bolso. Estos reflejos se vuelven tan automáticos que ya ni siquiera los cuestionamos.

EL papa León XIV plantea una pregunta inquietante: ¿por qué seguimos excluyendo? los pobres ¿Por qué preocuparnos cuando las Escrituras son absolutamente claras al respecto? Él no dice que sea fácil; al contrario. Reconoce abiertamente la dificultad de esta tarea. Pero reconocer una dificultad no es excusa para la inacción.

En la práctica, este primer paso comienza con un ejercicio de honestidad consigo mismo. La próxima vez que te encuentres con alguien que necesite ayuda, observa tu reacción interna. ¿Es vergüenza? ¿Miedo? ¿Desprecio disfrazado de justificación ("solo van a comprar alcohol con mi dinero")? Esta consciencia es esencial. No podemos cambiar lo que nos negamos a ver.

Pasando de la teoría a la práctica

El segundo paso nos invita a cuidar a los más pequeños. Pero cuidado, los... papa León XIV Esto expone dos trampas en las que caen muchos católicos.

La primera trampa es pensar que caridad Es un asunto puramente personal. Ya sabes, esa idea de que podemos hacer una pequeña buena obra de vez en cuando, donar unos euros a una organización benéfica y decirnos que hemos hecho nuestra parte. Mientras tanto, dejamos que el sistema económico liberal "regule" las injusticias a su antojo. papa nos recuerda que es necesaria una conversión global, un cambio estructural en la sociedad. Caridad El individuo por sí solo no es suficiente si las estructuras sociales continúan produciendo pobreza.

La segunda trampa es la opuesta: pensar que caridad Es puramente político, una responsabilidad del Estado. Nos decimos que son los políticos quienes deben resolver el problema, que ya pagamos nuestros impuestos y que eso debería bastar. Pero León XIV Requiere un encuentro personal. Debemos detenernos, mirar al pobre a la cara, tocarlo, compartir algo de nosotros con él.

La opción preferida para los pobres Esto no es una invención reciente ni una moda teológica. Es la elección de Dios mismo, como lo demuestran secciones enteras de la historia de la Iglesia. Piensen en San Francisco Desde Asís abrazando al leproso, hasta Santa Madre Teresa recogiendo a los moribundos en las calles de Calcuta, hasta San Vicente de Paúl organizando caridad Sistemáticamente. No eligieron entre la acción personal y el cambio estructural. Hicieron ambas cosas.

Para hacernos amigos y hermanos

La tercera etapa trastoca por completo nuestra comprensión de la relación con los pobres. Debemos abandonar la idea de una relación vertical, donde un rico generoso menosprecia con condescendencia a un pobre que se espera que sea agradecido. Esta visión es profundamente tóxica, incluso cuando se disfraza de generosidad.

EL papa León XIV, influenciado por la tradición latinoamericana que comparte con el papa François, Habla de amistad. La palabra aparece veinte veces en su texto. Y aquí encontramos la intuición de los obispos reunidos en Aparecida en 2007: solo pasando tiempo con los pobres nos convertimos en sus amigos.

La amistad, por definición, implica una relación de igualdad y reciprocidad. No elegimos ser amigos de alguien por lástima, sino porque reconocemos su valor intrínseco, porque aporta algo a nuestras vidas. Esta perspectiva lo cambia todo. La persona pobre ya no es un objeto de... caridad, sino un sujeto con el que se entra en una relación.

Pero el papa Va más allá: no se trata solo de ser amigos, sino hermanos. La palabra "hermano" aparece veintiséis veces en la exhortación. ¿Cuál es la diferencia? Elegimos a nuestros amigos, pero recibimos a nuestros hermanos. Los pobres No son un problema a resolver, sino hermanos y hermanas a los que acoger. Eso es lo que François Nos recordó durante el almuerzo que había ofrecido a 1.300 pobres en los jardines de Vaticano en noviembre de 2025:« Fraternidad, ¡Sí…así es la vida!»

Transformar radicalmente nuestra perspectiva

Los pobres como maestros espirituales

El cuarto paso implica una inversión total de perspectiva. No solo debemos abandonar la relación vertical, sino que debemos rebajarnos, reconocer que los pobres tienen algo que enseñarnos.

Por supuesto, debemos anunciar a Cristo a los más pobres. papa León XIV Lo dice claramente: la peor discriminación que sufren los pobres Es la falta de atención espiritual. No basta con darles comida o techo. También necesitan escuchar la Buena Nueva. Pero aquí radica la magnífica paradoja del Evangelio: son precisamente... los pobres quienes nos evangelizan.

Esta afirmación puede parecer impactante o paternalista a primera vista, pero está atestiguada por toda la tradición cristiana. Es una experiencia sorprendente que se convierte en un verdadero punto de inflexión en nuestra vida personal: cuando realmente salimos... los pobres, descubrimos que nos enseñan lo esencial sobre Dios, sobre fe, sobre lo que realmente importa en la vida.

¿Cómo es esto posible? papa Esto nos da una clave: la realidad se ve con mayor claridad desde los márgenes. Cuando nos sentimos cómodos en el centro, tendemos a confundir nuestras propias perspectivas con la verdad universal. Pero desde los márgenes, desde las periferias existenciales, vemos cosas que no podemos ver desde el centro. Los pobres están dotados de una inteligencia especial, indispensable para la Iglesia y para la humanidad.

Consideren estos ejemplos concretos. ¿Cuántas personas que han vivido experiencias difíciles demuestran profundidad espiritual, capacidad para distinguir lo esencial de lo superficial, una generosidad paradójica? Todos hemos oído historias de personas empobrecidas que comparten lo poco que tienen con mayor generosidad que las personas adineradas. Esto no es folclore ni ingenuidad. Es una profunda realidad espiritual.

Reconociendo la carne de Cristo

El quinto paso nos lleva al corazón del misterio cristiano. Los pobres No son una categoría sociológica, una estadística ni una cuestión de política pública. Son la carne misma de Cristo.

Esta afirmación no es una metáfora poética. Es una realidad teológica. San Juan Crisóstomo ya lo expresó con contundencia: "¿Queréis honrar el cuerpo de Cristo? No lo despreciéis cuando está desnudo, mientras que aquí lo honráis con vestiduras de seda".«

Hay algo profundamente hipócrita en venerar al Cristo presente en la Eucaristía, Decorar nuestras iglesias con magnificencia, arrodillarnos ante el Santísimo Sacramento, si nos cruzamos con un pobre en la calle sin detenernos. El mismo Cristo está presente en ambos. Es la constante realización del Evangelio de Mateo, capítulo 25: «Tuve hambre y sed, estuve enfermo o en necesidad». prisión, "Desnudo o un desconocido... ¡Y era yo!"»

EL papa León XIV Establece un paralelo sorprendente. Jesús nos prometió: «Yo estoy con vosotros siempre, hasta el fin del mundo». Y también dijo:« Los pobres, "Siempre los tendrás contigo". Estas dos frases están relacionadas. Si los pobres están siempre con nosotros, es porque Cristo está siempre con nosotros, escondido en su carne.

Esta perspectiva debería transformar completamente nuestro enfoque. los pobres. Debemos acercarnos a ellos con el corazón de rodillas, como lo haríamos ante el Santísimo Sacramento. No con una compasión condescendiente, sino con el profundo respeto que le otorgamos a una presencia sagrada.

En la práctica, ¿qué cambia esto? Cambia nuestra perspectiva. Cuando veas a una persona sin hogar en el metro, intenta decirte: «Quizás sea Cristo». No «Es como si fuera Cristo», sino «Es Cristo». Observa cómo este simple cambio de perspectiva transforma tu percepción, tu actitud, tu apertura.

Amar a los pobres: un camino de siete pasos que transforma nuestras vidas

Pasando a la acción concreta

La limosna como acto de justicia

La sexta etapa nos devuelve a la tierra. papa León XIV No nos deja en un misticismo desencarnado, lleno de nobles sentimientos y fervor espiritual. Concluye con la limosna. Y ahí, tocamos algo esencial: la verdad de tu compromiso quizás se mide por lo que das a los más pobres.

La limosna tiene mala reputación en nuestra sociedad moderna. Se considera un gesto paternalista y arcaico que perpetúa la dependencia. Pero esta visión es superficial e ignora la profundidad de la tradición cristiana sobre este tema.

San Agustín Como ya afirmó, la limosna es una restauración de la justicia, no un gesto paternalista. ¿Qué significa esto? Que los bienes de este mundo son para todos. Si algunos tienen más de lo necesario mientras que otros carecen de lo necesario, existe una injusticia objetiva. La limosna no crea una deuda de gratitud de los pobres hacia los ricos. Simplemente restablece un equilibrio que nunca debió romperse.

Además, la limosna tiene una profunda dimensión espiritual. Puede «destruir los pecados del pasado», nos dice el texto papal. San Juan Crisóstomo usó una imagen magnífica: la limosna es «el ala de la oración. Si no le das alas a tu oración, no volará».»

Piénsalo un momento. Puedes rezar todo lo que quieras, ir a la iglesia, participar en todos los grupos de oración, pero si no das nada a los pobres, tu oración se queda anclada en la tierra. No llega al corazón de Dios. ¿Por qué? Porque está desconectada de la realidad concreta del amor, que siempre implica entrega.

Pero ojo, la limosna no consiste solamente en dar unas monedas de vez en cuando para aliviar la conciencia. papa Habla de gestos personales, frecuentes y sinceros. Quedarnos en el mundo de las ideas y las discusiones, sin estas acciones concretas, arruinará nuestros sueños más preciados.

¿Cómo puedes poner esto en práctica? Aquí tienes algunas sugerencias concretas. Primero, lleva efectivo contigo con regularidad. Sí, incluso en la era de los pagos sin contacto. Lleva siempre contigo algunos euros para poder donar cuando surja la oportunidad. No te preocupes por lo que la persona hará con el dinero. Ese no es tu problema. Tu responsabilidad es dar.

A continuación, analiza tus gastos mensuales y decide un porcentaje para donar regularmente. Podría ser 1%, 5%, 10%, según tus posibilidades. Pero debe ser regular y sistemático, no solo cuando lo pienses o cuando te sientas generoso.

Finalmente, dona tu tiempo, no solo tu dinero. Colabora con una organización benéfica, un comedor social o un albergue. Tu presencia cuenta tanto como la ayuda material. A veces, incluso más. Muchas personas que viven en la pobreza sufren sobre todo por la invisibilidad, por la sensación de no importarle a nadie. Tu presencia regular, aunque sea solo una hora a la semana, puede transformar una vida.

El secreto de "Te amé"«

El séptimo y último paso revela el secreto de todo este proceso. papa Concluye su carta volviendo a su título: "« Dilexi te »Te amé«. Y allí nos hace comprender algo profundamente conmovedor sobre nuestro papel en el plan de Dios.

Todos estos pasos que hemos dado, todos estos esfuerzos para cambiar nuestra perspectiva, para encontrarnos con... los pobres, Darles nuestro tiempo y nuestros recursos tiene un solo propósito: permitir que estas personas sientan que las palabras de Jesús se dirigen a ellos: «Yo los he amado».»

EL papa especifica: "Ya sea a través de tu trabajo, de tu lucha por cambiar estructuras sociales injustas, o incluso a través de este sencillo, muy personal y cercano gesto de ayuda..." En otras palabras, sea cual sea la forma de tu compromiso, el objetivo sigue siendo el mismo.

Y aquí está el giro final: no se trata tanto de declarar nuestro amor a Dios, ni siquiera a los pobres. Nuestras acciones por los pobres Éstos son los caminos que Dios toma para decirles: «Te amo».»

Deja que esta verdad penetre en ti. No eres un generoso benefactor que realiza una buena obra. Eres el instrumento a través del cual Dios expresa su amor por los más vulnerables. Cuando te detienes a hablar con una persona sin hogar, es Dios diciéndole: "Me importas". Cuando colaboras voluntariamente con una organización benéfica, es Dios diciéndole a esas personas: "No estás solo". Cuando luchas por más... justicia social, Es Dios quien grita al mundo: "¡Estas vidas tienen valor!"«

Ese es el secreto de "« Dilexi te »"Dios declara su amor a los más pobres, a través de nosotros." Y el papa León XIV Y concluyó con contundencia: "¡Tiene que arder!".«

Esta imagen del fuego no es insignificante. El amor de Dios por los pobres No es tibio, ni cortés, ni correcto. Es un fuego consumidor. Y estamos llamados a ser la leña que aviva este fuego, a dejarnos consumir por esta pasión divina por los más pequeños.

Un camino que nos transforma tanto como a ellos.

Al final de este recorrido de siete pasos, algo debería quedar claro: este camino transforma tanto a quien lo recorre como a quienes se supone que ayuda. Esta puede ser incluso la paradoja más profunda del Evangelio. Al aprender a amar... los pobres, Somos nosotros quienes nos enriquecemos. Al ponernos a su servicio, son ellos quienes nos evangelizan. Al darles, somos nosotros quienes recibimos.

Este proceso no es fácil. El papa León XIV Ella lo reconoció desde el principio. Nos invita a salir de nuestra zona de confort, a cuestionar nuestros prejuicios, a confrontar nuestros miedos y nuestra indiferencia. Nos llama a un compromiso concreto, no solo a los buenos sentimientos. Exige que demos no solo de lo que nos sobra, sino de nosotros mismos.

Pero es precisamente en esta dificultad donde reside la promesa de transformación. San Juan de la Cruz Dijo: «Donde no hay amor, siembra amor, y cosecharás amor». Esto es precisamente lo que sucede cuando nos comprometemos con los pobres. Llevamos amor donde reinan la indiferencia y el rechazo, y cosechamos no solo su amor, sino también una comprensión más profunda del amor de Dios.

Entonces, ¿por dónde empiezas? No te presiones para completar los siete pasos a la vez. Empieza por el primero: liberarte de la indiferencia. La próxima vez que veas a alguien necesitado, detente. Míralo atentamente. Salúdalo. Pregúntale su nombre. Es un pequeño paso, pero es un comienzo.

A continuación, busca una forma concreta de involucrarte, según tus posibilidades. Esto podría significar unirte a una asociación, donar regularmente a una organización benéfica o simplemente acostumbrarte a charlar con la gente que conoces por la calle. Lo importante no es la magnitud de tu acción, sino su regularidad y sinceridad.

Recuerda que en este camino no estás solo. Caminas tras las huellas de miles de santos que descubrieron el rostro de Cristo en... los pobres. Y sobre todo, os sostiene el amor mismo de Dios, que quiere usar vuestras manos, vuestra voz, vuestra presencia, para decir a toda persona necesitada: «Yo te he amado».»

Debe arder con fuerza. Entonces, ¿estás listo para dejarte consumir por la pasión de Dios por los más pequeños? ¿Estás listo para convertirte en el instrumento mediante el cual el amor divino se manifiesta concretamente en nuestro mundo? Es una vocación exigente, pero también es el camino más seguro hacia nuestra propia santificación. Porque al final, amando... los pobres, Somos nosotros mismos a quienes salvamos.

Vía Equipo Bíblico
Vía Equipo Bíblico
El equipo de VIA.bible produce contenido claro y accesible que conecta la Biblia con temas contemporáneos, con rigor teológico y adaptación cultural.

Lea también

Lea también