El exsoldado convertido en obispo misionero, testigo de la misericordia en la Galia del siglo IV.
En el siglo IV, en una Galia todavía dividida entre el paganismo y el cristianismoEn 1800, un joven soldado romano se atrevió a realizar un acto de caridad: cortó su manto para un pobre. Este gesto, que se convirtió en símbolo, revela a San Martín de Tours, uno de los primeros santos no mártires de la Iglesia. Figura de la solidaridad y la evangelización, sigue invitando a los creyentes de hoy a unir la fe y la compasión, la acción y la contemplación.
Servir a Cristo en los pobres
Nacido alrededor del año 316 en Panonia (actual Hungría), Martín, hijo de un tribuno romano, creció en un ambiente militar. Desde muy joven sintió la llamada de Cristo a pesar del paganismo imperante. Reclutado a los quince años en la caballería imperial, fue destinado a la Galia, a Amiens, donde su vida cambió radicalmente.
Un día de invierno, se topó con un mendigo semidesnudo. Sin dudarlo, Martín cortó su capa en dos para cubrirlo. La noche siguiente, Cristo se le apareció, vestido con esa capa rasgada. Esta visión completó su conversión: Martín pidió inmediatamente ser bautizado.
Tras abandonar el ejército, se unió a San Hilario de Poitiers, defensor de Cristo, el verdadero Dios, contra el arrianismo. Juntos fundaron la primera comunidad monástica conocida en la Galia, en Ligugé. Allí, Martín se formó a través de la oración y la sencillez.
Hacia el año 370, los habitantes de Tours le pidieron que fuera su obispo. Aceptó por obediencia, manteniendo la vida de monje. Rechazando toda pompa, recorrió las aldeas predicando la conversión y destruyendo templos paganos. Llegó a ser conocido como “el apóstol del campo”.
Hasta su muerte en Candes en el año 397, dedicó su vida a construir monasterios, unir a los pueblos y proteger los pobresSus últimas palabras resumen su fidelidad: se declaró dispuesto a continuar la lucha de Cristo hasta su último aliento. Su tumba en Tours se convirtió inmediatamente en un importante lugar de peregrinación.

Las historias que lo rodean
Los primeros relatos, en particular los de Sulpicio Severo, describen la vida del santo con sobriedad. Un episodio legendario se entrelaza en esta historia: durante el traslado de su cuerpo a Tours, se dice que las flores volvieron a florecer, a pesar de la estación del año. Este fenómeno se conoció como el «Verano de San Martín», símbolo de dulzura y renacimiento espiritual.
Estas historias, ya sean históricas o poéticas, todas enfatizan el mismo mensaje: caridad La acción transforma la naturaleza y los corazones. Martín no actúa por heroísmo, sino por fidelidad al Evangelio encarnado.
Mensaje espiritual
El gesto del manto sigue siendo una parábola viva de la generosidad. San Martín no regala lo que le sobra; comparte lo que lleva consigo. La verdadera misericordia no espera a ser rica: actúa cuando otros sufren.
Su ejemplo recuerda el Evangelio según Mateo: “Estaba desnudo, y me vestisteis”. El discípulo de Cristo jamás separa la fe de la ternura. Como Martín, todos podemos manifestar la presencia de Cristo en gestos sencillos, encuentros anónimos y silenciosos actos de solidaridad.
Oración
Señor Jesús,
Tú, que mostraste tu rostro al pobre hombre de Amiens,
Danos un corazón atento y manos abiertas.
Enséñanos a compartir sin calcular el costo.,
reconocer tu presencia en las cosas más pequeñas.,
y difundir paz Donde la dureza divide.
Que San Martín nos guíe por este camino de misericordia.
Amén.Vivir
- Dar una prenda de vestir, una comida o una sonrisa a una persona necesitada.
- Llamar o visitar a alguien que está olvidado o aislado.
- Lee y medita durante diez minutos en Lucas 3:10-11: “El que tenga dos vestidos, que dé uno al que no tiene ninguno”.”
Lugares
El culto a San Martín ha marcado la historia religiosa de Francia. En Tours, la basílica reconstruida en el siglo XIX sobre su tumba sigue siendo un importante lugar de oración. Innumerables pueblos, calles e iglesias llevan su nombre.
Fue en Candes-Saint-Martin, a orillas del Loira, donde expiró, rodeado de sus discípulos. Según la tradición, su cuerpo fue llevado en barco a Tours cuando la naturaleza volvía a florecer. Esta «primavera otoñal» nos recuerda que caridad Devuelve la vida al corazón mismo del frío.
En toda Europa, desde Hungría hasta Bretaña, vidrieras, estatuas y frescos celebran al soldado que se convirtió en obispo. Martín, patrón de los soldados, los pobres y los comisarios militares, sigue siendo una figura que encarna el coraje y compasión.
Liturgia
- Lecturas: Isaías 61:1-3 / Lucas 17,11-19 – Cristo sana y envía.
- Canción: Ubi caritas et amor, símbolo de la unidad que sembró Martín.


