Cuando el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de la Santa Sede, subió al podio de la COP30 En Belém, el 7 de noviembre de 2025, la asamblea se quedó repentinamente en silencio. Ante jefes de Estado, expertos y activistas ambientales de todo el mundo, tenía en sus manos un mensaje largamente esperado: el de la papa León XIV. El texto del Santo Padre, sencillo y claro, llevaba un título fascinante, casi provocador en su delicadeza: «Si quieres construir paz, "Protege la Creación.".
Este mensaje, leído en inglés, es coherente con la doctrina social de la Iglesia y responde a la actual emergencia climática. Diez años después de la encíclica Laudato si'’ Desde Francisco, y una década después del Acuerdo de París, la Santa Sede quiso recordar a todos que la lucha ecológica no es un lujo moral, sino una elección civilizatoria, profundamente espiritual.
Un mensaje plantado en el corazón del Amazonas
Belém, capital del estado de Pará, en el norte de Brasil, respira la humedad y el verde intenso de las riberas del Amazonas. Es aquí, en el corazón de la selva tropical más grande del mundo, donde se celebró la 30.ª Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (...)COP30) encontró refugio. El simbolismo es poderoso: entre la desembocadura del río y el dosel continental, la palabra de papa On Creation resuena como un llamado al respeto por una tierra amenazada y un equilibrio roto.
Cuando el cardenal Parolin habló el viernes por la mañana, la voz del pontífice ya resonaba en la mente de la gente. Con un tono mesurado pero firme, el mensaje del papa enfatiza que paz No se puede construir una verdadera alianza sin respeto por la naturaleza. Porque donde la tierra es herida, la humanidad sufre; donde se explota el medio ambiente, la justicia flaquea. León XIV Retoma la antigua convicción, ya expresada por Benedicto XVI: existe un vínculo indisoluble entre Dios, los seres humanos y el mundo creado.
En otras palabras, paz No se trata solo de la ausencia de guerra: se trata de la correcta armonía entre el hombre y lo que Dios le confía.
El vínculo entre la paz y la ecología
Aquí reside la esencia del mensaje papal: conectar la cultura de paz a la preservación de la Creación. En la tradición bíblica, la Creación no es un recurso anónimo para ser explotado, sino un hogar común que debe ser cuidado. papa León XIV Esto nos lleva a una proposición fundamental: la crisis ecológica es también una crisis espiritual, una fractura interna que lleva al hombre a creerse propietario en lugar de guardián.
Desde esta perspectiva, el Santo Padre subraya el vínculo directo entre la violencia que los seres humanos infligen a la naturaleza y la violencia que se infligen entre sí. Contaminar, deforestar y explotar los recursos naturales sin control priva a las futuras generaciones de esperanza y, en última instancia, siembra las semillas de una sociedad plagada de conflictos.« Paz Según escribe, la creación se ve amenazada no solo por las armas, sino también por la falta de respeto a la misma.
La formulación es impactante. Desafía la forma habitual en que Occidente ve los conflictos: aquí, ya no se trata solo de fronteras o rivalidades, sino de estilo de vida. clima se convierte en una dimensión moral de paz.
Cuando el Papa aboga por el multilateralismo
León XIV aboga por un multilateralismo renovado, que no excluya la fe sino que se base en valores universales: la dignidad de todo ser humano, la santidad de la vida y el bien común. Estos tres conceptos, dijo, deben volver a convertirse en la base de todas las negociaciones internacionales.
EL papa No aboga por un enfoque puramente tecnocrático de la ecología ni por promesas abstractas de reducción de emisiones de CO₂; hace un llamado a un cambio de mentalidad. En esta visión, la política misma debe convertirse en un acto moral, un servicio desinteresado, en lugar de permanecer atrapada en cálculos electorales.
Su llamamiento a la responsabilidad global contrasta marcadamente con los repliegues nacionalistas o la tentación del "sálvese quien pueda". Lamenta los comportamientos humanos marcados por el "egoísmo colectivo y la miopía", expresiones que utiliza para describir tanto la lógica económica a corto plazo como la indiferencia general.
En Belém, esta aclaración tuvo eco entre muchas delegaciones de regiones gravemente afectadas por las consecuencias del calentamiento global. Los líderes de las Islas del Pacífico, por ejemplo, acogieron con beneplácito las palabras de papa, recordándonos que para ellos la ecología no es una ideología sino una cuestión de supervivencia.
Una COP marcada por la esperanza
Palabras en contra de la renuncia
Durante años, las conferencias mundiales sobre el clima La opinión pública las observa con hastío, incluso con escepticismo. Promesas incumplidas, presupuestos insuficientes, divisiones políticas: a veces se considera que la COP es impotente ante la magnitud del desafío. El Santo Padre, sin embargo, propone una perspectiva diferente: no una cumbre diplomática más, sino un laboratorio para la fraternidad mundial.
En su mensaje, habla de una "señal de esperanza": una esperanza que no niega la gravedad de la situación, sino que se basa en la convicción de que todo ser humano puede cambiar de perspectiva. Nos invita a... COP30 Un lugar de diálogo donde las diferencias se convierten en un activo más que en un obstáculo.
«Respetar las ideas de los demás», escribe, «es ya proteger la Creación», porque el respeto es una actitud ecológica por su propia naturaleza: implica que aceptamos no poder controlarlo todo.
La solidaridad, tema central del pensamiento papal
Esta esperanza encuentra su extensión en la noción de solidaridad. León XIV es parte de una continuación de Juan Pablo II, quien, ya en 1990, describió la crisis ecológica como un "problema moral". papa Los polacos ya consideraban la destrucción del medio ambiente como una injusticia hacia los pobres, porque siempre son los más vulnerables quienes sufren las primeras consecuencias del cambio climático.
Hoy más que nunca, esta observación es innegable. papa León XIV Conviene recordar que «las personas más vulnerables son las primeras en sufrir los efectos devastadores de la deforestación y la contaminación». Inundaciones en Asia, sequías en África, Aumento del nivel del mar en el Caribe: el mapa climático mundial es también el de pobreza.
Por eso el Santo Padre habla de una «expresión de humanidad y solidaridad» al referirse al cuidado de la Creación. No es una mera adición al alma, sino una exigencia de justicia.’ecología integral, un concepto querido por la Iglesia desde Laudato si'’, Por lo tanto, no se limita a una preocupación ambiental, sino que abarca al ser humano en su totalidad: su relación con los demás, con la sociedad y con Dios.
Todos los actores en la casa común
León XIV No se olvida de nadie. En su mensaje, cita explícitamente la larga lista de actores llamados a participar en esta visión común: gobiernos locales, investigadores, generaciones más jóvenes, emprendedores, líderes religiosos, ONG.
Este pasaje ilustra la convicción de que la transición ecológica debe ser un esfuerzo colectivo. No podemos salvar el planeta mediante decisiones aisladas ni acciones individuales, por sinceras que sean. Es la sociedad en su conjunto la que debe encontrar una nueva forma de coexistir con la Tierra.
En Belém, varios alcaldes presentes acogieron de inmediato esta idea, mencionando iniciativas locales: reforestación urbana, transporte no contaminante, cadenas de suministro cortas. La ecología de papa No es ideológico: es pragmático y alegre, arraigado en acciones concretas que unen a las personas en lugar de dividirlas.
Diez años de Laudato si'’ y el Acuerdo de París
Dos aniversarios que se hacen eco el uno del otro.
El año 2025 marca un doble hito: el de la COP de París de 2015, donde se adoptó el primer gran acuerdo climático universal, y el de la encíclica Laudato si'’, el texto principal de papa Francisco sobre «la salvaguarda de nuestra casa común». Diez años después, ambos legados se entrelazan: acuerdo político por un lado, inspiración espiritual por el otro.
León XIV, El sucesor de François Hollande ve esto como un punto de inflexión que debe revitalizarse. Reconoce que el camino hacia los objetivos fijados por el Acuerdo de París aún es largo, pero Laudato si'’ Sigue siendo una brújula. Este texto, escrito para despertar conciencias, continúa alimentando una comprensión más profunda de la ecología, no solo como ciencia, sino como una actitud de gratitud y responsabilidad.
Sin embargo, si bien la encíclica ya hablaba de "conversión ecológica", León XIV Introduce un nuevo término: conversión total. Este término implica una exigencia más íntima, casi mística. Ya no se trata simplemente de cambiar nuestros sistemas, sino de transformar nuestra visión de la Creación y de Dios.
El rostro humano de la crisis climática
¿Qué es eso? papa Lo que más teme es la deshumanización del debate medioambiental. Si hablamos de toneladas de carbono o grados Celsius sin tener en cuenta a las personas involucradas, la acción se vuelve fría e ineficaz. De ahí su insistencia: «No olvidemos el lado humano de la crisis climática».
Esta declaración, realizada en Belém, fue recibida como un oportuno recordatorio. Porque el verdadero peligro hoy no es simplemente la inacción: es la pérdida de sensibilidad moral. Con demasiada frecuencia, las conferencias internacionales producen un lenguaje abstracto y desvinculado de la realidad. Al recordar la dignidad de cada persona afectada, papa Restablece una base ética a la negociación.
Queda entonces claro que su visión de la ecología proviene de una antropología cristiana: el hombre no es un intruso en la naturaleza, sino su compañero y guardián. En este sentido, León XIV continúa un largo linaje teológico, ya que San Francisco de Asís hasta la enseñanza conciliar de Vaticano II.
Educación para la ecología integral
EL papa Concluyó su mensaje con una apasionada defensa de la educación. Porque nada cambiará, dijo, «sin una pedagogía de la Creación». Despertar las conciencias a la belleza de la naturaleza, enseñar responsabilidad, vincular las decisiones personales con el futuro colectivo: esta es la misión urgente de todo educador.
Esta educación integral no se limita a una asignatura escolar: impregna la vida familiar, los medios de comunicación, las empresas y las comunidades religiosas. Es una cultura que debemos reinventar. Aprender a apagar las luces innecesarias o a separar la basura es solo el principio. Ante todo, se trata de aprender a maravillarse, porque la admiración precede al respeto.
León XIV Él subraya que cada decisión, desde el hogar hasta la política global, moldea nuestro futuro común. Y dentro de este «futuro común», deposita su fe en la inviolable dignidad de la humanidad. La ecología, por lo tanto, ya no es simplemente una estrategia de supervivencia: es una forma de creer.
Entre la fe, la razón y el futuro
Tras la lectura del cardenal Parolin, una ovación contenida pero sincera recorrió la asamblea. En los pasillos del COP, muchos elogiaron la claridad del texto. Por el mensaje de papa No pretende sustituir a la ciencia ni competir con la política: las complementa con una voz moral, capaz de conectar lo que el mundo moderno tiende a separar.
Algunos observadores han señalado cómo la Santa Sede, al hablar en Belém, se posiciona una vez más como interlocutor global en cuestiones de civilización. La "diplomacia verde" de Vaticano, iniciado con Laudato si'’, Aquí encuentra un segundo aire. León XIV No se limita a reiterar las necesidades urgentes: propone un camino, basado en la cooperación, de’humildad y de fe.
En esta visión, paz Sólo será sostenible si la Tierra también se recupera. paz.
Y la Creación, en última instancia, solo estará protegida si la humanidad aprende a amar de nuevo: a Dios, al mundo y a los demás.
Un eco bíblico para nuestros días
La afirmación "Si quieres construir paz"Protege la Creación" encuentra un eco directo en Génesis «El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara». Para conservar, no para dominar. Para cultivar, no para explotar.
Esta misión, encomendada a la humanidad desde sus inicios, se expresa hoy de una forma nueva. Ante una tecnocultura global que busca optimizarlo todo, León XIV Recuerda la sabiduría de los comienzos: la’humildad. Ser guardián de la Creación significa reconocer que dependemos de ella tanto como ella de nosotros. También significa redescubrir paz Sin lo cual, las cumbres internacionales seguirán sin tener sentido.
Un encuentro en una encrucijada
Allá COP30, En su dimensión simbólica, se asemeja a una encrucijada. Diez años después de París, treinta después de la primera COP, el mundo se pregunta si aún hay tiempo para actuar. Y ahora, en el centro de esta duda, una papa Viene a hablar de esperanza y responsabilidad, en una palabra de fraternidad.
En los días posteriores al discurso, varios negociadores afirmaron haber citado la frase del Santo Padre durante reuniones a puerta cerrada. No por un reflejo religioso, sino como una guía moral. paz clima, ante todo paz moral.
Si la diplomacia de Vaticano No se mide en toneladas de CO₂, pero deja una huella de otra naturaleza: la de una palabra que conecta la razón con el alma.
Así termina en Belém el mensaje de papa León XIV, pero su eco continúa flotando como el cálido aliento del Amazonas.
Al final, todo se reduce quizás a una simple frase: construir paz, Se trata de proteger la Creación.
Y proteger la Creación significa aprender a amar el mundo como Dios lo soñó.

