Cuando el Vaticano pide una paz auténtica: el encuentro decisivo entre León XIV y Zelenski

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El 9 de diciembre de 2025 seguirá siendo una fecha importante en la historia de los esfuerzos diplomáticos para poner fin la guerra en Ucrania. Dentro de los tranquilos muros de Castel Gandolfo, la residencia de verano de los papas, papa León XIV El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, fue recibido por tercera vez. Lo que podría parecer una simple audiencia protocolaria, en realidad representa un momento crucial en la diplomacia internacional.

Esta reunión se produce en un momento especialmente delicado. Mientras Washington presiona por una rápida resolución del conflicto con un controvertido plan que exige importantes concesiones territoriales a Kiev, el líder de la Iglesia católica se ha posicionado como un actor moral esencial en el debate. Al insistir en la necesidad de una "paz justa y duradera", León XIV envió una señal clara: no puede haber una paz estable si no es justa y no respeta la dignidad del pueblo ucraniano.

La dimensión simbólica de esta audiencia se ve reforzada por el contexto europeo. Zelenski acababa de completar una gira maratónica por Londres, París y Berlín, donde se reunió con los principales líderes del continente. Todos expresaron su apoyo, pero aún quedan compromisos concretos pendientes. esperar. Ucrania se encuentra atrapada entre la presión estadounidense para aceptar un compromiso territorial y la necesidad vital de garantías de seguridad sólidas para el futuro.

El peso moral del Vaticano en un mundo en crisis

El papel de Vaticano en los conflictos internacionales no es nuevo, pero bajo el pontificado de León XIV, primero papa En la era estadounidense de la historia, esta diplomacia adquiere una dimensión particular. Elegido en mayo de 2025, este pontífice rápidamente... paz en Ucrania Una prioridad absoluta. Ya el 12 de mayo, pocos días después de su elección, habló por teléfono con Zelenski. Una primera reunión tuvo lugar el 18 de mayo, en el marco de la misa inaugural del pontificado.

Lo sorprendente del enfoque de León XIV, Esa es su coherencia. En cada intercambio con el presidente ucraniano, repite las mismas exigencias fundamentales: diálogo continuo, respeto al derecho internacional y, sobre todo, una paz justa y duradera. Estos dos adjetivos no son aleatorios. Reflejan el rechazo a... Vaticano respaldar un acuerdo que sacrificaría los principios morales en el altar de la realpolitik.

La reunión del 9 de diciembre duró aproximadamente treinta minutos, un formato relativamente breve para este tipo de público. Sin embargo, lo esencial no fue la duración, sino el mensaje transmitido. El comunicado de la Santa Sede, publicado inmediatamente después, enfatizó tres puntos clave: la necesidad de continuar el diálogo, la esperanza de que las iniciativas diplomáticas en curso conduzcan a una paz justa y duradera, y la urgencia de resolver la situación de los prisioneros de guerra y el regreso de los niños ucranianos deportados a Rusia.

Este énfasis en el destino de los niños no es insignificante. Desde 2023, la Vaticano ha invertido mucho en esta cuestión humanitaria, nombrando al cardenal Matteo Maria Zuppi como enviado especial. Miles de niños ucranianos han sido llevados por la fuerza a Rusia desde el comienzo del conflicto, una situación que las organizaciones internacionales describen como un crimen de guerra. papa, El regreso a sus familias es una condición no negociable para una paz verdadera.

El compromiso de Vaticano Esta postura se deriva de una larga tradición de mediación. A diferencia de los poderes estatales, que pueden tener intereses geopolíticos o económicos, la Santa Sede se posiciona como una voz moral. Esta relativa neutralidad a veces le permite abrir canales de diálogo que son imposibles para otros actores. En el conflicto ucraniano, esta postura cobra mayor valor a medida que se multiplican las discrepancias, en particular entre Estados Unidos y Europa, en cuanto a la estrategia a adoptar.

Entre Washington y Bruselas: Ucrania en el centro de una lucha de poder transatlántica

Para comprender la importancia de la reunión en Vaticano, Es necesario comprender el contexto diplomático extremadamente tenso en el que esto ocurre. Desde noviembre de 2025, la administración... Triunfo Se filtró un plan de paz de 28 puntos, lo que causó un verdadero terremoto en las capitales europeas. Este plan, fruto de las negociaciones entre asesores estadounidenses y rusos, propone una solución que favorece ampliamente los intereses de Moscú.

Los puntos más controvertidos de este plan son claros y brutales. Ucrania tendría que ceder permanentemente las regiones de Donetsk y Luhansk a Rusia, mientras que Jersón y Zaporiyia quedarían divididas a lo largo de la línea del frente actual. El ejército ucraniano se reduciría de 800.000 a 600.000 soldados. Ucrania tendría que consagrar en su constitución que nunca se uniría a la OTAN, y ninguna tropa de la Alianza podría estacionarse en su territorio. A cambio, Kiev podría solicitar su adhesión a la Unión Europea y se beneficiaría de las garantías de seguridad estadounidenses, cuyos detalles aún no están claros.

El plan estadounidense también incluye un componente económico masivo, pero nuevamente, los detalles son problemáticos. Estados Unidos y Rusia compartirían el acceso a los recursos e infraestructuras ucranianos, en particular en el sector gasístico. Los activos rusos congelados en Europa, que ascienden a aproximadamente 300 000 millones de dólares, serían utilizados en parte por Washington para financiar la reconstrucción, y Estados Unidos recibiría una comisión de 501 300 000 dólares sobre las ganancias. Europa tendría que aportar 100 000 millones de dólares adicionales.

Para las capitales europeas, este plan es inaceptable por varias razones. En primer lugar, legitima las conquistas territoriales rusas, sentando un peligroso precedente en Europa, donde las fronteras podrían ser alteradas por la fuerza. En segundo lugar, debilita militarmente a Ucrania, haciéndola vulnerable a futuras agresiones. Por último, coloca la mayor parte de la carga financiera de la reconstrucción sobre Europa, mientras que otorga a Estados Unidos y Rusia los beneficios económicos.

La reacción europea no se produjo esperar. Durante la cumbre del G20 en África En noviembre, los líderes francés, alemán y británico emitieron una declaración conjunta en la que describían el plan estadounidense como un mero "borrador" que requería modificaciones sustanciales. Anunciaron su intención de presentar una contrapropuesta que garantizaría mejor la soberanía ucraniana y los intereses de seguridad europeos.

Fue en este contexto volátil que Zelenski inició su gira europea a principios de diciembre. El 8 de diciembre, se reunió en Londres con el primer ministro británico, Keir Starmer; el presidente francés, Emmanuel Macron; y el nuevo canciller alemán, Friedrich Merz. Todos reafirmaron su apoyo, pero las conversaciones revelaron los límites de la unidad europea. Los europeos prometen garantías de seguridad a Ucrania, pero les cuesta definir concretamente qué significa esto sin la OTAN ni una presencia militar permanente en territorio ucraniano.

Al día siguiente, Zelenski estuvo en Bruselas para reunirse con el secretario general de la OTAN y el presidente de la Comisión Europea antes de volar a Roma. Esta intensa actividad diplomática demuestra la urgencia que siente Kiev. El presidente ucraniano reiteró el mismo mensaje en todas partes: «Ucrania no tiene el derecho legal ni moral de ceder sus territorios. Por eso luchamos».»

La visita a papa encajan perfectamente en esta estrategia. Al obtener el apoyo moral de Vaticano, Zelensky fortalece su posición ante la presión estadounidense. papa León XIV, Por su estatus único y su nacionalidad estadounidense, representa un interlocutor valioso. Su llamado a una "paz justa y duradera" sirve como recordatorio de los principios éticos que toda negociación debe respetar.

Cuando el Vaticano pide una paz auténtica: el encuentro decisivo entre León XIV y Zelenski

Niños de Ucrania: una tragedia humanitaria en el centro de las negociaciones

Más allá de las cuestiones territoriales y militares, la reunión en Castel Gandolfo puso de relieve una dimensión a menudo olvidada del conflicto: el destino de los miles de niños ucranianos deportados a Rusia. Este tema, particularmente sensible a... papa, ilustra la complejidad moral de un conflicto que va mucho más allá de consideraciones geopolíticas.

Desde febrero de 2022, organizaciones internacionales estiman que al menos 19.000 niños ucranianos han sido llevados por la fuerza a Rusia. Algunos hablan de cifras mucho mayores, que podrían alcanzar los 50.000. Estos niños, a menudo procedentes de zonas ocupadas o de familias separadas por la guerra, Fueron ubicados en familias rusas, orfanatos o centros de reeducación. Las autoridades rusas presentan esto como una misión humanitaria para proteger a niños en peligro. La comunidad internacional lo considera un claro crimen de guerra.

La Corte Penal Internacional no se equivocó. En marzo de 2023, emitió una orden de arresto contra el presidente ruso, Vladímir Putin, y la Comisionada rusa para los Derechos del Niño, Maria Lvova-Belova, por la "deportación ilegal" de niños ucranianos. Se trata de una acción legal sin precedentes contra el líder de una potencia nuclear que es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.

EL Vaticano se involucró en este asunto desde muy temprano. En junio de 2023, el papa François El cardenal Zuppi había sido nombrado enviado especial a Ucrania, con la misión principal de facilitar el regreso de los niños deportados. Zuppi realizó varios viajes discretos a Moscú y Kiev, reuniéndose con funcionarios de ambos países. Los resultados fueron modestos pero reales: unas pocas docenas de niños pudieron reunirse con sus familias gracias a estas mediaciones.

EL papa León XIV Retomó este asunto con la misma determinación. En cada uno de sus intercambios con Zelenski, enfatizó la urgencia del asunto. El 26 de agosto de 2025, día nacional de Ucrania, envió una carta al presidente ucraniano expresando su solidaridad con "todos los heridos, los que han perdido a sus seres queridos y los que se han visto privados de sus hogares". Imploró "al Señor que conmueva los corazones de las personas de buena voluntad, para que el estruendo de las armas se acalle y dé paso al diálogo".

Más recientemente, el 21 de noviembre de 2025, el papa había recibido en Vaticano Un grupo de madres y esposas de prisioneros ucranianos, así como familias de niños deportados, asistieron a la audiencia. Esta audiencia, ampliamente difundida, tuvo como objetivo mantener la presión internacional sobre el tema. Para estas familias desgarradas, el apoyo de... Vaticano Esto representa mucho más que un gesto simbólico. Significa que su difícil situación no se olvida en los cálculos geopolíticos.

La cuestión de los niños ilustra perfectamente por qué papa Insiste tanto en una "paz justa". Un acuerdo que normalizara las relaciones sin exigir el regreso de estos niños sería moralmente inaceptable. Este es exactamente el tipo de compromiso cínico que... Vaticano se niega a respaldarlo. Para León XIV, paz No se puede construir sobre el olvido de tales violaciones de derechos humanos.

Esta posición coloca al Vaticano En una situación delicada. Por un lado, la Santa Sede desea fervientemente el fin de los combates y el sufrimiento. Por otro, no puede aceptar una paz que condone los crímenes de guerra o abandone a víctimas inocentes. El arte de la diplomacia vaticana reside precisamente en sortear estos obstáculos, manteniendo el diálogo con todas las partes y manteniéndose firme en los principios fundamentales.

En el plan de paz estadounidense de 28 puntos, la cuestión de los niños deportados apenas se menciona, sepultada entre consideraciones sobre el intercambio de prisioneros de guerra y una amnistía general para todos los actos cometidos durante el conflicto. Esta amnistía, descrita en el punto 26 del plan, borraría por completo todos los procesos judiciales, incluidos los de crímenes de guerra. Es precisamente este tipo de disposición la que... Vaticano No se puede aceptar sin protestas enérgicas.

El compromiso de papa Esta cuestión también se refleja en la postura ucraniana. Para Zelenski, el regreso de los niños es una línea roja absoluta en cualquier negociación. Lo reiteró durante su reunión con León XIV No se puede firmar ningún acuerdo hasta que esta cuestión se resuelva satisfactoriamente. Esta convergencia de opiniones entre Kiev y la Vaticano refuerza mutuamente ambas posiciones.

¿Una paz duradera o un simple alto el fuego?

La fórmula utilizada por el Vaticano —«Paz justa y duradera»— merece un análisis más detallado. Encapsula una visión de resolución de conflictos que contrasta marcadamente con el enfoque transaccional que actualmente parece dominar las negociaciones. Pero ¿qué significa realmente una paz así en el contexto ucraniano?

Una paz justa exige, ante todo, el respeto del derecho internacional y los principios de la Carta de las Naciones Unidas. Esto significa que las fronteras no pueden alterarse por la fuerza, que debe respetarse la integridad territorial de los Estados y que los responsables de crímenes de guerra deben rendir cuentas. En todos estos puntos, el plan estadounidense es problemático, ya que, en la práctica, respalda las conquistas territoriales rusas y prevé una amnistía general.

Sin embargo, una paz duradera requiere garantías de seguridad creíbles que eviten la reaparición del conflicto. Aquí es donde las propuestas actuales revelan sus debilidades. El plan estadounidense ofrece "garantías de seguridad" cuyo contenido sigue siendo vago. Ucrania no puede unirse a la OTAN, no se pueden estacionar tropas de la Alianza en su territorio y su ejército debe reducirse. En caso de agresión rusa, Estados Unidos promete una "respuesta militar coordinada y decisiva" y el restablecimiento de las sanciones, pero sin especificar las modalidades concretas de esta intervención.

Para comprender las preocupaciones ucranianas y europeas, es importante recordar que este tipo de garantía vaga ya ha fracasado. En 1994, Ucrania acordó renunciar a su arsenal nuclear (el tercero más grande del mundo en aquel momento) a cambio del Memorándum de Budapest. Estados Unidos, el Reino Unido y Rusia garantizaron la integridad territorial y la soberanía ucranianas. Sabemos lo que siguió: la anexión de Crimea en 2014, el apoyo a los separatistas del Donbás y la invasión a gran escala en 2022. Las garantías sobre el papel solo son valiosas si van acompañadas de mecanismos creíbles de ejecución.

Por eso los europeos, apoyados moralmente por la Vaticano, Insisten en la necesidad de garantías mucho más sustanciales. Algunos sugieren un estatus para Ucrania similar al de Israel: ayuda militar masiva y continua, ejercicios conjuntos regulares, intercambio de inteligencia y garantías de intervención rápida en caso de agresión. Otros hablan de una presencia militar europea de una u otra forma, quizá no tropas de combate, pero al menos instructores, asesores y sistemas de monitoreo.

EL Vaticano No se posiciona sobre los aspectos militares específicos; esa no es su función. Pero al enfatizar la naturaleza "sostenible" de... paz, León XIV Vale la pena recordar que los buenos principios no bastan. Una paz que deja a Ucrania vulnerable y a Rusia tentada por una mayor agresión solo sería una tregua temporal, un mero respiro antes de la próxima guerra.

El momento oportuno también es una cuestión crucial. La administración Triunfo claramente quiere un acuerdo rápido, idealmente antes de finales de 2025. Esta prisa preocupa profundamente a los europeos y al Vaticano. Una negociación fallida corre el riesgo de producir un acuerdo defectuoso que no resolverá nada a largo plazo. La diplomacia vaticana, con dos milenios de experiencia, sabe que paciencia es a menudo el mejor aliado de paz verdadero.

La historia reciente está repleta de ejemplos de acuerdos de paz apresurados que fracasaron por no abordar las causas profundas del conflicto. Los Acuerdos de Dayton en Bosnia (1995) pusieron fin a los combates, pero crearon una estructura estatal disfuncional que perpetúa las divisiones étnicas. Los Acuerdos de Oslo entre israelíes y palestinos (1993) generaron inmensas esperanzas antes de desmoronarse por la falta de mecanismos de implementación y de suficiente confianza mutua.

EL Vaticano Por lo tanto, aboga por un enfoque más lento pero más contundente. Es mejor tomarse el tiempo para negociar un acuerdo de paz genuino, con garantías concretas y verificables, que aceptar un alto el fuego superficial que no resolvería ningún problema fundamental. Esta postura coincide con la expresada por Zelenski durante sus reuniones europeas: «No queremos una paz artificial que se convierta en guerra en pocos años».»

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Europa ante su destino

La crisis ucraniana y las negociaciones actuales plantean una cuestión existencial para Europa: ¿es capaz de defender sus intereses y valores de forma autónoma o sigue dependiendo de las decisiones estadounidenses incluso cuando estas difieren de sus propias prioridades? El papel de Vaticano, La voz moral, pero también europea, adquiere aquí todo su significado.

La actitud de la administración Triunfo Esto revela un profundo cambio en la política exterior estadounidense. Washington ahora parece ver a Europa no como un socio estratégico privilegiado, sino como una región en decadencia cuyas preocupaciones importan poco. Declaraciones recientes que describen a los líderes europeos como "débiles" y a Europa como un grupo de naciones "en decadencia" han conmocionado a las capitales del continente.

Este enfoque se refleja en el plan de paz propuesto. Europa no participó en su elaboración, pero se espera que asuma la mayor parte de los costos financieros. Los activos rusos congelados, en su mayoría en Europa, se utilizarían ampliamente en beneficio de Estados Unidos. Europa tendría que aportar 100 000 millones de dólares adicionales para la reconstrucción de Ucrania. Mientras tanto, Washington y Moscú compartirían el acceso a los recursos energéticos ucranianos.

Según un diplomático europeo citado en la prensa, esta situación representa "un nivel sorprendente de brutalidad económica". Pero más allá del aspecto financiero, lo preocupante es el mensaje político: Estados Unidos parece dispuesto a negociar el futuro de Europa con Rusia, sin consultar realmente a los europeos.

Ante este desafío, la Unión Europea intenta organizarse. Francia y el Reino Unido (aunque ya no pertenece a la UE) han tomado la iniciativa de crear una "coalición de la voluntad" para apoyar a Ucrania. Esta coalición se reunió varias veces en diciembre para definir "garantías de seguridad" alternativas al plan estadounidense. Alemania, reticente desde hace tiempo a comprometerse militarmente, está empezando a cambiar su postura bajo el liderazgo de su nuevo canciller, Friedrich Merz.

Pero esta movilización europea se enfrenta a numerosos obstáculos. En primer lugar, Europa carece de los recursos militares necesarios para reemplazar el paraguas de seguridad estadounidense. Los presupuestos europeos de defensa, aunque en aumento, siguen siendo en gran medida insuficientes. En segundo lugar, la unidad europea sigue siendo frágil en estos temas. Algunos países, como Hungría y Eslovaquia, están mucho más cerca de Moscú y obstaculizan cualquier política europea demasiado firme hacia Rusia.

Finalmente, la ayuda militar europea a Ucrania ya muestra signos de tensión. Un informe reciente del Instituto Kiel en Alemania El informe revela que la ayuda europea disminuyó en el segundo semestre de 2025, sin compensar el cese de la ayuda estadounidense. Si esta tendencia continúa, Ucrania podría encontrarse en una situación militar aún más precaria, lo que aumentaría la presión para aceptar un acuerdo de paz desfavorable.

Es en este contexto que el apoyo moral de Vaticano adquiere toda su importancia. Al recordar constantemente los principios éticos que deben guiar cualquier resolución de conflictos, León XIV Ofrece a los europeos un punto de apoyo moral para resistir la presión estadounidense. papa no puede proporcionar divisiones militares, pero su voz cuenta en el debate público europeo y mundial.

La posición de Vaticano Esta opinión también es compartida por muchos intelectuales y líderes de opinión en Europa: la verdadera paz no puede construirse abandonando los principios fundamentales del derecho internacional. Si Europa acepta que las fronteras se modifiquen por la fuerza en Ucrania, abre la puerta a otros ataques futuros, potencialmente en su propio territorio.

¿Qué futuro tienen las negociaciones?

Al momento de escribir este artículo, el futuro de las negociaciones sigue siendo extremadamente incierto. El plan estadounidense de 28 puntos se ha revisado a 20 puntos tras las objeciones de Europa y Ucrania, pero los cambios parecen limitados. Se esperaba la publicación de una versión conjunta de los tres documentos principales (acuerdo de paz, garantías de seguridad y programa de reconstrucción) el 10 de diciembre, según algunas fuentes, pero aún no se ha confirmado nada.

Se espera que Zelenski presente las posturas ucraniana y europea a Washington en los próximos días. Esta presentación será crucial. Si Estados Unidos mantiene sus exigencias actuales, en particular en lo que respecta a las concesiones territoriales y las limitaciones a las fuerzas armadas ucranianas, Kiev podría enfrentarse a un dilema imposible: aceptar un acuerdo inaceptable o continuar una guerra cada vez más difícil de sostener militarmente.

La postura rusa añade más incertidumbre. Moscú no ha hecho comentarios oficiales sobre el plan estadounidense, limitándose a declaraciones generales sobre su disposición a negociar. Sin embargo, sobre el terreno, las fuerzas rusas continúan su avance, especialmente en la región de Donetsk. Esta estrategia sugiere que Rusia busca maximizar sus ganancias territoriales antes de cualquier negociación, para luego poder negociar desde una posición de fuerza.

Allá Porcelana China también desempeña un papel cada vez más importante. Según información de inteligencia reciente citada por Zelenski, Pekín está intensificando su cooperación militar-industrial con Moscú. Esta alianza chino-rusa complica significativamente la situación diplomática y fortalece la posición de Putin frente a la presión occidental.

En este complejo paisaje, la Vaticano El Vaticano continúa su diplomacia discreta pero constante. Los canales de comunicación permanecen abiertos con todas las partes. El cardenal Zuppi continúa sus esfuerzos en el tema de los niños deportados. Otros emisarios del Vaticano trabajan entre bastidores para facilitar el diálogo y mantener viva la posibilidad de mediación.

El compromiso de papa León XIV Esto ilustra una verdad a menudo olvidada: en los conflictos modernos, los actores no estatales desempeñan un papel crucial. Vaticano No tiene ejército ni riqueza petrolera que ofrecer, pero posee una autoridad moral que puede influir en la opinión pública y en los responsables políticos. En un mundo donde la legitimidad cuenta tanto como la fuerza bruta, esta influencia no debe subestimarse.

El encuentro del 9 de diciembre en Castel Gandolfo puede pasar a la historia como el momento en el que se alzó una voz para recordarnos que hay principios no negociables, incluso en los momentos más oscuros. papa reafirmó que paz No se puede construir sobre la injusticia, no se puede olvidar a las víctimas y la prisa es a menudo enemiga de las soluciones duraderas.

Para Ucrania, este apoyo moral representa mucho más que un gesto simbólico. En un momento en que la presión para aceptar un compromiso territorial se vuelve abrumadora, saber que la máxima autoridad moral del mundo católico defiende el derecho de Ucrania a una paz justa fortalece la posición de Kiev. También infunde valor a los millones de ucranianos que siguen resistiendo, a veces a costa de sus vidas.

Para Europa, el mensaje de Vaticano Esto sirve como un recordatorio saludable. El continente se construyó después de 1945 sobre la base de la negativa a permitir que las fronteras se alteraran por la fuerza. Es este principio el que ha garantizado paz en Europa Occidental durante 80 años. Abandonarla en favor de una realpolitik a corto plazo sería un error histórico cuyas consecuencias se sentirían durante generaciones.

Las próximas semanas y meses serán decisivos. Las negociaciones se intensificarán, la presión aumentará y habrá que tomar decisiones difíciles. En este proceso, la voz de Vaticano seguirá haciendo oír su voz, recordándonos incansablemente que la verdadera paz debe ser justa y duradera. Este es quizás el mayor servicio que la papa León XIV puede devolver algo, no sólo a Ucrania, sino a toda la humanidad que aspira a un mundo donde el derecho prevalezca sobre la fuerza.

El encuentro en Castel Gandolfo nos recuerda, en definitiva, una lección esencial: en tiempos de crisis no sólo necesitamos estrategas y diplomáticos, sino también voces morales que nos impidan perder de vista lo que realmente importa. papa Desempeña este papel con constancia y determinación. Queda por ver si el mundo lo escuchará.

Vía Equipo Bíblico
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