Segunda Carta a Timoteo

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La ocasión y el propósito; el tiempo y el lugar de la composición.—La situación ya no es la misma que en 1 Timoteo y en el carta a TitoSan Pablo ha dejado de ser libre. Se encuentra de nuevo prisionero en Roma (cf. 1:8, 16 y 17; 4:6 ss., 21), en una situación dolorosa y crítica, casi solo, pues algunos de sus discípulos habían sido enviados por él a fundar nuevas iglesias, y otros lo habían abandonado por voluntad propia. Ya ha comparecido una vez ante sus jueces (cf. 4:16-17), y su caso ha sido aplazado. Espera volver pronto ante el tribunal, y el desenlace fatal de su juicio le parece tan cierto como inminente (4:8-9).

En su dolor, se dirige a su amado hijo Timoteo, quien presumiblemente se encontraba en Éfeso, como en la época de la primera carta (aún ocupa un alto cargo en la Iglesia, encargado de la enseñanza y el liderazgo), y le insta a acudir pronto a él con Marcos. Al mismo tiempo, como era posible que Timoteo llegara demasiado tarde, le da sus últimas instrucciones, exhortándolo a ser valiente, a pesar de las dificultades del momento, animándolo a elegir ayudantes verdaderamente capaces para enseñar la verdad y advirtiéndole de los peligros particulares que podrían obstaculizar su ministerio.

La convicción del apóstol de que se acercaba la hora de su muerte fue, por lo tanto, la razón directa de esta carta. Su propósito era doble: por un lado, convocar a Timoteo a Roma; por otro, fortalecer su fe y celo, y ofrecerle exhortaciones supremas. La carta fue escrita en Roma, en... prisión donde sufrió San Pablo, poco antes de su martirio, es decir hacia finales del año 66, o principios del año 67.

El sujeto y la división. —La mayor parte de la carta contiene consejos a Timoteo sobre su enseñanza y conducta como obispo. El maestro menciona todo lo que podría animar, conmover e instruir a su discípulo, para renovarlo en el fiel ejercicio de sus deberes, especialmente en lo que respecta a la preservación del sagrado depósito de la fe. 

La carta, bastante rica en acontecimientos, es bastante difícil de dividir lógicamente, ya que carece del mismo orden coherente que la anterior. Nos parece que puede dividirse en dos partes. En la primera, 1:1–2:13, Pablo insta a Timoteo a luchar con valentía y fidelidad por el evangelio. En la segunda, 2:14–4:8a, lo exhorta a perseverar contra los falsos maestros y el peligro de la apostasía. La primera parte es más personal; la segunda habla con frecuencia de los falsos maestros y los peligros que representan para los verdaderos creyentes. Luego viene una conclusión, 4:8b–22, que contiene diversas recomendaciones, noticias y el saludo final. 

Naturaleza especial de esta carta. — Es, ante todo, muy íntima, muy personal. Casi todo es individual y privado, tanto en su tono general como en sus más mínimos detalles. Se siente verdaderamente el latido del corazón amoroso de Pablo. Además, esta carta es menos una instrucción que una exhortación; pero sería difícil imaginar una exhortación más sólida, más tierna y más vibrante. El tono cambia varias veces, según si Pablo está abrumado por la certeza de su muerte inminente, o si simplemente piensa en instruir a Timoteo en los deberes que debía cumplir durante la dolorosa crisis que la Iglesia atravesaba entonces. Es el testamento del maestro (un pensamiento a menudo repetido después de san Juan Crisóstomo), dirigido a su discípulo predilecto. En su triste aislamiento, Pablo piensa menos en sí mismo que en su obra y en aquel a quien podía legar su legado con plena confianza.

La carta es notable tanto por su majestuosa solemnidad como por su conmovedora ternura. Lo que resulta particularmente conmovedor es que, junto a los profundos pensamientos dogmáticos que Pablo nunca descuida, se encuentran estas sentidas reflexiones sobre su propia vida, estos relatos de lo que ha hecho y de lo que sigue haciendo, de lo que ha sufrido y de lo que sufre por la buena causa, y, finalmente, esta firme promesa de la recompensa que le espera a él, así como a todos aquellos que, como él, habrán luchado hasta el final la buena batalla de la fe y la justicia.

2 Timoteo 1

1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, para predicar la promesa de la vida que está en Cristo Jesús. 2 A Timoteo, mi amado hijo: Gracia, misericordia y paz de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor. 3 Doy gracias a Dios, a quien sirvo con limpia conciencia como lo hicieron mis padres, y me acuerdo de ti sin cesar en mis oraciones noche y día. 4 Recuerdo tus lágrimas y anhelo verte, para llenarme de alegría. 5 Recuerdo también la fe que hay en ti tan sincera y que fue constante primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y estoy seguro que es la misma en ti. 6 Por eso os advierto que reavivéis la gracia de Dios que recibisteis por la imposición de mis manos. 7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 8 Por tanto, no te avergüences del testimonio que debes dar de nuestro Señor, ni de mí, prisionero suyo, sino sufre conmigo por el evangelio, sostenidos por el poder de Dios., 9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según el decreto suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, 10 y que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual destruyó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio. 11 Por eso fui constituido predicador, apóstol y maestro, 12 Es también por esta razón que sufro los sufrimientos presentes. Pero no me avergüenzo de ellos, pues sé en quién he depositado mi confianza y estoy convencido de que él tiene el poder de guardar mi depósito hasta ese día. 13 Guarda fielmente en la memoria las sanas enseñanzas que recibiste de mí acerca de la fe y caridad que está en Jesucristo. 14 Custodia el buen depósito que te ha confiado el Espíritu Santo que habita en nosotros. 15 Sabes que todos los que están en Asia me han abandonado, entre ellos Figelle y Hermógenes. 16 Que el Señor derrame su misericordia sobre la casa de Onesíforo, porque muchas veces me ha consolado y no se ha avergonzado de mis cadenas. 17 Al contrario, al llegar a Roma, me buscó con gran afán y me encontró. 18 Que el Señor le conceda su misericordia en ese día. Tú conoces mejor que nadie todos los servicios que me prestó en Éfeso.

2 Timoteo 2

1 Por tanto, hijo mío, fortalécete en la gracia que es en Cristo Jesús. 2 Y lo que de mí has aprendido ante muchos testigos, encarga a hombres dignos de confianza que sean idóneos para enseñar a otros. 3 Acepta tu parte del sufrimiento como un valiente soldado de Cristo Jesús. 4 En la profesión militar nadie se preocupa de los asuntos mundanos si desea agradar a quien lo alistó. 5 y el atleta sólo obtiene la corona si ha luchado según las reglas. 6 El agricultor debe trabajar primero antes de poder cosechar los frutos. 7 Pensad en lo que os digo, porque el Señor os dará entendimiento en todas las cosas. 8 Acordaos que Jesucristo, del linaje de David, resucitó de entre los muertos, conforme al evangelio que yo predico. 9 y por lo cual sufro hasta el punto de estar encadenado como un malhechor, pero la palabra de Dios no está encadenada. 10 Por eso todo lo soporto por amor a los escogidos, para que también ellos alcancen la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna. 11 Este es un dicho cierto: Si morimos con él, también viviremos con él., 12 Si perseveramos en la prueba, reinaremos con él; si lo negamos, él también nos negará. 13 Si somos infieles, Él permanece fiel porque no puede negarse a sí mismo. 14 Esto es lo que debéis recordarles, invocando al Señor como testigo, para evitar estas discusiones sobre palabras que no sirven para otro fin que el de arruinar a quienes las oyen. 15 Procura con diligencia presentarte en el servicio a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que administra con precisión la palabra de verdad. 16 Evita los discursos profanos y vanos, porque sus autores sólo se hundirán más en la impiedad. 17 y sus palabras se extenderán como gangrena. Entre ellos están Himeneo y Fileto, 18 que se han desviado de la verdad, diciendo que la resurrección ya ha ocurrido y ha sacudido la fe de muchos. 19 Pero el sólido fundamento de Dios se mantiene firme con este sello: El Señor conoce a los que son suyos, y: Todo aquel que invoque el nombre del Señor, apártese de la iniquidad. 20 En una casa grande no sólo hay vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro, unos para usos honorables, otros para usos viles. 21 Así que, si alguno se hubiere guardado puro de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al padre de familia, dispuesto para toda buena obra. 22 Huye de las pasiones juveniles y busca la justicia y la fe. caridad Y paz, con aquellos que invocan al Señor con un corazón puro. 23 Descarta las preguntas tontas y sin sentido, sabes que conducen a discusiones. 24 Pero el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino que debe ser amable con todos, saber enseñar y ser paciente., 25 corrigiendo suavemente a los que se oponen a ellos, con la esperanza de que Dios les conceda la conversión al conocimiento de la verdad, 26 y que, habiendo recobrado el sentido, se librarán de las trampas del demonio, que los tiene cautivos y los esclaviza a su voluntad.

2 Timoteo 3

1 Sabed que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. 2 Porque habrá hombres egoístas, avaros, jactanciosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3 Sin cariño, sin lealtad, calumniadores, intemperantes, crueles, enemigos de las buenas personas, 4 traidores, insolentes, hinchados de soberbia, amadores de los deleites más que de Dios, 5Tener apariencia de piedad sin la realidad de ella: aléjate de este tipo de personas. 6 Éstos son los que se insinúan en las familias para cautivar a las jóvenes cargadas de pecado, consumidas por pasiones de todo tipo. 7 que siempre están aprendiendo sin poder jamás alcanzar el conocimiento de la verdad. 8 Como Janes y Jambres, que se opusieron a Moisés, así también estos hombres, corrompidos en su mente y pervertidos en la fe, se oponen a la verdad. 9 Pero no avanzarán más porque su locura quedará patente para todos, como la de aquellos dos hombres. 10 Porque tú me has seguido en mi enseñanza, en mi conducta, en mis planes, en mi fe, en mi paciencia, en mi amor, en mi constancia, 11 en mis persecuciones, en mis sufrimientos, tales como los que me han sobrevenido AntioquíaEn Iconio, en Listra. Son innumerables las persecuciones que he padecido, y cada vez el Señor me ha librado de ellas. 12 De la misma manera, todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús sufrirán persecución. 13 En cuanto a los malvados y los impostores, siempre irán más lejos hacia el mal, extraviando a otros y siendo extraviados ellos mismos. 14 En cuanto a ti, mantente firme en lo que has aprendido y de lo cual estás seguro, sabiendo de quién lo has recibido., 15 y que desde vuestra niñez habéis conocido las Sagradas Escrituras, las cuales os pueden dar la sabiduría que conduce a la salvación por la fe en Jesucristo. 16 Toda la Escritura es divinamente inspirada y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, 17 para que el hombre de Dios sea perfecto, apto para toda buena obra.

2 Timoteo 4

1 Os conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, 2 Predica la palabra; instálate a tiempo y fuera de tiempo; reprende, reprende, exhorta con toda paciencia y diligente instrucción, 3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que se aglomerarán en multitud de maestros, siguiendo sus propias concupiscencias y haciendo lo que les hace gracia. 4 Los cerrarán a la verdad y los abrirán a las fábulas. 5 Pero tú sé circunspecto en todo, soporta los sufrimientos, haz obra de predicador del Evangelio, dedícate por completo a tu ministerio. 6 Porque para mí ya estoy sirviendo de libación y el momento de mi partida está cerca. 7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe, 8 Ahora sólo me corresponde a mí recibir la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. 9 Intenta unirte a mí lo antes posible. 10 Porque Demas me dejó por amor a este mundo, y se fue a Tesalónica; y Crescent se fue a Galacia. Tite en Dalmacia. 11 Solo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráelo contigo, porque me es de gran ayuda en el ministerio. 12 Envié a Tíquico a Éfeso. 13 Cuando vengas, trae el abrigo que dejé en Troas con Carpo, así como los libros, especialmente los pergaminos. 14 Alejandro, el herrero, me ha causado mucho daño: el Señor le pagará conforme a sus hechos. 15 También vosotros guardaos de él, porque se opuso tenazmente a nuestra predicación. 16 Nadie me ayudó en mi primera defensa, todos me abandonaron: que no se les atribuya esto. 17 Pero el Señor estuvo a mi lado y me fortaleció, para que por medio de mí se cumpliera la predicación de la palabra y fuera escuchada por todas las naciones, y fui librado de la boca del león. 18 El Señor me librará de todo ataque maligno y me salvará, llevándome a su reino celestial. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. 19 Saludad a Prisca y a Aquila y a la familia de Onesíforo. 20 Erasto se quedó en Corinto y yo dejé a Trófimo enfermo en Mileto. 21 Date prisa y ven antes del invierno. Eubulo te envía saludos, al igual que Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos. 22 Que el Señor Jesucristo esté con tu espíritu. La gracia sea contigo, amén.

Notas sobre la Segunda Carta a Timoteo

1.1 la promesa de vida ; es decir, proclamar la vida eterna que se obtiene por medio de Jesucristo.

1.3 Con la conciencia pura. Cuando San Pablo persiguió a la Iglesia antes de su conversión, lo hizo únicamente por ignorancia y un celo equivocado por la verdad y la justicia. Véase 1 Timoteo, 1, 13.

1.5 Luisa fue quizás la madre de’Eunice. Lo sabemos por Hechos de los Apóstoles, 16, 1, que Eunice era una judía fiel.

1.7 Véase Romanos 8:15.

1.8 Testimonio que dar a Nuestro Señor ; Es decir, lo que hay que dar a Nuestro Señor, confesándolo públicamente, predicando con valentía el Evangelio. Yo, su prisionero. San Pablo escribe que estando preso en Roma, fue Jesucristo, fue su causa, quien lo puso y lo mantuvo en cadenas.

1.9 Ver Tite, 3, 5.

1.10 Muerte, del cuerpo y del alma, fruto del pecado.

1.11 Véase 1 Timoteo 2:7.

1.12 Ese día. San Pablo se refiere así al juicio, donde cada uno recibirá según sus obras.

1.15 Los que están en Asia. En Asia Proconsular. Ver Hechos de los Apóstoles, 16, 6. ― Phygella y Hermógenes. De ellos sólo sabemos lo que aquí se dice.

1.16 Véase 2 Timoteo 4:19. Onesíforo Era un buen cristiano de Éfeso. El lenguaje de San Pablo parece dar por sentado que Onesíforo ya estaba muerto.

1.18 Ese día. Véase el versículo 12. En Éfeso. Ver Hechos de los Apóstoles, 18, 19.

2.12 Véase Mateo 10:33; Marcos 8:38.

2.13 Véase Romanos 3:3. — Él nos negará. si somos infieles hacia él, no por ninguna infidelidad de su parte, sino porque sigue siendo él mismo fiel a sus amenazas y castigos.

2.17 Sus palabras causarán estragos., el discurso de aquellos cuyas conversaciones son profanas y vanas. De este número son, etc. Cf. 1 Timoteo, 1, 20. ― Philète no está nombrado en el primera carta a TimoteoProbablemente era judío como Himeneo.

2.18 Los gnósticos no admitían otra resurrección que la resurrección transformación espiritual del alma cuando pasa del error a la verdad.

2.23 Véase 1 Timoteo 1:4; 4:7; Tite, 3, 9.

3.1 Véase 1 Timoteo 4:1; 2 Pedro 3:3; Judas 1:18.

3.7 que siempre están aprendiendo :ironía; estas mujeres se unieron a falsos médicos con el pretexto de aprender religión.

3.8 Janes y Jambres. Estos nombres no se encuentran en las Escrituras; se han conservado por tradición. Según la tradición judía, estos dos practicantes de magia usaron sus poderes para reforzar la resistencia del faraón a Moisés (véase éxodo, (Capítulo 7).

3.11 TIENE Antioquía de Pisidia. Ver Hechos de los Apóstoles, 13, 14. ― Un icono. Ver Hechos de los Apóstoles, 13, 51. ― A Listra. Ver Hechos de los Apóstoles, 14, 6.

3.16 Véase 2 Pedro 1:20.

4.6 Ya estoy siendo utilizado como libación.. Entre los paganos, se vertían libaciones sobre la víctima del sacrificio antes de la inmolación. Ahora bien, San Pablo, quien estaba a punto de morir a manos de los paganos, pudo haber aludido a esta costumbre. Pero como entre los hebreos las libaciones solo se realizaban sobre la víctima después de su sacrificio, los Padres Griegos y la mayoría de los comentaristas explican este pasaje de la siguiente manera: He sido sacrificado, ya se han derramado libaciones sobre mí. ; Lo único que me queda es ser consumido por el fuego..

4.7 Yo luché, etc. Ver 1 Timoteo, 6, 12.

4.8 ese día ; es decir, a plena luz del día, como lo deja bastante claro el contexto. Cf. 1 Timoteo, 1, vv. 12, 18.

4.10 Demás, ver Colosenses, 4, 14. ― En Tesalónica. Ver Hechos de los Apóstoles, 17, 1. ― Creciente, personaje desconocido. ― En Galacia. Ver Hechos de los Apóstoles, 18, 23. ― Tite. Ver 2 Corintios, 2, 13. ― En Dalmacia, parte de Iliria, en la costa oriental del Adriático.

4.11 Véase Colosenses 4:14. Lucas el evangelista. Bagazo, ver Hechos de los Apóstoles, 12, 12.

4.12 Tíquico. Ver Hechos de los Apóstoles, 20, 4. ― En Éfeso, ver Hechos de los Apóstoles, 18, 19.

4.13 EL libros De lo que habla aquí San Pablo son probablemente las Sagradas Escrituras traducidas al griego, y las pergaminos, los rollos que contenían el texto hebreo escrito en pergamino, como los que todavía se pueden ver hoy en día entre los judíos. Tróade. Ver Hechos de los Apóstoles, 16, 8. ― Garra ― Sólo se menciona en este pasaje. El abrigo, era una especie de abrigo largo, sin mangas y con una sencilla abertura para la cabeza.

4.14 Alejandro. Ver 1 Timoteo, 1, 20.

4.19 Prisca y Águila. Ver Hechos de los Apóstoles, 18, 2. ― La familia de Onesíforo. Ver 2 Timoteo, 1, 16.

4.20 Borrar. Ver Hechos de los Apóstoles, 19, 22. ― Trófimo. Ver Hechos de los Apóstoles, 20, 4. ― En Corinto. Ver Hechos de los Apóstoles, 18, 1. ― En Mileto. Ver Hechos de los Apóstoles, 20, 15.

4.21 Eubulo, Pudente, Claudia. No se sabe nada con certeza sobre ellos. Se supone que Claudia era la esposa de Pudente, y Pudente, según varios estudiosos, era senador romano, padre de santa Práxedes y santa Pudenciana, vírgenes y mártires. Linus convertirse papa y fue el sucesor de San Pedro en la Sede de Roma.

Biblia de Roma
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La Biblia de Roma reúne la traducción revisada de 2023 del abad A. Crampon, las introducciones y comentarios detallados del abad Louis-Claude Fillion sobre los Evangelios, los comentarios sobre los Salmos del abad Joseph-Franz von Allioli, así como las notas explicativas del abad Fulcran Vigouroux sobre los demás libros bíblicos, todo ello actualizado por Alexis Maillard.

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