El libro del Génesis tiene como tema la creación, la introducción del pecado en la tierra, las primeras familias humanas, su rápida corrupción, el diluvio enviado por Dios como castigo, la dispersión de los pueblos, Abraham elegido para ser padre de un pueblo privilegiado del que nacerá el Redentor prometido.
Los primeros cinco libros de la Biblia conforman el Pentateuco. Relatan los orígenes de la teocracia. El Génesis, remontándose al principio, describe los primeros pasos de Dios para establecer su reino en la tierra. Aunque Abraham, el padre de los creyentes, es claramente la figura central y héroe del Génesis, y la tierra de Canaán, la futura Tierra Santa, es el escenario de los principales acontecimientos del libro, los anales de la teocracia habrían quedado muy incompletos si el escritor sagrado no hubiera incluido al comienzo de su narración un breve resumen de la vida de los primeros humanos. ¿Por qué, en efecto, se eligió una nación entre todas las demás? Fue porque la gran mayoría de los pueblos se habían alejado del Dios verdadero. Pero ¿cuál era la relación de la humanidad con Dios y cómo se produjo esta desastrosa separación? Era necesario plantear esto primero, tanto para demostrar mejor la necesidad de las instituciones teocráticas como para revelar el plan divino en su verdadera luz: el Dios que llamó a Abraham no es diferente del Dios Creador. La creación y la redención son actos íntimamente ligados: es cierto que se abre un abismo entre Dios y la humanidad, su creación elegida; pero el Señor interviene de inmediato para reparar la caída. Solo un pueblo es elegido, pero en Israel, toda la humanidad será bendecida y redimida, pues todas las naciones están unidas y provienen de la misma fuente.
Planificación y divisiónEl plan es sencillo. El Génesis es un vasto cuadro genealógico acompañado de un texto explicativo, un cuadro genealógico donde los acontecimientos de la historia primitiva y la historia patriarcal se insertan en los intervalos de la línea principal y las líneas secundarias según los personajes que desempeñan los papeles predominantes, y en el que los hechos así distribuidos reciben un desarrollo proporcional a su importancia en el conjunto.
En el Génesis, las genealogías forman el marco de la historia; los acontecimientos se insertan en los intervalos de una genealogía perpetua. Y el propio escritor sagrado nos reveló su plan mediante una fórmula, que repite hasta diez veces, y mediante la cual divide su material:
Esta es la historia del cielo y la tierra, del cielo y la tierra., Génesis 2, 4; ; Este es el libro de la historia de Adán, Génesis 5, 1; ; Esta es la historia de Noé., General. 6, 9.·Comp.· 10, 1; 11, 10, 27; 15, 12, 19; 36, 1; 37, 1. De estas diez secciones distintas, introducidas por la narración de la creación, 1, 1-2, 3:
1° la historia del cielo y de la tierra, 2, 4-4, 26; ;
2° la historia de Adán, 5, 1-6, 8; ;
3° la historia de Noé, 6, 9-9, 29; ;
4° la historia de los hijos de Noé, 10, 1-11, 9; ;
5° la historia de Sem, 11, 10-26; ;
6° La historia de Taré y Abraham, 11:27-25, 11
7° la historia de Ismael, 25, 12-18; ;
8° la historia de Isaac, 25, 19-35, 29; ;
9° la historia de Esaú, 36, 1-43; ;
10° La historia de Jacob, 37, 1-50, 25.
Estas secciones varían considerablemente en extensión, reflejando su desigual importancia teocrática. Se omite todo aquello que no contribuye directamente al propósito del autor, como la historia de los cainitas, los camitas, los jafetitas y la mayoría de los semitas, así como la de los descendientes de Ismael y Esaú. En cambio, hasta los detalles más nimios se conservan con esmero cuando son relevantes para la teocracia: esto resulta particularmente evidente en las biografías de Abraham, Isaac, Jacob y José.
Nuestras diez secciones se dividen en dos grandes períodos. El primero corresponde a los inicios de la historia universal, desde la creación hasta la dispersión de los pueblos, mientras que el segundo comienza con el llamado de Abraham y termina con la muerte de José. En el primer período, se esboza brevemente la historia del mundo y de la humanidad; el segundo sirve de introducción a la historia del pueblo judío. Así como el primero es general, el segundo es específico: narra la vida de una familia, siguiendo la de toda la humanidad. Cada una de estas partes consta de cinco secciones: 1° 1, 1-11, 26; 2° 11, 27-50, 25.
Belleza, utilidadEl Génesis es bello por sus contrastes: la caída y el Redentor, Caín y Abel, los cainitas y los semitas, Noé en el arca y la humanidad culpable sumergida por el diluvio, Sem y Jafet frente a Cam, el paganismo y la teocracia, Abraham y Lot; Isaac e Ismael, Jacob y Esaú, José y sus hermanos, la vida agrícola de los israelitas y la civilización de los egipcios.
El Génesis contiene revelaciones sobre el origen del mundo y la humanidad, y sobre nuestra relación con Dios. Se remonta al siglo XV a. C., mil años antes del nacimiento de Heródoto (contemporáneo de Nehemías, quien vivió en el siglo V a. C.).
Las fuentes del Génesis. Las fuentes de las que el escritor sagrado se nutrió para componer esta obra singular fueron tanto divinas como humanas. De Dios recibió todas las revelaciones necesarias; recurrió también a las tradiciones patriarcales, transmitidas fielmente de generación en generación gracias a la longevidad de los primeros hombres; y a documentos escritos, que debieron haberse ido formando gradualmente en diversos aspectos.
Comentarios. Origen, Selecta en Genesim, Y Homilías en Genesim. San Juan Crisóstomo, Homeliae 67 en Genesim, Y Sermones 9 en Genesim. San Jerónimo, Liber hebraicarum quaestionum en Genesim. San Agustín, De Genesi contra Manichaeos libri 2, y De Genesi ad litteram Libro 12.
Génesis 1
1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 2 La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas cubrían la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. 3 Dios dice: Hágase la luz Y hubo luz. 4 Y vio Dios que la luz era buena, y separó Dios la luz de las tinieblas. 5 Dios llamó a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana del primer día. 6 Dios dice: Que haya un firmamento entre las aguas, y que separe las aguas de las aguas. 7 Y Dios hizo la bóveda celeste y separó las aguas que están debajo de la bóveda celeste de las aguas que están sobre la bóveda celeste. Y así fue. 8 Dios llamó al firmamento Cielo. Y fue la tarde y la mañana del segundo día. 9 Dios dice: Que las aguas que están debajo de los cielos se junten en un solo lugar, y que aparezca la tierra seca..Y así fue. 10 Dios llamó a la tierra seca Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mar. Y vio Dios que era bueno. 11 Entonces Dios dijo: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto en su semilla, cada uno según su género, sobre la tierra..Y así fue. 12 Y produjo la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su género, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. 13 Y fue la tarde y fue la mañana del tercer día. 14 Dijo Dios: Haya luces en la bóveda celeste que separen el día de la noche; que sirvan de señales para marcar las estaciones, los días y los años., 15 y que sirven como lumbreras en el firmamento del cielo para alumbrar sobre la tierra. Y así fue. 16 Dios creó las dos grandes lumbreras: la mayor para regir el día y la menor para regir la noche., lo hizo también las estrellas. 17 Dios los colocó en el firmamento del cielo para iluminar la tierra, 18 para gobernar sobre el día y sobre la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. 19 Y fue la tarde y fue la mañana del cuarto día. 20 Dios dice: Llénense las aguas de seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, sobre la faz del firmamento.. 21 Y creó Dios los grandes animales acuáticos y todo ser viviente que se mueve en las aguas, según su especie, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. 22 Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas del mar, y multiplíquense las aves en la tierra. 23 Y fue la tarde y fue la mañana del quinto día. 24 Dios dice: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias domésticas y serpientes y animales de la tierra según su especie.. Y así fue. 25 Dios hizo los animales de la tierra según su género, los animales domésticos según su género, y todo lo que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno. 26 Entonces Dios dijo: Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza; y tenga dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra.. 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Y Dios los bendijo y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.. 29 Y Dios dijo: He aquí que yo os doy toda planta que da semilla sobre toda la tierra, y todo árbol que da fruto en que hay semilla; os serán para comer.. 30 Y a toda bestia de la tierra, y a toda ave de los cielos, y a todo lo que se mueve sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer.. Y así fue. 31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno. Y fue la tarde y la mañana del sexto día.
Génesis 2
1 Así fueron acabados los cielos y la tierra y todo su ejército. 2 Y Dios terminó en el séptimo día la obra que había hecho, y reposó en el séptimo día de toda la obra que había hecho. 3 Y Dios bendijo el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra de la creación que había hecho. 4 Éste es el relato de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, cuando el Señor Dios hizo la tierra y los cielos. 5 Aún no había sobre la tierra ningún arbusto del campo, ni había brotado aún ninguna planta del campo, porque Jehová Dios no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra. 6 Pero subió de la tierra un vapor que regó toda la superficie de la tierra. 7 El Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente. 8 Entonces el Señor Dios plantó un jardín en Edén, al este, y allí puso al hombre que había formado. 9 Y el Señor Dios hizo brotar de la tierra toda clase de árboles, árboles hermosos a la vista y buenos para comer. En medio del jardín estaban el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal. 10 Un río salía del Edén para regar el jardín, y desde allí se dividía en cuatro brazos. 11 El nombre del primero es Pisón; él es el que rodea toda la tierra de Hevilat, donde hay oro. 12 Y el oro de ese país es bueno, allí También Allí se encuentran el bdellium y el ónix. 13 El nombre del segundo río es Gehón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus. 14 El nombre del tercero es el Tigris, el que fluye al este de Asur. El cuarto río es el Éufrates. 15 El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara. 16 Y el Señor Dios le ordenó al hombre: «Puedes comer de todos los árboles del jardín, 17 Pero no comerás del árbol del conocimiento del bien y del mal, porque el día que comas de él, ciertamente morirás. 18 El Señor Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea. 19 Y el Señor Dios, que había formado de la tierra todos los animales del campo y todas las aves del cielo, los trajo al hombre para ver qué nombre les pondría; y todo lo que el hombre llamó a cada ser viviente. 20 Y el hombre puso nombre a todos los animales domésticos, a las aves del cielo y a todas las bestias del campo, pero no halló para el hombre una ayuda idónea. 21 Entonces el Señor Dios hizo que un sueño profundo cayera sobre el hombre, y mientras dormía, le quitó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar. 22 De la costilla que le había sacado al hombre, el Señor Dios formó una mujer, y la llevó ante el hombre. 23 Y el hombre dijo: «Esta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne; se llamará Mujer, porque fue sacada del hombre». 24 Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo. 25 Ambos estaban desnudos, el hombre y su esposa, sin ninguna vergüenza.
Génesis 3
1 La serpiente era más astuta que todos los animales salvajes que el Señor Dios había creado. Le dijo a la mujer: «¿Con razón Dios les ha dicho: “No coman de ningún árbol del jardín”?» 2 La mujer respondió a la serpiente: “Nosotras comemos del fruto de los árboles del jardín”. 3 Pero del fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios dijo: No comeréis de él, ni lo tocaréis, porque si no, moriréis. 4 La serpiente le dijo a la mujer: No, no morirás. 5 Pero Dios sabe que el día que comáis de él, se os abrirán los ojos y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal. 6 La mujer vio que la fruta El fruto del árbol era bueno para comer, agradable a la vista y deseable para alcanzar la sabiduría; ella tomó de su fruto y lo comió, y también dio a su marido que estaba con ella, y él lo comió. 7 Entonces se les abrieron los ojos a ambos y se dieron cuenta de que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera y se hicieron mantas. 8 Entonces oyeron la voz del Señor Dios que pasaba por el jardín al fresco del día, y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del Señor Dios entre los árboles del jardín. 9 Pero el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: ¿Dónde estás? 10 Él respondió: Oí tu voz en el jardín, y tuve miedo, porque estaba desnudo, y me escondí. 11 Y el Señor Dios dijo: ¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Comiste del árbol del que te prohibí comer? 12 El hombre respondió: La mujer con la que me pusiste me ha dado fruto. del árbol y comí un poco.. 13 El Señor Dios le dijo a la mujer: ¿Por qué hiciste eso? La mujer respondió: La serpiente me engañó, y me la comí.. 14 El Señor Dios le dijo a la serpiente: Por haber hecho esto, serás maldito más que todos los ganados y todas las bestias del campo; andarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida.. 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la suya; él te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el talón.. 16 A la mujer le dijo: Multiplicaré vuestros sufrimientos, y especialmente los de Durante tu embarazo darás a luz hijos con dolor; tu deseo será para tu marido, y él te dominará.. 17 Le dijo al hombre: Porque obedeciste a tu mujer y comiste del árbol del cual te ordené: “No comerás de él”, porque la tierra está maldita por tu culpa; con doloroso trabajo comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Te producirá espinas y cardos, y comerás las plantas del campo.. 19 Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.. 20 Adán llamó a su esposa Eva, porque ella era la madre de todos los vivientes. 21 El Señor Dios hizo túnicas de piel para Adán y su esposa, y en puesto. 22 Y el Señor Dios dijo: El hombre se ha vuelto como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal. No debe extender su mano y tomar también del árbol de la vida para comer y vivir para siempre.. 23 Y lo sacó Jehová del huerto de Edén, para que labrase la tierra de la cual había sido tomado. 24 Y expulsó al hombre, y puso al oriente del jardín del Edén querubines y la espada llameante que giraba en todas direcciones para guardar el camino al árbol de la vida.
Génesis 4
1 Adán conoció a Eva, su esposa, y ella concibió y dio a luz a Caín, y dijo: «He adquirido un hombre con el rescate de Caballero. 2 También dio a luz a Abel, su hermano. Abel era pastor de ovejas y Caín era labrador. 3 Después de algún tiempo, Caín ofreció algunos de los frutos de la tierra como ofrenda al Señor, 4 Abel, por su parte, ofreció algunos de los primogénitos de su rebaño y las partes más grasas. El Señor miró a Abel y su ofrenda. 5 Pero no miró a Caín ni su ofrenda. Caín se enfureció mucho y su semblante se ensombreció. 6 El Señor le dijo a Caín: ¿Por qué estás enfadado y por qué tienes el rostro abatido? 7 Si haces lo correcto, ¿acaso no serás aceptado? Y si no haces lo correcto, ¿acaso el pecado no acecha a tu puerta? Su deseo es dominarte, pero tú debes dominarlo.. 8 Caín le dijo a Abel, su hermano: Vayamos a los campos. Y, estando ellos en el campo, Caín se levantó contra Abel, su hermano, y lo mató. 9 Y el Señor le dijo a Caín: ¿Dónde está Abel, tu hermano? Él respondió: No lo sé, ¿acaso soy yo el guardián de mi hermano? 10 El Señor dijo: ¿Qué hiciste? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. 11 Ahora pues, maldito seas de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. 12 Cuando labres la tierra, no dará más su fruto; serás un vagabundo inquieto sobre la tierra.. 13 Caín le dijo al Señor: Mi dolor es demasiado grande para soportarlo. 14 He aquí, vosotros me arrojáis hoy de esta tierra, y estaré escondido de vuestra presencia; seré errante y errante en la tierra, y cualquiera que me hallare, me matará.. 15 El Señor le dijo: Pues bien, si alguien mata a Caín, Caín será vengado siete veces.. Y el Señor puso una marca sobre Caín para que nadie que lo encontrara lo matara. 16 Entonces Caín se apartó de la presencia del Señor y habitó en la tierra de Nod, al este del Edén. 17 Caín conoció a su esposa, y ella concibió y dio a luz a Enoc. Y comenzó a edificar una ciudad, a la cual llamó Enoc, en honor a su hijo. 18 Irad nació de Enoc y él engendró a Maviael, Maviael engendró a Metusel, y Metusel engendró a Lamec. 19 Lamec tomó dos esposas, el nombre de una era Ada y el de la segunda, Sella. 20 Ada dio a luz a Jabel: él fue el padre de los que habitan en tiendas de campaña y entre rebaños. 21 Su hermano se llamaba Jubal: era el padre de todos los que tocan el arpa y la flauta. 22 Sella, por su parte, dio a luz a Tubal-Caín, quien forjó toda clase de herramientas de corte de bronce y hierro. La hermana de Tubal-Caín era Naama. 23 Lamec dijo a sus esposas: Ada y Sella, mujeres de Lamec, escuchen mi voz, oigan mis palabras: Maté a un hombre por mi herida y a un joven por mi moretón. 24 Caín será vengado siete veces y Lamec setenta y siete veces. 25 Adán volvió a encontrarse con su esposa, y ella dio a luz a un hijo al que llamó Seth, porque, según ella, Dios me ha dado descendientes en lugar de Abel, a quien Caín mató.. 26 Set también tuvo un hijo, al que llamó Enós. Fue entonces cuando la gente comenzó a invocar el nombre del Señor.
Génesis 5
1 Este es el libro de la historia de Adán. Cuando Dios creó a Adán, lo hizo a su imagen y semejanza. 2 Los creó hombre y mujer, los bendijo y los llamó Hombre cuando fueron creados. 3 Adán vivió ciento treinta años y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y le puso por nombre Set. 4 Adán vivió ochocientos años después de engendrar a Set, y tuvo otros hijos e hijas. 5 Adán vivió novecientos treinta años, y murió. 6 Set vivió ciento cinco años y engendró a Enos. 7 Después de engendrar a Enós, Set vivió ochocientos siete años, y engendró hijos e hijas. 8 Seth vivió novecientos doce años, y murió. 9 Enós vivió noventa años y engendró a Cainán. 10 Después de engendrar a Cainán, Enós vivió ochocientos quince años, y engendró hijos e hijas. 11 Enós vivió novecientos cinco años, y murió. 12 Cainán vivió setenta años y engendró a Malaleel. 13 Después de engendrar a Malaleel, Cainán vivió ochocientos cuarenta años, y engendró hijos e hijas. 14 Cainán vivió novecientos diez años, y murió. 15 Malaleel vivió sesenta y cinco años y fue padre de Jared. 16 Después de engendrar a Jared, Malaleel vivió ochocientos treinta años, y engendró hijos e hijas. 17 Malaleel vivió ochocientos noventa y cinco años, y murió. 18 Jared vivió ciento sesenta y dos años y fue el padre de Enoch. 19 Después de engendrar a Enoch, Jared vivió ochocientos años y tuvo hijos e hijas. 20 Jared vivió novecientos sesenta y dos años, y luego murió. 21 Enoc vivió sesenta y cinco años y engendró a Matusalén. 22 Después de engendrar a Matusalén, Enoc caminó con Dios durante trescientos años, y engendró hijos e hijas. 23 Enoc vivió trescientos sesenta y cinco años. 24 Enoc caminó con Dios, y no fue visto de nuevo, porque Dios se lo llevó. 25 Matusalén vivió ciento ochenta y siete años y engendró a Lamec. 26 Después de engendrar a Lamec, Matusalén vivió setecientos ochenta y dos años, y engendró hijos e hijas. 27 Matusalén vivió novecientos sesenta y nueve años, y murió. 28 Lamec vivió ciento ochenta y dos años y engendró un hijo. 29 Le puso por nombre Noé, diciendo: Este nos librará de nuestro cansancio y del doloroso trabajo de nuestras manos, de esta tierra que el Señor ha maldecido. 30 Después de engendrar a Noé, Lamec vivió 595 años y tuvo hijos e hijas. 31 Lamec vivió setecientos setenta y siete años, y murió. 32 Noé, a la edad de quinientos años, engendró a Sem, Cam y Jafet.
Génesis 6
1 Cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 2 Los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran hermosas, y tomaron para sí mujeres de entre todas las que les agradaron. 3 Y el Señor dijo: Mi espíritu no habitará para siempre en el hombre, porque el hombre es solo carne, y sus días serán ciento veinte años. 4 Ahora bien, los gigantes estaban en la tierra en aquellos días, y esto después, cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres, y ellas les engendraron hijos: ellos fueron los héroes de la antigüedad. 5 El Señor vio que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que toda inclinación de sus corazones era de continuo solamente el mal. 6 Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón, 7 Y dijo: Raeré de la faz de la tierra a los hombres que he creado, y con ellos también los ganados, los reptiles y las aves del cielo, porque me arrepiento de haberlos hecho. 8 Pero Noé halló gracia ante los ojos del Señor. 9 Esta es la historia de Noé. Noé era un hombre justo, íntegro entre los hombres de su tiempo; Noé caminaba con Dios. 10 Noé engendró tres hijos: Sem, Cam y Jafet. 11 Pero la tierra se corrompió delante de Dios y estaba llena de violencia. 12 Dios miró la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. 13 Entonces dijo Dios a Noé: «El fin de todo ser ha venido delante de mí, porque la tierra está llena de violencia por causa de ellos; los destruiré a ellos y a la tierra.». 14 Constrúyete un arca de madera resinosa, hazla compuesta de células y cúbrela con betún por dentro y por fuera. 15 Así la harás: la longitud del arca será de trescientos codos, su anchura de cincuenta codos y su altura de treinta. 16 Harás una abertura en el arca, y harás un codo desde el techo hasta ella; pondrás una puerta en el costado del arca, y harás un primer, un segundo y un tercer piso de celdas. 17 Y traeré un diluvio, una inundación sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida que esté debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra perecerá. 18 Pero yo estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú y tus hijos, tu mujer y tu siervo. mujer de tus hijos contigo. 19 De todos los seres vivientes, de toda carne, traerás al arca dos de cada especie, para que vivan contigo; serán macho y hembra. 20 Aves de diversas clases, animales domésticos de diversas clases y toda clase de animal que se arrastra sobre la tierra, dos de cada clase vendrán a ti, para que preserves sus vidas. 21 Y tú, toma de todo lo que se coma y guárdalo contigo, para que sea alimento para ti y para ellos. 22 Noé se puso manos a la obra; hizo todo lo que Dios le había mandado.
Génesis 7
1 El Señor le dijo a Noé: «Entra en el arca, tú y toda tu familia, porque he visto que eres justo delante de mí en medio de esta generación». 2 De todos los animales limpios, tomarás siete parejas, machos y hembras, y de todos los animales que no son limpios, tomarás dos, un macho y su hembra. 3 Siete parejas de aves del cielo, machos y hembras, para mantener vivas su raza sobre la faz de toda la tierra. 4 Porque dentro de siete días yo enviaré lluvia sobre la tierra por cuarenta días y cuarenta noches, y raeré de sobre la faz de la tierra todo ser viviente que he hecho. 5 Noé hizo todo lo que el Señor le había mandado. 6 Tenía seiscientos años cuando ocurrió el diluvio, la inundación de la tierra. 7 Noé entró en el arca con sus hijos, su esposa y mujer de sus hijos para escapar de las aguas del diluvio. 8 De los animales limpios y de los que no lo son, de las aves y de todo lo que se arrastra sobre la tierra, 9 Cada pareja, macho y hembra, llegó hasta Noé en el arca, como Dios le había ordenado a Noé. 10 Y después de siete días, las aguas del diluvio se extendieron sobre la tierra. 11 En el año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, a los diecisiete días del mes, aquel día se rompieron todas las fuentes del gran abismo y se abrieron las compuertas del cielo. 12 Y la lluvia cayó sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. 13 Ese mismo día Noé entró en el arca, junto con Sem, Cam y Jafet, los hijos de Noé, la esposa de Noé y las esposas de sus tres hijos., 14 ellos y todos los animales según sus especies, y todos los animales domésticos según sus especies, y todos los reptiles según sus especies que se arrastran sobre la tierra, y todas las aves según sus especies, y todos los pájaros pequeños, todo lo que tiene alas. 15 Llegaron a Noé en el arca, de dos en dos, de toda carne que tenía aliento de vida. 16 Vinieron hombres y mujeres, de toda especie, como Dios le había ordenado a Noé. Y el Señor cerró la puerta tras él. 17 El diluvio fue cuarenta días sobre la tierra, y las aguas subieron y alzaron el arca, y ella se elevó sobre la tierra. 18 Las aguas subieron y llegaron a ser muy altas sobre la tierra, y el arca flotaba sobre las aguas. 19 Las aguas, al crecer cada vez más, cubrieron todas las altas montañas que hay bajo todo el cielo. 20 Las aguas subieron quince codos por encima de las montañas que cubrían. 21 Toda carne que se mueve sobre la tierra perece: aves, animales domésticos, bestias salvajes, todo lo que se arrastra sobre la tierra y todos los hombres. 22 De todo lo que había sobre la tierra seca, todo lo que tenía aliento de vida en sus narices murió. 23 Y fue destruido todo ser viviente que había sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, hasta los reptiles y las aves del cielo; fueron exterminados de la tierra, y sólo quedó Noé y los que con él estaban en el arca. 24 Las aguas estuvieron altas sobre la tierra durante ciento cincuenta días.
Génesis 8
1 Dios se acordó de Noé y de todos los animales del campo y del ganado que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y las aguas se retiraron., 2 Se cerraron las fuentes del abismo y las compuertas del cielo, y cesó la lluvia de caer del cielo. 3 Las aguas se retiraron de la tierra, yendo y viniendo, y al cabo de ciento cincuenta días disminuyeron. 4 En el séptimo mes, el día diecisiete del mes, el arca reposó sobre los montes de Ararat. 5 Las aguas continuaron retrocediendo hasta el décimo mes, y en el décimo mes, el primer día del mes, aparecieron los picos de las montañas. 6 Tras cuarenta días, Noé abrió la ventana que había hecho en el arca., 7 y soltó al cuervo, el cual salió y volvió hasta que las aguas se secaron sobre la tierra. 8 Él soltó Próximo La paloma se apartó de su lado para ver si las aguas habían retrocedido de la superficie de la tierra. 9 Pero la paloma, al no encontrar dónde apoyar la planta de su pata, regresó a él en el arca, porque allí había De nuevo Las aguas cubrían la faz de toda la tierra. Extendió su mano y, tomándola, la llevó de vuelta al arca. 10 Esperó otros siete días, y de nuevo soltó la paloma del arca., 11 Y la paloma regresó a él al atardecer, y he aquí que traía una hoja de olivo recién arrancada. era en su pico, y Noé reconoció que las aguas ya no cubrían la tierra. 12 Esperó otros siete días, y soltó la paloma, y esta no regresó. 13 En el año seiscientos uno, en el primer mes, el primer día del mes, las aguas se secaron sobre la tierra. Noé quitó la cubierta del arca y miró, y he aquí que la superficie de la tierra estaba seca. 14 En el mes segundo, a los veintisiete días del mes, la tierra se secó. 15 Entonces Dios habló a Noé, diciendo: 16 Sal del arca tú, tu mujer, tus hijos y mujer de tus hijos contigo. 17 Saca contigo toda especie de animales que tienes contigo: aves, animales domésticos y todo reptil que se arrastra sobre la tierra, para que abunden en la tierra, y fructifiquen y se multipliquen sobre la tierra. 18 Salió Noé, él y sus hijos, su mujer y mujer de sus hijos. 19 Y salieron del arca todos los animales, todos los reptiles, todas las aves y todo lo que se mueve sobre la tierra según su especie. 20 Noé construyó un altar al Señor y, habiendo tomado algunos de todos los animales limpios y de todas las aves limpias, ofreció holocaustos sobre el altar. 21 El Señor percibió el aroma agradable, y dijo el Señor en su corazón: «Nunca más maldeciré la tierra por causa del hombre, porque la inclinación de su corazón es mala desde su juventud; y nunca más destruiré a todo ser viviente, como lo he hecho.». 22 De ahora en adelante, mientras la tierra perdure, no cesarán la siembra y la cosecha, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche.
Génesis 9
1 Dios bendijo a Noé y a sus hijos y les dijo: «Sean fructíferos y multiplíquense y llenen la tierra». 2 Temeréis y seréis temidos por todo animal de la tierra, por todas las aves de los cielos, por todo lo que se mueve sobre la tierra, y por todos los peces del mar; entregados en vuestra mano son. 3 Todo lo que se mueve y tiene vida os servirá de alimento; todo esto os lo doy, como Te había dado césped verde. 4 Sin embargo, no comerás carne con su alma., eso quiere decir con su sangre. 5 Y por vuestra sangre, pediré cuentas de vuestras almas; pediré cuentas de toda bestia, por mano de hombre, por mano de hombre quién es A su hermano, le exigiré de nuevo el alma de ese hombre. 6 Quien derrame sangre humana, por los hombres será derramada su sangre, porque a imagen de Dios hizo Dios al ser humano. 7 En cuanto a vosotros, sed fecundos y multiplicaos; extendíos sobre la tierra y multiplicaos allí. 8 Dios dijo De nuevo a Noé y a sus hijos con él: 9 Y estableceré mi pacto contigo y con tus descendientes después de ti, 10 con todo ser viviente que está con vosotros, aves, animales domésticos y todos los animales de la tierra que están con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra. 11 Yo establezco mi pacto con vosotros: nunca más habrá más carne destruida por las aguas del diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra. 12 Y Dios dijo: «Esta es la señal del pacto que establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por todas las generaciones venideras». 13 He puesto mi arco en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. 14 Cuando reúna nubes sobre la tierra, el arcoíris aparecerá en las nubes, 15 Y me acordaré de mi pacto entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne, y las aguas no volverán a ser un diluvio que destruye toda carne. 16 El arco estará en las nubes, y al contemplarlo, recordaré el pacto eterno. que existe entre Dios y todos los seres vivientes de toda especie que hay sobre la tierra. 17 Y dijo Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre mí y toda carne que está sobre la tierra. 18 Los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet, y Cam fue el padre de Canaán. 19 Estos tres son los hijos de Noé, y por medio de ellos se pobló toda la tierra. 20 Noé, que era agricultor, comenzó a plantar un viñedo. 21 Tras haber bebido vino, se embriagó y se desnudó en medio de su tienda. 22 Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y salió y se lo contó a sus dos hermanos. 23 Entonces Sem y Jafet tomaron el manto. Noé Y, después de haberlo cargado sobre sus hombros, caminaron hacia atrás y cubrieron la desnudez de su padre. 24 Como tenían el rostro vuelto hacia otro lado, no vieron la desnudez de su padre. Cuando Noé despertó de su embriaguez, se enteró de lo que su hijo menor le había hecho., 25 Y dijo: «¡Maldito sea Canaán! Será para sus hermanos siervo de siervos». 26 Entonces dijo: Bendito sea el Señor, Dios de Sem, y que Canaán sea su siervo. 27 Que Dios le dé espacio a Jafet, que habite en las tiendas de Sem y que Canaán sea su siervo. 28 Noé vivió trescientos cincuenta años después del diluvio. 29 Todos los días de Noé fueron novecientos cincuenta años, y murió.
Génesis 10
1 Este es el relato de los descendientes de los hijos de Noé, Sem, Cam y Jafet. Les nacieron hijos después del diluvio. 2 Hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mosoc y Tiras. 3 Hijos de Gomer: Ascenez, Riphath y Thogorma. 4 Hijos de Javán: Elisa y Tharsis, Cetthim y Dodanim. 5 De ellos procedieron los pueblos dispersos por las islas de las naciones, en sus misceláneas países, cada uno según su idioma, según sus familias, según sus naciones. 6 Hijos de Cam: Cus, Mizraim, Fut y Canaán. 7 Hijos de Chus: Saba, Hevilah, Sabbatha, Regma y Sabbathaca. Hijos de Regma: Saba y Dadan. 8 Chus fue el padre de Nimrod: él fue el primer hombre poderoso sobre la tierra. 9 Fue un valiente cazador delante del Señor, por eso se dice: Como Nimrod, un valiente cazador delante del Señor. 10 El comienzo de su imperio fue Babel, Arac, Ahad y Chalanne en la tierra de Senaquerib. 11 Desde ese país fue a Asiria, y construyó Nínive, Rehobot-Ir y Chalé. 12 y Resen, entre Nínive y Chalé, es la ciudad grande. 13 Mesraim engendró a los Ludim, a los Anamim, a los Laabim, a los Nefthuim, 14 Los fetrusíes, los casluim, de quienes procedían los filisteos y los caftoríes. 15 Canaán engendró a Sidón, su primogénito, y a Het, 16 así como los jebuseos, los amorreos, los gergeseos, 17 los heveos, los aráceos, los sineonos, 18 los aradios, los samaritanos y los hamateos. Luego se dispersaron las familias de los cananeos. en el país, 19 y el territorio de los cananeos se extendía desde Sidón, en dirección a Gerar, hasta Gaza y, en dirección a Sodoma, Gomorra, Adama y Zeboim, hasta Laza. 20 Estos son los hijos de Cam, según sus familias, sus lenguas y sus misceláneas países, dentro de sus naciones. 21 Sem también tuvo hijos, quién es padre de todos los hijos de Éber y hermano mayor de Jafet. 22 Hijos de Sem: Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram. 23 Hijos de Aram: Nosotros, Hul, Gether y Mes. 24 Arfaxad engendró a Salé y Salé engendró a Heber. 25 Y a Heber le nacieron dos hijos: el nombre del uno fue Peleg, por cuanto en sus días fue repartida la tierra, y el nombre de su hermano, Jectan. 26 Jectan engendró a Elmodad, Salef, Asarmot, Jara, 27 Aduram, Uzal, Decla, 28 Ebal, Abimael, Saba, 29 Ofir, Hevila y Jobab. Todos estos son hijos de Jetán. 30 El país que habitaban era la cordillera oriental, desde Mesha hacia Sefar. 31 Estos son los hijos de Sem, según sus familias, según sus lenguas, en sus diversos países, según sus naciones. 32 Estas son las familias de los hijos de Noé, según sus generaciones, en sus naciones. De ellos procede que han salido naciones OMS se extendieron por toda la tierra después del diluvio.
Génesis 11
1 Toda la tierra tenía un solo lenguaje y las mismas palabras. 2 Procedentes del Este, hombres Encontraron una llanura en la tierra de Sennaar y se establecieron allí. 3 Se dijeron unos a otros: «Vamos, fabriquemos ladrillos y cocámoslos bien». Y usaron ladrillos en lugar de piedras, y betún en lugar de cemento. 4 Dijeron también: «Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un monumento, por si fuéramos esparcidos sobre la faz de toda la tierra». 5 Pero el Señor descendió para ver la ciudad y la torre que los hijos de los hombres estaban construyendo. 6 Y el Señor dijo: He aquí, son un solo pueblo y todos tienen un solo idioma, y esta obra es el comienzo de sus empresas; ahora nada les impedirá llevar a cabo sus planes. 7 Vamos, bajemos, y allí incluso Confundamos sus idiomas, para que ya no puedan entenderse entre sí. 8 Así es como el Señor Y los dispersó desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. 9 Por eso se llamó Babel, porque allí confundió el Señor el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los dispersó sobre la faz de toda la tierra. 10 Esta es la historia de Sem: Sem, de cien años, engendró a Arfaxad, dos años después del diluvio. 11 Después de engendrar a Arfaxad, Sem vivió quinientos años y engendró hijos e hijas. 12 Arphaxad vivió treinta y cinco años y fue el padre de Salé. 13 Después de engendrar a Salé, Arphaxad vivió cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas. 14 Salé vivió treinta años y fue padre de Héber. 15 Después de engendrar a Eber, Salé vivió 403 años y tuvo hijos e hijas. 16 Heber vivió treinta y cuatro años y engendró a Peleg. 17 Después de engendrar a Peleg, Heber vivió cuatrocientos treinta años, y engendró hijos e hijas. 18 Phaleg vivió treinta años y fue padre de Reü. 19 Después de engendrar a Reu, Peleg vivió doscientos nueve años y tuvo hijos e hijas. 20 Reü vivió treinta y dos años y fue padre de Sarug. 21 Después de engendrar a Sarug, Reü vivió doscientos siete años y tuvo hijos e hijas. 22 Sarug vivió treinta años y fue padre de Nachor. 23 Después de engendrar a Nahor, Sarug vivió doscientos años y tuvo hijos e hijas. 24 Nahor vivió veintinueve años y engendró a Taré. 25 Después de engendrar a Taré, Najor vivió 119 años, y tuvo hijos e hijas. 26 Taré vivió setenta años y engendró a Abram, Najor y Arán. 27 Esta es la historia de Taré. Taré fue el padre de Abram, Najor y Harán. Harán fue el padre de Lot. 28 Y Arán murió en presencia de Taré, su padre, en la tierra de su nacimiento, en Ur de los Caldeos. 29 Abram y Najor tomaron esposas: el nombre de la esposa de Abram era Sarai, y el nombre de la esposa de Najor era Melca, hija de Arán, padre de Melca y padre de Jesca. 30 Pero Sarai era estéril: no tenía hijos. 31 Taré tomó a su hijo Abram, y a Lot, hijo de Harán, su nieto, y a Sarai, su nuera, esposa de su hijo Abram, y salieron juntos de Ur de los Caldeos para ir a la tierra de Canaán, pero cuando llegaron a Harán, se establecieron allí. 32 Los días de Téraj fueron doscientos cinco años, y Téraj murió en Harán.
Génesis 12
1 El Señor le dijo a Abram: “Deja tu tierra, tu parentela y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré”. 2 Haré de ti una gran nación, te bendeciré y engrandeceré tu nombre. Serás una bendición. 3 Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldecirélo; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. 4 Abram partió, tal como el Señor le había dicho, y Lot lo acompañó. Abram tenía setenta y cinco años cuando salió de Harán. 5 Abram tomó a Sarai, su esposa, y a Lot, hijo de su hermano, junto con todas sus posesiones y los siervos que habían adquirido en Harán, y partieron hacia la tierra de Canaán. Y llegaron a la tierra de Canaán. 6 Abram viajó a través de la tierra hasta el lugar llamado Siquem, hasta la encina de Moreh. Los cananeos habitaban entonces esa tierra. 7 El Señor se apareció a Abram y a él Él dijo: «Esta tierra se la daré a tus descendientes». Y Abram construyó allí un altar al Señor que se le había aparecido. 8 Desde allí pasó a la montaña que está al este de Betel, y plantó su tienda, con Betel al oeste y Hai al este. De nuevo Construyó un altar al Señor, e invocó el nombre del Señor. 9 Luego Abram siguió adelante, de campamento en campamento, hacia el sur. 10 Había hambre en la tierra, y Abram bajó a Egipto para quedarse allí, porque el hambre era severa en la tierra. 11 Cuando estaba a punto de entrar en Egipto, le dijo a Sarai, su esposa: “Mira, sé que eres una mujer hermosa, 12 Cuando los egipcios te vean, dirán: Esta es su esposa; entonces me matarán a mí y te dejarán vivir. 13 Di que eres mi hermana, para que me traten bien por tu bien, y para que me perdonen la vida por respeto a ti. 14 Cuando Abram llegó a Egipto, los egipcios vieron que su esposa era muy hermosa. 15 Los funcionarios del faraón, al verla, la elogiaron ante el faraón, y la mujer fue llevada. y se los llevaron en la casa del faraón. 16 Trató bien a Abram por amor a ella, y Abram recibió ovejas, bueyes, asnos, siervos y siervas, asnas y camellos. 17 Pero el Señor castigó a Faraón y a su familia con grandes plagas a causa de Sarai, la esposa de Abram. 18 Entonces el faraón mandó llamar a Abram y a él Él dijo: ¿Qué me has hecho? ¿Por qué no me dijiste que era tu esposa? 19 ¿Por qué dijiste: «Es mi hermana», y por eso la tomé por esposa? Ahora, aquí tienes a tu esposa; tómala y vete. 20 Y Faraón, después de dar órdenes a su pueblo acerca de Abram, lo despidieron junto con su esposa y todo lo que le pertenecía.
Génesis 13
1 Abram subió de Egipto al sur, él, su esposa y todo lo que le pertenecía, y Lot con él. 2 Abram era muy rico en ganado, plata y oro. 3 Luego fue de campamento en campamento desde el sur hasta Betel, al lugar donde había plantado su tienda por primera vez, entre Betel y Hai., 4 en el lugar donde antes había estado el altar que Abram había erigido. Y allí invocó el nombre del Señor. 5 Lot, que viajaba con Abram, también tenía ovejas, bueyes y tiendas de campaña., 6 y la tierra no era lo suficientemente grande para que vivieran juntos, pues sus posesiones eran demasiado grandes para que pudieran permanecer juntos. 7 Surgió una disputa entre los pastores de los rebaños de Abram y los pastores de los rebaños de Lot. Los cananeos y los ferezeos estaban entonces asentados en la tierra. 8 Abram le dijo a Lot: “Por favor, que no haya discordia entre tú y yo, ni entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos”. 9 ¿Acaso no tienes todo el país delante? Entonces, apártate de mí. Si vas a la izquierda, yo iré a la derecha, y si vas a la derecha, yo iré a la izquierda. 10 Alzando Lot sus ojos, vio toda la llanura del Jordán, que era de riego; era como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto hacia Zoar, antes que el Señor destruyera a Sodoma y a Gomorra. 11 Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán y avanzó hacia el oriente; así se separaron el uno del otro. 12 Abram habitó en la tierra de Canaán, y Lot habitó en las ciudades de la llanura, y plantó sus tiendas hasta Sodoma. 13 Pero los habitantes de Sodoma eran muy malvados y grandes pecadores contra el Señor. 14 Después de que Lot se separó de Abram, el Señor le dijo: «Alza tus ojos y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y hacia el sur, hacia el este y hacia el oeste». 15 Toda la tierra que ves, te la daré a ti y a tus descendientes para siempre. 16 Restauraré tu posteridad. numeroso Como se puede contar el polvo de la tierra, así se contará tu descendencia. 17 ¡Levántate, recorre toda la tierra, porque yo te la daré!. 18 Abram trasladó sus tiendas y se estableció junto a las encinas de Mamre, que están en Hebrón, y allí construyó un altar al Señor.
Génesis 14
1 En los días de Amrafel, rey de Senaar, Arioc, rey de Elasar, Chodorlahomor, rey de Elam, y Thadal, rey de Goim, llegaron 2 que hicieron la guerra a Bara, rey de Sodoma, a Bersa, rey de Gomorra, a Senaab, rey de Adama, a Semeber, rey de Zeboim, y al rey de Bala, que es Segor. 3 Todos se reunieron en el valle de Siddim, que es el Mar Salado. 4 Durante doce años habían estado sometidos a Chodorlahomor, y en el decimotercer año se rebelaron. 5 Pero en el decimocuarto año, Chodorlahomor partió con los reyes que estaban con él, y derrotaron a los refaítas en Astarot-Carnaim, a los zusim en Ham y a los emitas en la llanura de Cariataim. 6 y los horitas en su montaña de Seir, hasta El-Pharan, que está cerca del desierto. 7 Luego, volviendo sobre sus pasos, llegaron a la fuente del Juicio, que es Cades, y derrotaron a toda la tierra de los amalecitas, así como a los amorreos que vivían en Asason-Tamar. 8 Entonces el rey de Sodoma avanzó con el rey de Gomorra, el rey de Adama, el rey de Seboim y el rey de Balaam, que es Segor, y dispusieron sus líneas de batalla contra ellos en el valle de Sidim., 9 contra Chodorlahomor, rey de Elam, Tadal, rey de Goyim, Amrafel, rey de Senaquerib, y Arioc, rey de Elasar, cuatro reyes contra los cinco. 10 Había muchos pozos de betún en el valle de Sidim; el rey de Sodoma y el rey de Gomorra huyeron y cayeron en ellos, los demás huyeron a las montañas. 11 Los ganadores Se llevaron todas las posesiones de Sodoma y Gomorra y todas sus provisiones, y partieron. 12 También se llevaron a Lot, hijo del hermano de Abram, y sus posesiones, y partieron, pues él vivía en Sodoma. 13 Uno de los fugitivos vino y le dijo a Abram el hebreo, que vivía junto a las encinas de Mamre, el amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, que eran aliados de Abram. 14 Tan pronto como Abram supo que su hermano había sido capturado, reunió a sus hombres más experimentados, nacidos en su casa, que sumaban trescientos dieciocho, y persiguió a los reyes hasta Dan. 15 Allá, Tras dividir sus tropas para atacarlos de noche, él y sus sirvientes los derrotaron y los persiguieron hasta Hobah, que está a la izquierda de Damasco. 16 Y trajo de vuelta todas las posesiones, y también trajo de vuelta a Lot, su hermano, y sus posesiones, y también a mujer y la gente. 17 Cuando Abram regresó victorioso sobre Chodorolamor y los reyes que estaban con él, el rey de Sodoma salió a recibirlo en el valle de Saveh, que es el Valle del Rey. 18 Melquisedec, rey de Salem, trajo pan y vino; era sacerdote del Dios Altísimo. 19 Bendijo a Abram y dijo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, que creó los cielos y la tierra. 20 Bendito sea el Dios Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos. Y Abram le dio el diezmo de todo. 21 El rey de Sodoma le dijo a Abram: "Dame el pueblo y quédate con las posesiones". 22 Abram respondió al rey de Sodoma: He alzado mi mano al Señor, el Dios Altísimo, que creó el cielo y la tierra; 23 Desde un hilo hasta la correa de una sandalia, no tomaré nada que te pertenezca para que no puedas decir: Yo he enriquecido a Abram. 24 Nada para mí. Lo que comieron los jóvenes y la parte correspondiente a los hombres que vinieron conmigo, Aner, Eschol y Mambré, ellos tomarán su parte.
Génesis 15
1 Después de estos acontecimientos, la palabra del Señor vino a Abram en una visión: No temas, Abram, yo soy tu escudo, y tu galardón será muy grande. 2 Abram respondió: «Señor Dios, ¿qué me darás? Me voy sin hijos, y el heredero de mi casa es Eliezer de Damasco». 3 Y respondió Abram: He aquí que no me has dado descendencia, y un hombre unido a mi casa será mi heredero. 4 Entonces vino a él la palabra del Señor, diciendo: No te heredará éste, sino uno que saldrá de tus entrañas será tu heredero. 5 Y llevándolo afuera, le dijo: «Alza tus ojos al cielo y cuenta las estrellas, si puedes contarlas». Y le añadió: «Así será tu descendencia». 6 Abram creyó en el Señor, y el Señor se lo reconoció como justicia. 7 Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte esta tierra para que la poseas. 8 Abram respondió: «Señor Soberano, ¿cómo sabré que la poseeré?» 9 Y el Señor le dijo: Toma una novilla de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un palomino. 10 Abram le trajo todos estos animales y, después de dividirlos por la mitad, colocó cada mitad frente a la otra, pero no dividió las aves. 11 Aves de rapiña descendieron sobre los cadáveres, y Abram las ahuyentó. 12 Al ponerse el sol, un profundo sueño cayó sobre Abram, y el terror y una profunda oscuridad se abatieron sobre él. 13 El Señor le dijo a Abram: Ten presente que tu descendencia será extranjera en una tierra que no es suya, y allí será esclavizada y oprimida por cuatrocientos años. 14 Pero yo juzgaré a la nación a la que han sido esclavizados, y después saldrán con grandes posesiones. 15 Irás en paz a reunirte con tus padres, y descansarás en una feliz vejez. 16 En la cuarta generación volverán aquí, porque la iniquidad del amorreo aún no se ha colmado. 17 Cuando el sol se hubo puesto y cayó una profunda oscuridad, he aquí que un horno humeante y una antorcha de fuego pasaron entre los animales divididos. 18 En aquel día hizo el Señor un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates; 19 la tierra de los cineanos, los cénezeos, los cadmoneos, 20 hititas, ferezeos, refaítas, 21 Amorreos, cananeos, gergeseos y jebuseos.
Génesis 16
1 Sarai, la esposa de Abram, no le había dado hijos, y tenía una sirvienta egipcia llamada Agar. 2 Sarai le dijo a Abram: «El Señor me ha impedido tener hijos. Te ruego que te unas a mi sierva; quizá pueda tener hijos con ella». Abram escuchó a Sarai. 3 Sarai, la esposa de Abram, tomó ENTONCES Agar la egipcia, su sierva, después de que Abram hubiera vivido diez años en la tierra de Canaán, y ella se la dio a Abram, su esposo, para que fuera su esposa. 4 Él fue a donde estaba Agar, y ella concibió; y cuando vio que había concebido, miró con desprecio a su ama. 5 Sarai le dijo a Abram: «El agravio que me han hecho recae sobre ti. Puse a mi sierva en tus brazos, y cuando vio que estaba embarazada, me miró con desprecio. Que el Señor juzgue entre tú y yo». 6 Abram le respondió a Sarai: «Mira, tu sierva está bajo tu poder; haz con ella lo que bien te parezca.» Sarai la maltrató, y Agar huyó de su casa. 7 El ángel del Señor la encontró junto a un manantial en el desierto, junto al manantial que está en el camino a Shur. 8 Él le dijo: «Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes y adónde vas?». Ella respondió: «Estoy huyendo de Sarai, mi señora». 9 El ángel del Señor le dijo: Vuelve a tu señora y humíllate bajo su mano. 10 El ángel del Señor añadió: Multiplicaré en gran manera tu descendencia, tanto que será tan numerosa que no se podrá contar. 11 El ángel del Señor le dijo otra vez: «He aquí que estás encinta, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque el Señor ha oído tu aflicción». 12 Este hombre será un asno salvaje; su mano estará contra todos, y la mano de todos contra él, y vivirá en hostilidad hacia todos sus hermanos. 13 Agar llamó al Señor que le había hablado, Atta-El-Roi, porque dijo: ¿He visto aquí al Dios que me vio? 14 Por eso este pozo se llama pozo de Lachaï-Roï. Está situado entre Kadesh y Barad. 15 Agar le dio un hijo a Abram, y Abram llamó Ismael al hijo que Agar le había dado a luz. 16 Abram tenía ochenta y seis años cuando Agar dio a luz a Ismael, hijo de Abram.
Génesis 17
1 Cuando Abram llegó a la edad de noventa y nueve años, el Señor se le apareció y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. 2 Estableceré mi pacto contigo y conmigo, y te multiplicaré infinitamente. 3 Abram cayó rostro en tierra, y Dios le habló así: 4 Éste es mi pacto contigo: Serás padre de muchedumbre de naciones. 5 Ya no te llamarás Abram, sino que tu nombre será Abraham, porque te he constituido padre de multitud de naciones. 6 Yo te haré multiplicarte en gran manera; de ti haré naciones, y de ti saldrán reyes. 7 Establezco mi pacto, entre mí y tú y tus descendientes después de ti, de generación en generación, en un pacto eterno, para ser tu Dios y el Dios de tus descendientes después de ti. 8 I tú Yo te daré a ti y a tus descendientes después de ti la tierra donde ahora resides como extranjero, toda la tierra de Canaán, en posesión perpetua, y yo seré su Dios. 9 Dios le dijo a Abraham: Y tú y tu descendencia después de ti guardaréis mi pacto por todas las generaciones. 10 Aquí está el anillo que debes conservar., la alianza entre tú y yo, y tus descendientes después de ti: todo varón entre vosotros será circuncidado. 11 Os circuncidaréis, y esta será la señal del pacto entre mí y vosotros. 12 Cuando tenga ocho días de edad, todo varón entre vosotros, a través de vuestras generaciones, será circuncidado, ya sea nacido en casa o comprado con dinero a cualquier extranjero, que no sea de vuestra raza. 13 Todo varón nacido en la casa o adquirido con dinero deberá ser circuncidado, y mi pacto estará en vuestra carne como pacto eterno. 14 El varón incircunciso, el cual no fuere circuncidado en su carne, será cortado de su pueblo; habrá quebrantado mi pacto. 15 Dios le dijo a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás más Sarai, porque su nombre es Sara. 16 Yo la bendeciré, y por medio de ella te daré un hijo; yo la bendeciré, y de ella saldrán naciones, reyes de pueblos vendrán de ella. 17 Abraham cayó rostro en tierra y se rió, pensando: «¿Acaso puede nacer un hijo de un hombre de cien años? ¿Y puede Sara, una mujer de noventa años, concebir un hijo?». 18 Y Abraham dijo a Dios: ¡Viva Ismael delante de ti! 19 Dios le respondió: «Sí, Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y estableceré mi pacto con él como pacto perpetuo para su descendencia después de él». 20 En cuanto a Ismael, te he escuchado. Mira, lo he bendecido; lo haré fecundo y lo multiplicaré en gran manera; engendrará doce príncipes, y haré de él una gran nación. 21 Pero estableceré mi pacto con Isaac, a quien Sara te dará a luz el año que viene por estas fechas. 22 Y habiendo terminado de hablar con él, Dios se apartó de Abraham. 23 Abraham tomó a su hijo Ismael, y a todos los varones nacidos en su casa y a todos los que había adquirido con dinero, a todos los varones de entre la gente de su casa, y los circuncidó ese mismo día, como Dios le había mandado. 24 Abraham tenía noventa y nueve años cuando fue circuncidado., 25 Y su hijo Ismael tenía trece años cuando fue circuncidado. 26 Ese mismo día, Abraham y su hijo Ismael fueron circuncidados., 27 y todos los varones de su casa, tanto los nacidos en su casa como los comprados a extranjeros, fueron circuncidados con él.
Génesis 18
1 El Señor se le apareció junto a las encinas de Mamre, mientras él estaba sentado a la entrada de la tienda durante el calor del día. 2 Alzó la vista y vio a tres hombres de pie frente a él. En cuanto los vio, corrió desde la entrada de la tienda a su encuentro y, inclinándose hasta el suelo, 3 Él dijo: «Señor, si he hallado favor en tus ojos, te ruego que no pases de largo junto a tu siervo». 4 Por favor, traiga agua para lavarse los pies. Descanse bajo este árbol., 5 Tomaré un bocado de pan, y fortalecerán sus corazones y continuarán su camino, pues para eso han pasado delante de su siervo. Respondieron: «Haz lo que has dicho». 6 Abraham se apresuró a regresar a la tienda donde se encontraba Sara y le dijo: «Rápido, toma tres medidas de harina, amásala y haz tortas». 7 Entonces Abraham corrió al rebaño y, tomando un ternero tierno y bueno, se lo dio al criado, quien se apresuró a prepararlo. 8 Tomó también mantequilla y leche, junto con el ternero que había preparado, y se los puso delante, mientras él permanecía de pie junto a ellos bajo el árbol. Y comieron. 9 Entonces le preguntaron: «¿Dónde está Sara, tu mujer?» Él respondió: Ella es Allí, en la tienda de campaña. 10 Y él dijo: Seguramente volveré a ti por este tiempo el año que viene, y Sara tu mujer tendrá un hijo. Sara oyó estas palabras a la entrada de la tienda, detrás de él. 11 Abraham y Sara eran ya ancianos, de edad avanzada, y Sara estaba muy avanzada en su juventud. 12 Sara se rió para sí misma, en se diciendo: Aunque sea viejo, ¿conoceré aún el placer? Y mi señor También es viejo. 13 El Señor le dijo a Abraham: «¿Por qué se rió Sara y dijo: “¿Es posible que tenga un hijo ahora que soy vieja?”». 14 ¿Hay algo demasiado difícil para el Señor? En el tiempo señalado volveré a ti, en esta época del año, y Sara tendrá un hijo. 15 Sara lo negó, diciendo: No me reí, porque tenía miedo. Pero él... a él dijo:No, te reíste. 16 Estos hombres se levantaron para marcharse y se dirigieron hacia Sodoma; Abraham fue con ellos para acompañarlos. 17 Entonces el Señor dijo: «¿Ocultaré a Abraham lo que voy a hacer?» 18 Porque Abraham llegará a ser una nación grande y fuerte, y serán benditas en él todas las naciones de la tierra. 19 En verdad, lo he escogido para que mande a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del Señor, practicando la equidad y la justicia, y para que de esta manera el Señor cumpla a favor de Abraham las promesas que le ha hecho. 20 Y dijo Jehová: El clamor que sube de Sodoma y de Gomorra es muy grande, y su pecado muy grave. 21 Quiero bajar y ver si, según el grito que me llegó, su crimen ha alcanzado su punto álgido, y si no es así, lo sabré. 22 Los hombres partieron y se dirigieron hacia Sodoma, y Abraham permaneció de pie ante el Señor. 23 Abraham se acercó y le dijo: «¿Destruirás también al justo con el malvado?» 24 Quizá haya cincuenta justos en la ciudad: ¿los destruirías también a ellos, y no perdonarías a la ciudad por amor a los cincuenta justos que pudieran estar en ella? 25 Lejos de ti hacer tal cosa, condenar a muerte al justo junto con el malvado. Así sería lo mismo para el justo que para el malvado. ¡Lejos de ti! ¿Acaso el Juez de toda la tierra no hará justicia? 26 Dijo el Señor: Si encuentro cincuenta justos en la ciudad de Sodoma, perdonaré a toda la ciudad por amor a ellos. 27 Abraham respondió: «He aquí que me he atrevido a hablar al Señor, yo que soy polvo y ceniza». 28 Quizás falten cinco de los cincuenta justos; ¿por cinco hombres destruirás toda la ciudad? Él dijo: «No la destruiré si encuentro cuarenta y cinco». 29 Abraham continuó hablándole y dijo: «Quizás se encuentren allí cuarenta justos». Él respondió: «No lo haré por amor a esos cuarenta». 30 Abrahán Dijo: «Que el Señor no se enoje si hablo. Quizás encuentre treinta». Y añadió: «No lo haré si encuentro treinta». 31 Abrahán Dijo: «Ahora me he atrevido a hablar con el Señor. Quizás se encuentren veinte». Y añadió: «Porque estos Veinte años, no lo destruiré. 32 Abrahán Dijo: «Que el Señor no se enoje, y solo diré esto una vez más: Quizás se encuentren diez». Y añadió: «Por amor a estos diez, no la destruiré». 33 El Señor se marchó cuando terminó de hablar con Abraham, y Abraham regresó a su casa.
Génesis 19
1 Los dos ángeles llegaron a Sodoma al atardecer, y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Cuando Lot los vio, se levantó para recibirlos y se postró rostro en tierra., 2 Y él dijo: «Mirad, señores míos, os ruego que entréis en casa de vuestro siervo y paséis allí la noche, lavéis vuestros pies, y luego madrugad y seguid vuestro camino». Ellos respondieron: «No, pasaremos la noche en la plaza». 3 Pero Lot les rogó con tanta insistencia que fueron a verlo y entraron en su casa. Les preparó un banquete, horneó pan sin levadura y comieron. 4 Todavía no se habían acostado cuando los hombres de la ciudad, los hombres de Sodoma, rodearon la casa, desde los niños hasta los ancianos, todo el pueblo, de todas partes de la ciudad. 5 Llamaron a Lot y a él. Dijeron: "¿Dónde están los hombres que vinieron anoche? Sáquenlos para que podamos hablar con ellos". 6 Lot caminó hacia ellos en la entrada de la casa y, habiendo cerrado la puerta tras él, 7 Él dijo: No, hermanos míos, os ruego que no hagáis el mal. 8 Mira, tengo dos hijas vírgenes. Déjame que te las traiga y haz con ellas lo que quieras. Pero no hagas nada a estos hombres, pues para eso han venido a refugiarse bajo mi techo. 9 Respondieron: "¡Fuera de aquí!". Y añadieron: "¿Este hombre vino como extranjero y ahora es juez? ¡Pues te haremos más daño que a ellos!". Y, haciendo retroceder a Lot con violencia, avanzaron para derribar la puerta. 10 EL dos Los hombres extendieron sus manos y, después de haber hecho entrar a Lot de nuevo en la casa, cerraron la puerta. 11 Y cegaron a quienes estaban a la entrada de la casa, desde el más pequeño hasta el más grande, y se cansaron. innecesariamente buscar la puerta. 12 EL dos Los hombres le dijeron a Lot: «¿A quién más tienes aquí? Yernos, hijos e hijas, y a todos los que tengas en la ciudad, sácalos de aquí». 13 Porque vamos a destruir este lugar, porque un gran clamor se ha levantado de sus habitantes ante el Señor, y el Señor nos ha enviado a destruirlo. 14 Lot salió y les dijo a sus yernos, que se habían llevado a sus hijas: «Levántense —les dijo—, salgan de este lugar, porque el Señor está a punto de destruir la ciudad». Pero a los ojos de sus yernos, parecía que estaba bromeando. 15 Desde la primera luz del día, los ángeles Y apremiaron a Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer y tus dos hijas que se encuentran aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad. 16 Como él se demoraba, estos hombres lo tomaron de la mano, junto con su esposa y sus dos hijas, porque el Señor quiso protegerlo, y lo sacaron de la ciudad. 17 Cuando los sacaron, uno de los ángeles dijo: «¡Sálvate, por tu vida! No mires atrás ni te detengas en la llanura; sálvate en las montañas, ¡no sea que perezcas!». 18 Lot les respondió: «No, Señor». 19 He aquí, tu siervo ha hallado gracia ante tus ojos, y me has mostrado gran bondad al preservar mi vida; pero no puedo escapar al monte, no sea que me alcance la destrucción y perezca. 20 Mira, este pueblo está lo suficientemente cerca como para refugiarme allí, y es pequeño. Déjame escapar allí, ¿no es pequeño? Y déjame vivir. 21 Le dijo: «Mira, te concedo este favor adicional: que no destruirás la ciudad de la que hablas». 22 Date prisa y escapa allí, pues no puedo hacer nada hasta que llegues. Por eso esta ciudad recibió el nombre de Segor. 23 El sol salió sobre la tierra, y Lot llegó a Segor. 24 Entonces el Señor hizo llover azufre ardiente sobre Sodoma y Gomorra, desde el cielo. 25 Destruyó aquellas ciudades y toda la llanura, y todos los habitantes de las ciudades y las plantas de la tierra. 26 La mujer de Lot miró hacia atrás y se convirtió en una estatua de sal. 27 Abraham se levantó muy temprano por la mañana y fue al lugar donde había estado delante del Señor. 28 Y miró hacia Sodoma y Gomorra, y sobre toda la extensión de la llanura, y vio humo que subía de la tierra como el humo de un horno. 29 Cuando Dios destruyó las ciudades de la llanura, se acordó de Abraham y rescató a Lot de la devastación, cuando arrasó las ciudades donde Lot vivía. 30 Lot subió desde Segor y se estableció en las montañas, llevándose consigo a sus dos hijas, pues tenía miedo de quedarse en Segor, y vivió en una cueva con sus dos hijas. 31 La hermana mayor dijo a la menor: Nuestro padre es viejo, y no hay hombre en el país que venga a nosotras, según la costumbre de todos los países. 32 Venid, hagamos que nuestro padre beba vino y nos acostemos con él, para que podamos conservar descendencia de nuestro padre. 33 Así que aquella noche hicieron que su padre bebiera vino, y la hija mayor entró y se acostó con su padre, y él no se dio cuenta de cuándo su hija se acostó ni cuándo se levantó. 34 Al día siguiente, la hija mayor le dijo a la menor: «Anoche me acosté con mi padre. Démosle beber vino otra vez esta noche, y tú ve y acuéstate con él para que podamos preservar la descendencia de nuestro padre». 35 Aquella noche volvieron a hacer que su padre bebiera vino, y la hija menor fue y se acostó a su lado, y él no se dio cuenta de cuándo se acostó ni de cuándo se levantó. 36 Las dos hijas de Lot quedaron embarazadas de su padre. 37 La hija mayor dio a luz un hijo, y le puso por nombre Moab, el cual es el padre de los moabitas. que existen Hasta el día de hoy. 38 La hija menor también tuvo un hijo, a quien llamó Ben-ammi, el cual es padre de los hijos de Amón, que existen Hasta el día de hoy.
Génesis 20
1 Abraham partió de allí hacia la región del sur, se estableció entre Cades y Shur, y permaneció un tiempo en Gerar. 2 Abraham dijo de Sara, su esposa: «Es mi hermana». Abimelec, rey de Gerar, mandó tomar a Sara. 3 Pero Dios vino a Abimelec en sueños de noche, y le dijo: He aquí, morirás a causa de la mujer que has tomado; la cual es mujer casada. 4 Pero Abimelec no se había acercado a ella, y respondió: «Señor, ¿matarás a gente inocente?» 5 ¿No me dijo él: «Es mi hermana»? Y ella misma me dijo: «Es mi hermano». Lo hice con un corazón puro y manos limpias. 6 Dios le dijo en sueños: «Yo también sé que actuaste con un corazón puro, por eso te impedí pecar contra mí. Por eso no te permití tocarla». 7 Ahora, devuélvanle la esposa a ese hombre, porque es profeta; él intercederá por ustedes y vivirán. Si no se la devuelven, sepan que ustedes y toda su familia ciertamente morirán. 8 Abimelec se levantó muy temprano por la mañana, llamó a todos sus siervos y les contó todo esto, y el pueblo se llenó de gran temor. 9 Entonces Abimelec llamó a Abraham y le dijo: «¿Qué nos has hecho? ¿En qué te he ofendido, para que hayas traído sobre mí y sobre mi reino un pecado tan grande? Me has hecho cosas que no se deben hacer». 10 Abimelec le dijo otra vez a Abraham: «¿En qué estabas pensando cuando hiciste esto?» 11 Respondió Abraham: Yo dije en mi corazón: 'Seguramente no hay temor de Dios en esta tierra, y me matarán por causa de mi mujer.' 12 Y además, ella es realmente mi hermana, es la hija de mi padre, aunque no sea la hija de mi madre, y se ha convertido en mi esposa. 13 Cuando Dios me hizo alejarme de la casa de mi padre, le dije a Sara: «Esta es la bondad que debes mostrarme: en cualquier lugar a donde lleguemos, dirás de mí: “Es mi hermano”». 14 Entonces Abimelec tomó ovejas y bueyes, siervos y siervas, y se los dio a Abraham, y le devolvió a Sara su esposa. 15 Y dijo Abimelec: He aquí mi tierra está delante de ti; habita donde bien te parezca. 16 Y dijo a Sara: Yo doy a tu hermano mil piezas de plata; esto será un velo sobre tus ojos para todos los que están contigo, y para todos; así serás justificada. 17 Abraham intercedió ante Dios, y Dios sanó a Abimelec, a su esposa y a sus siervos, y tuvieron hijos. 18 Porque el Señor había hecho estéril toda matriz en la casa de Abimelec, a causa de Sara, la esposa de Abraham.
Génesis 21
1 El Señor visitó a Sara, como había dicho; el Señor cumplió con Sara lo que había prometido. 2 Sara concibió y dio a luz un hijo a Abraham en su vejez, en el tiempo que Dios le había señalado. 3 Abraham llamó Isaac al hijo que le nació, que Sara le había dado a luz. 4 Y Abraham circuncidó a su hijo Isaac cuando tuvo ocho días, como Dios le había mandado. 5 Abraham tenía cien años cuando nació su hijo Isaac. 6 Y dijo Sara: Dios me ha dado un motivo de risa; cualquiera que lo oiga, se reirá de mí. 7 Añadió: «¿Quién le habría dicho a Abraham: «Sara criará hijos»? Pues yo le he dado un hijo en su vejez.» 8 El niño creció y fue destetado. Abraham ofreció un gran banquete el día en que Isaac fue destetado. 9 Sara vio al hijo de Agar la egipcia, a quien ella le había dado a luz a Abraham, riendo., 10 Y dijo a Abraham: Echa fuera a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no heredará con mi hijo Isaac. 11 Esta declaración disgustó enormemente a Abraham a causa de su hijo. Ismael. 12 Pero Dios le dijo a Abraham: «No te desagrades por el niño ni por tu sierva. Consiente en todo lo que Sara te pida, porque de Isaac nacerá un descendiente que llevará tu nombre». 13 Sin embargo, también haré una nación del hijo de la sierva, porque él nació de ti. 14 Abraham se levantó muy temprano por la mañana, tomó pan y un odre de agua, se los dio a Agar y se los puso sobre el hombro., se lo entregó Él también despidió a la niña, y ella se marchó, vagando por el desierto de Beerseba. 15 Cuando se le acabó el agua a la piel, arrojó a la niña debajo de uno de los arbustos., 16 Y ella fue y se sentó frente a él, a un tiro de arco de distancia, porque dijo: «No quiero ver morir al niño». Entonces se sentó frente a él, alzó la voz y lloró. 17 Dios oyó la voz del niño, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, diciéndole: «¿Qué te pasa, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del niño donde está». 18 ¡Levántate, alza al niño, tómalo de la mano, porque yo haré de él una gran nación!. 19 Y Dios le abrió los ojos, y vio un pozo de agua; fue y llenó el odre de agua y dio de beber al niño. 20 Dios estaba con el niño, y él creció y vivió en el desierto y se convirtió en arquero. 21 Vivía en el desierto de Faran, y su madre le buscó una esposa de la tierra de Egipto. 22 En aquel tiempo, Abimelec, acompañado de Filol, general de su ejército, habló a Abraham, diciendo: Dios está contigo en todo lo que haces. 23 Júrame aquí, por el nombre de Dios, que no me engañarás, ni a mis hijos, ni a mis nietos, sino que tendrás para mí y para este país donde te encuentras la misma bondad que yo te he mostrado. 24 Abraham dijo: Lo juraré. 25 Pero Abraham le reprochó a Abimelec acerca de un pozo de agua que los siervos de Abimelec habían tomado por la fuerza. 26 Respondió Abimelec: No sé quién hizo esto; tú mismo no me lo informaste, y yo lo supe hoy. 27 Abraham tomó ovejas y bueyes, y se los dio a Abimelec, y los dos hicieron un pacto. 28 Abraham apartó siete ovejas jóvenes del rebaño, 29 Y Abimelec dijo a Abraham: ¿Qué son estas siete corderitas que has apartado? 30 Él respondió: Tomarás de mi mano estas siete ovejas jóvenes, para que me sirvan de testimonio de que yo cavé este pozo. 31 Por eso este lugar se llama Beerseba, porque fue allí donde ambos prestaron juramento. 32 Así es como ellos Hicieron una alianza con Beerseba. Después de eso, Abimelec se levantó, con Fiol, el comandante de su ejército, y regresaron a la tierra de los filisteos. 33 Abraham plantó un tamarisco en Beerseba, y allí invocó el nombre del Señor, el Dios eterno., 34 Y Abraham permaneció mucho tiempo en la tierra de los filisteos.
Génesis 22
1 Después de esto, Dios probó a Abraham y le dijo: Abraham. Él respondió: Aquí estoy. 2 Y dijo Dios: Toma ahora tu hijo, tu único, a quien amas, a Isaac, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te indicaré. 3 Abraham se levantó muy temprano por la mañana y, después de ensillar su asno, tomó consigo a dos de sus criados y a su hijo Isaac; cortó la leña para el holocausto y se puso en camino hacia el lugar que Dios le había indicado. 4 Al tercer día, Abraham alzó la vista y vio el lugar desde lejos., 5 Y Abraham dijo a sus siervos: «Quedaos aquí con el asno; yo y el niño queremos ir allá y adorar, y después regresaremos a vosotros». 6 Abraham tomó la leña para el holocausto y la puso sobre su hijo Isaac, mientras él llevaba en su mano el fuego y el cuchillo, y los dos se fueron juntos. 7 Isaac le habló a Abraham, su padre, y le dijo: «Padre mío». Él respondió: «Aquí estoy, hijo mío». Isaac dijo: «Aquí están el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?». 8 Abraham respondió: «Dios se encargará de que se encuentre un cordero para el holocausto, hijo mío». Y los dos siguieron adelante juntos. 9 Cuando llegaron al lugar que Dios le había designado, Abraham erigió allí el altar y dispuso la leña; luego ató a su hijo Isaac y lo acostó sobre el altar, encima de la leña. 10 Entonces Abraham extendió su mano y tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo. 11 Entonces el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y dijo: «¡Abraham! ¡Abraham!». Él respondió: «Aquí estoy». 12 Y el ángel le dijo: No extiendas tu mano sobre el niño, ni le hagas nada; porque ahora conozco que temes a Dios, por cuanto no me has negado tu hijo, tu único hijo. 13 Abraham, alzando la vista, vio detrás de él un carnero enredado por los cuernos en un arbusto; y fue y tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. 14 Y llamó Abraham aquel lugar el Señor Yireh, desde donde se dice hasta hoy: En el monte de Jehová será visto. 15 El ángel del Señor llamó a Abraham desde el cielo por segunda vez, diciendo: 16 Por mí mismo he jurado, dice Jehová: Por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo, 17 Te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar, y tu descendencia se apoderará de las puertas de sus enemigos. 18 En tu descendencia serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz. 19 Abraham regresó con sus siervos, y juntos se levantaron y fueron a Beerseba. Y Abraham habitó en Beerseba. 20 Después de estos acontecimientos, Abraham recibió esta noticia: He aquí que Melca también le ha dado hijos a Nacor, tu hermano: 21 Hus, su primogénito, Buz, su hermano, Camuel, padre de Aram, 22 Cased, Azau, Pheldas, Jedlaph y Bathuel. 23 Bathuel fue el padre de Rebeca. Estos fueron los ocho hijos que Melca le dio a Najor, hermano de Abraham. 24 Su concubina, llamada Roma, también tuvo hijos: Tabée, Gaham, Taas y Maacha.
Génesis 23
1 Sara vivió ciento veintisiete años: estos son los años de su vida. 2 Sara murió en Quiriat-arbe, que es Hebrón, en la tierra de Canaán, y Abraham vino a llorar por Sara y a lamentarse por ella. 3 Entonces Abraham se levantó de delante de su muerto, y habló así a los hijos de Het: 4 Soy un forastero y un huésped entre vosotros; concededme una tumba entre vosotros, para que pueda enterrar allí a mi difunta esposa. 5 Los hijos de Het respondieron a Abraham, diciendo: 6 Escúchanos, mi señor, tú eres un príncipe de Dios en medio de nosotros, entierra a tus muertos en la más hermosa de nuestras tumbas, ninguno de nosotros te negará su tumba para que allí reposen tus muertos. 7 Entonces Abraham se levantó y se postró ante el pueblo de la tierra, ante los hijos de Het., 8 Él les habló con estas palabras: Si queréis que quite mi cadáver de delante de mí para enterrarlo, escuchadme y orad por mí, Efrón hijo de Seor, 9 darme la cueva de Macpela, que le pertenece y está al final de su campo, dármela en tu presencia por el precio que vale, como lugar de sepultura que es mío. 10 Efrón estaba sentado entre los hititas. Efrón el hitita respondió a Abraham en presencia de los hititas, de todos los que entraban por la puerta de su ciudad, y le dijo: 11 No, señor mío, escúchame: yo te doy el campo, y te doy la cueva que está en él; te la doy en presencia de los hijos de mi pueblo; sepulta a tu muerta. 12 Abraham se postró ante el pueblo de la tierra, 13 Y habló así a Efrón en presencia del pueblo de la tierra: Ten a bien solamente escucharme: yo doy el precio del campo, tómalo de mí, y sepultaré allí mi muerta. 14 Efrón respondió a Abraham, diciendo: 15 Mi señor, escúchame: ¿cuánto vale un terreno cuatrocientos siclos de plata entre tú y yo? Entierra a tu muerta. 16 Abraham escuchó a Efrón, y Abraham le pesó a Efrón el dinero que había mencionado en presencia de los hijos de Het., saber cuatrocientos siclos de plata, moneda corriente en la casa del comerciante. 17 Así pues, el campo de Efrón, que está en Macpela, frente a Mamre, el campo y la cueva que hay en él, así como todos los árboles que hay en el campo y en sus alrededores, 18 Se convirtió en propiedad de Abraham, a los ojos de los hijos de Het, de todos los que entraban por la puerta de la ciudad. 19 Después de esto, Abraham enterró a Sara, su esposa, en la cueva de Macpela, frente a Mamre, que es Hebrón, en la tierra de Canaán. 20 El campo, con la cueva en él, siguió siendo propiedad de Abraham como lugar de sepultura, procedente de los hijos de Het.
Génesis 24
1 Abraham era anciano, de edad avanzada, y el Señor lo había bendecido en todo. 2 Entonces Abraham dijo a su siervo, el más viejo de su casa, que estaba sobre todos sus bienes: Pon tu mano debajo de mi muslo, 3 y te haré jurar por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás mujer para mi hijo de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito, 4 pero será en mi país y en mi patria donde irás y tomarás esposa para mi hijo, para Isaac. 5 El sirviente respondió: «Tal vez la mujer no quiera seguirme a este país. ¿Debo llevar a tu hijo de regreso al país de donde viniste?» 6 Abraham le respondió: «Ten cuidado de no llevar a mi hijo allá». 7 El Señor, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra donde nací, y me habló y me juró: A tu descendencia daré esta tierra, él enviará su ángel delante de ti, y tomarás de allá mujer para mi hijo. 8 Si la mujer no quiere seguirte, quedarás liberado del juramento que te pido, pero no traerás a mi hijo de vuelta allí. 9 Entonces el siervo puso su mano debajo del muslo de Abraham, su amo, y le juró acerca de este asunto. 10 El siervo tomó diez de los camellos de su amo y partió, teniendo a su disposición todas las posesiones de su amo. Se levantó y fue a Mesopotamia, a la ciudad de Najor. 11 Hizo que los camellos se arrodillaran fuera de la ciudad, junto a un pozo, hacia la tarde, a la hora en que mujer salen a buscar agua 12 Y él dijo: Señor, Dios de Abraham, mi señor, te ruego que me permitas encontrarme hoy contigo. lo que deseo, y muestra bondad a mi amo Abraham. 13 Aquí estoy yo, junto al manantial, y las hijas de los habitantes del pueblo salen a sacar agua. 14 Que la joven a quien yo diga: «Por favor, baja tu cántaro para que beba», y ella responda: «Bebe, y también daré de beber a tus camellos», sea la que has elegido para tu siervo Isaac. Y en esto sabré que has mostrado bondad a mi señor. 15 Aún no había terminado de hablar, y he aquí que Rebeca, hija de Batuel, hijo de Melca, esposa de Nacor, hermano de Abraham, salió con su cántaro sobre su hombro. 16 La joven era muy hermosa, virgen e inmaculada. Bajó al manantial, llenó su cántaro y regresó. 17 El sirviente corrió a su encuentro y le dijo: «Déjame beber un poco de agua de tu cántaro». 18 Ella respondió: Bebe, señor mío, y apresurándose a bajar el cántaro sobre su mano, le dio de beber. 19 Cuando terminó de darle de beber, dijo: «Yo también sacaré agua». agua para los camellos, hasta que hayan bebido lo suficiente. 20 Y rápidamente vació su cántaro en el abrevadero, y corrió de nuevo al pozo a sacar agua, y sacó agua para todos los camellos. 21 El hombre la miró en silencio, para saber si el Señor había tenido éxito en su viaje o no. 22 Cuando los camellos terminaron de beber, el hombre tomó un anillo de oro que pesaba medio siclo y dos brazaletes que pesaban diez siclos de oro., 23 Y él dijo: "¿De quién eres hija? Dime. ¿Hay algún lugar en la casa de tu padre donde podamos pasar la noche?" 24 Ella respondió: Yo soy hija de Betuel, hijo de Melca, el cual ella dio a luz a Nacor. 25 Agregó: “Tenemos mucha paja y forraje, y también espacio para pasar la noche”. 26 Entonces este hombre se inclinó y se postró ante el Señor., 27 Y dijo: «Bendito sea el Señor, Dios de Abraham, mi amo, que no le ha faltado en su bondad y fidelidad. En cuanto a mí, el Señor me guió por el camino hacia los hermanos de mi amo». 28 La niña corrió a contarle a su madre lo que había sucedido. 29 Rebeca tenía un hermano llamado Labán. Labán salió corriendo hacia aquel hombre, cerca del manantial. 30 Había visto el anillo y los brazaletes en las manos de su hermana, y había oído a su hermana Rebeca decir: «El hombre me dijo esto». Así que fue a ver al hombre, que estaba junto a los camellos en el manantial, 31 Y él dijo: «Vengan, benditos del Señor, ¿por qué se quedan afuera? He preparado la casa y un lugar para los camellos». 32 Y el hombre entró en la casa. Labán descargó los camellos, y les dio paja y forraje, y agua para lavarse los pies a él y a los que estaban con él. 33 Luego le sirvió de comer, pero el hombre dijo: «No comeré hasta que haya dicho lo que tengo que decir». «Habla», respondió Labán. 34 Él dijo: "Yo soy siervo de Abraham". 35 El Señor ha bendecido abundantemente a mi amo, y se ha vuelto poderoso. Le ha dado ovejas y bueyes, siervos y siervas, camellos y asnos. 36 Sara, la esposa de mi amo, le dio un hijo en su vejez, y él le entregó todas sus posesiones. 37 Mi amo me hizo jurar, diciendo: No tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, en cuya tierra habito. 38 Pero irás a la casa de mi padre y a la de mis parientes, y tomarás allá Una mujer para mi hijo. 39 Dije a mi amo: Tal vez la mujer no quiera seguirme. 40 Y él me respondió: El Señor, en cuya presencia ando, enviará su ángel contigo, y dará éxito a tu viaje, y tomarás para mi hijo mujer de mi parentela y de la casa de mi padre. 41 Quedarás liberado del juramento que me haces una vez que te hayas reunido con mi familia; si no te es concedido, quedarás liberado del juramento que te pido. 42 Al llegar hoy al manantial, dije: Señor, Dios de mi señor Abraham, si te dignas conceder éxito al viaje que hago, 43 Aquí estoy yo, de pie junto a la fuente de agua, cuando la muchacha sale a sacar agua y yo le digo: "Por favor, dame beber un poco de agua de tu cántaro". 44 y quién me responderá: Bebe tú, y también para tus camellos sacaré agua; sea la mujer que Jehová ha destinado para el hijo de mi señor. 45 Aún no había acabado de hablar en mi corazón, cuando he aquí Rebeca salió con su cántaro sobre su hombro, y descendió a la fuente y sacó agua; y le dije: Te ruego que me des de beber. 46 Inmediatamente bajó la jarra de su hombro. a mí Él dijo: «Bebed, y también daré agua a vuestros camellos». ENTONCES Ella bebió y también dio agua a los camellos. 47 Le pregunté: «¿De quién eres hija?». Ella respondió: «Soy hija de Batuel, hijo de Nacor, a quien Melca dio a luz». Así que le puse el anillo en la nariz y los brazaletes en las manos. 48 Entonces me incliné y me postré ante el Señor, y bendije al Señor, el Dios de mi amo Abraham, quien me guio por el camino correcto para tomar a la hija del hermano de mi amo como su hijo. 49 Ahora bien, si queréis mostrar bondad y lealtad a mi amo, decídmelo; si no, decídmelo también. De nuevo, y giraré a la derecha o a la izquierda. 50 Labán y Batuel respondieron, diciendo: «Esto es del Señor; no podemos decirte ni bien ni mal». 51 Aquí está Rebecca frente a ti, toma-allá Y ve, que ella sea la esposa del hijo de tu amo, como el Señor ha dicho. 52 Cuando el siervo de Abraham oyó estas palabras, se postró en tierra ante el Señor. 53 Y el criado sacó objetos de plata, objetos de oro y vestidos, que dio a Rebeca; y también dio ricos regalos a su hermano y a su madre. 54 Luego comieron y bebieron, él y los que estaban con él, y fallecieron. allá Por la noche. Por la mañana, cuando se levantaron, el sirviente dijo: Dejadme volver a mi amo. 55 El hermano y la madre de Rebeca dijeron: Dejen que la joven se quede con nosotros unos días más, unos diez, después de los cuales se marchará. 56 Él les respondió: «No me detengáis, ya que el Señor ha dado éxito en mi viaje; dejadme ir para que pueda volver a mi señor». 57 Dijeron: "Llamemos a la niña y preguntémosle qué quiere". 58 Entonces llamaron a Rebeca y le preguntaron: «¿Quieres ir con este hombre?» Ella respondió: «Iré». 59 Así pues, despidieron a Rebeca, su hermana, y a su nodriza, junto con el siervo de Abraham y sus hombres. 60 Bendijeron a Rebeca y le dijeron: «Oh, hermana nuestra, que llegues a ser millares y millares. Que tu descendencia posea la puerta de sus enemigos». 61 Entonces Rebeca y sus doncellas se levantaron, montaron en los camellos y siguieron al hombre. Y el criado tomó a Rebeca consigo y partió. 62 Sin embargo, Isaac había regresado del pozo de Chai-Roi y vivía en la tierra del Sur. 63 Una tarde, cuando Isaac salió al campo a meditar, alzó la vista y vio que se acercaban camellos. 64 Rebecca también alzó la vista y, al divisar a Isaac, saltó de su camello. 65 Ella le preguntó al sirviente: "¿Quién es ese hombre que viene hacia nosotros por el campo?". El sirviente respondió: "Es mi amo". Y ella tomó su velo y se cubrió. 66 El criado le contó a Isaac todo lo que había hecho. 67 Isaac llevó a Rebeca a la tienda de Sara, su madre. Tomó a Rebeca por esposa y la amó profundamente. Así, Isaac encontró consuelo tras la muerte de su madre.
Génesis 25
1 Abraham tomó otra esposa, llamada Cetura. 2 Y ella le dio a luz a Zamran, Jecsan, Madan, Midian, Jesboc y Sué. 3 Jecsan engendró a Saba y Dadan; los hijos de Dadan fueron los Asurim, los Latusim y los Laomim. 4 Los hijos de Madián fueron Efa, Ofer, Enoc, Abida y Eldaa. Todos ellos fueron hijos de Cetura. 5 Abraham dio todas sus posesiones a Isaac: 6 En cuanto a los hijos de sus concubinas, les dio regalos y los envió lejos, durante su vida, de su hijo Isaac, hacia el oriente, a la tierra del oriente. 7 Estos son los días de los años de la vida de Abraham: vivió ciento setenta y cinco años. 8 Abraham exhaló su último suspiro y murió a una buena edad, anciano y satisfecho. días, y se reunió con su pueblo. 9 Isaac e Ismael, sus hijos, lo enterraron en la cueva de Macpela, en el campo de Efrón, hijo de Seor el hitita., quién es frente a Mamre: 10 Este era el campo que Abraham había comprado a los hijos de Het. Allí fue sepultado Abraham, junto con Sara, su esposa. 11 Después de la muerte de Abraham, Dios bendijo a su hijo Isaac, e Isaac vivió cerca del pozo de Beer-lahai-roi. 12 Esta es la historia de Ismael, hijo de Abraham, a quien Agar la egipcia, sierva de Sara, le dio a luz a Abraham. 13 Estos son los nombres de los hijos de Ismael, según los nombres de sus descendientes: el primogénito de Ismael, Nebaiot; después Cedar, Adbeel, Mabsam, 14 Masma, Duma, Massa, 15 Hadad, Tema, Jetur, Nafis y Cedma. 16 Estos son los hijos de Ismael, estos son sus nombres, según sus aldeas y sus campamentos: estos fueron los doce jefes de sus tribus. 17 Estos son los años de la vida de Ismael: ciento treinta y siete años, luego exhaló su último suspiro y murió y se reunió con su pueblo. 18 Sus hijos vivieron desde Hévila hasta Shur, que está frente a Egipto, en dirección a Asiria. Se extendió frente a todos sus hermanos. 19 Esta es la historia de Isaac, hijo de Abraham. Abraham engendró a Isaac. 20 Isaac tenía cuarenta años cuando tomó por esposa a Rebeca, hija de Batuel el arameo de Padán-Aram y hermana de Labán el arameo. 21 Isaac suplicó al Señor por su esposa, porque era estéril; el Señor le respondió, y Rebeca, su esposa, concibió. 22 Los niños luchaban juntos dentro de ella, y ella dijo: “Si esto es así, ¿por qué yo…” embarazada Ella fue a consultar al Señor, 23 Y le dijo el Señor: Dos naciones hay en tu seno, y desde tus entrañas dos pueblos serán divididos; el un pueblo prevalecerá sobre el otro pueblo, y el mayor servirá al menor. 24 Llegó el momento del parto, y he aquí que en su vientre había dos gemelos. 25 El primero en salir era pelirrojo, todo cubierto de vello, y le pusieron por nombre Esaú. Después salió su hermano, sujetando el talón de Esaú en su mano, y le pusieron por nombre Jacob. 26 Isaac tenía sesenta años cuando ellos nacieron. 27 Estos niños crecieron. Esaú se convirtió en un hábil cazador, un hombre de campo, pero Jacob era un hombre pacífico, que habitaba en la tienda. 28 Isaac le tomó cariño a Esaú porque le gustaba la caza, y Rebeca sentía afecto por Jacob. 29 Mientras Jacob preparaba la sopa, Esaú llegó del campo, exhausto. 30 Esaú le dijo a Jacob: «Déjame comer un poco de ese guisado rojo, de ese guisado rojo, porque estoy cansado». Por eso Esaú se llamó Edom. 31 Jacob dijo: Véndeme primero tu primogenitura. 32 Esaú respondió: «He aquí, yo estoy a punto de morir; ¿de qué me servirá mi primogenitura?» 33 Y Jacob dijo: «Júramelo primero». Y juró, y vendió a Jacob su primogenitura. 34 Entonces Jacob le dio a Esaú pan y guiso de lentejas, y él comió y bebió, luego se levantó y se fue. Así despreció Esaú su primogenitura.
Génesis 26
1 Hubo hambre en la tierra, además de la primera hambruna que tuvo lugar en tiempos de Abraham, e Isaac fue a Gerar, a donde estaba Abimelec, rey de los filisteos. 2 El Señor se le apareció y le dijo: «No desciendas a Egipto, sino quédate en la tierra que yo te diré». 3 Quédate en esta tierra, yo estaré contigo y te bendeciré, porque todas estas tierras te las daré a ti y a tu descendencia, y cumpliré el juramento que le hice a Abraham tu padre. 4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras, y en tu descendencia serán benditas todas las naciones de la tierra., 5 porque Abraham obedeció mi voz y guardó mi orden, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes. 6 Isaac permaneció ENTONCES en Gerare. 7 Los lugareños le preguntaban por su esposa, y él respondía: "Es mi hermana", porque tenía miedo de decir: "Mi esposa", por temor a... pensó, Que la gente del lugar no me mate por culpa de Rebecca, porque era hermosa. 8 Como su estancia a Gerare Mientras tanto, sucedió que Abimelec, rey de los filisteos, mirando por la ventana, vio a Isaac acariciando a Rebeca, su esposa. 9 Abimelec llamó a Isaac y le dijo: «Ella solo puede ser tu esposa. ¿Cómo puedes decir: “Es mi hermana”?». Isaac le respondió: «Porque pensé: “Tengo miedo de morir por su culpa”». 10 Y Abimelec dijo: «¿Qué nos has hecho? Pues bien podría un hombre del pueblo haberse acostado con tu esposa, y tú nos habrías hecho pecar». 11 Entonces Abimelec dio esta orden a todo el pueblo: Cualquiera que toque a este hombre o a su mujer, morirá. 12 Isaac sembró semilla en aquella tierra, y aquel año cosechó al ciento por uno. El Señor lo bendijo., 13 Y este hombre se hizo rico, y siguió haciéndose cada vez más rico, hasta que llegó a ser muy rico. 14 Tenía rebaños de ganado menor y rebaños de ganado mayor y muchos sirvientes, y los filisteos lo envidiaban. 15 Todos los pozos que los siervos de su padre habían cavado en tiempos de su padre Abraham, los filisteos los cegaron, llenándolos de tierra. 16 Y Abimelec dijo a Isaac: Apártate de nosotros, porque te has vuelto mucho más poderoso que nosotros. 17 Isaac se marchó y, habiendo establecido su campamento en el valle de Gerares, permaneció allí. 18 Isaac reabrió los pozos que habían sido excavados en los días de su padre Abraham, y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham, y les puso los mismos nombres que su padre les había dado. 19 Los siervos de Isaac cavaron De nuevo en el valle y allí encontraron un pozo de agua dulce. 20 Y los pastores de Geraras riñeron con los pastores de Isaac, diciendo: «El agua es nuestra». Y él llamó al pozo Eseq, porque habían tenido una disputa con él. 21 Sus sirvientes cavaron otro pozo, sobre el cual hubo otra disputa, y él lo llamó Sitna. 22 Y saliendo de allí, abrió otro pozo, sobre el cual no hubo más riña, y le puso por nombre Rehobot, porque ahora -dijo- el Señor nos ha hecho libres, y seremos prosperados en la tierra. 23 Desde allí, regresó a Beerseba. 24 El Señor se le apareció aquella noche y le dijo: «Yo soy el Dios de Abraham tu padre; no temas, porque yo estoy contigo; te bendeciré y multiplicaré tu descendencia por amor a Abraham mi siervo». 25 Allí erigió un altar e invocó el nombre del Señor, luego plantó allí su tienda, y los siervos de Isaac cavaron allí un pozo. 26 Abimelec vino a verlo desde Gerares, con Acazat, su amigo, y Fiol, comandante de su ejército. 27 Isaac les respondió: ¿Por qué habéis venido a mí, vosotros que me odiasteis y me echasteis de vuestra casa? 28 Ellos respondieron: Hemos visto claramente que el Señor está contigo, y hemos dicho: Haya un juramento entre nosotros, entre nosotros y tú, y hagamos un pacto contigo. 29 Jurad que no nos haréis daño, así como nosotros no os hemos hecho daño, sino que solo os hemos hecho bien, y os dejaremos ir en paz. Que el Señor os bendiga. 30 Isaac les preparó un banquete, y comieron y bebieron. 31 Y, habiéndose levantado temprano por la mañana, se juraron el uno al otro, entonces Isaac los despidió y salieron de su casa en paz. 32 Aquel mismo día, los siervos de Isaac vinieron a él con nuevas del pozo que estaban cavando, diciendo: Hemos hallado agua. 33 Y le puso al pozo el nombre de Schibéa. Por eso la ciudad se llama Beersabée hasta el día de hoy. 34 Esaú, de cuarenta años, tomó por esposas a Judit, hija de Beeri el hitita, y a Basemat, hija de Elón el hitita. 35 Fueron motivo de amargura para Isaac y Rebeca.
Génesis 27
1 Isaac había envejecido, y sus ojos se habían oscurecido tanto que ya no podía ver. Llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: «Hijo mío». Esaú le respondió: «Aquí estoy». 2 Isaac dijo: He aquí que yo soy viejo, y no sé el día de mi muerte. 3 Ahora bien, coge tus armas, tu carcaj y tu arco, sal al campo y caza algo para mí. 4 Prepárame un buen plato, según mi gusto, y tráemelo, para que pueda comerlo, y para que mi alma te bendiga antes de morir. 5 Rebeca oyó por casualidad a Isaac hablando con su hijo Esaú. Y Esaú salió al campo a cazar y a traer la presa. 6 Entonces Rebeca habló a su hijo Jacob, diciendo: Mira, oí a tu padre hablando con tu hermano Esaú: 7 Tráeme algo de caza y prepárame un buen plato, para que pueda comerlo y bendecirte ante el Señor antes de morir. 8 Ahora, hijo mío, escucha mi voz en lo que te voy a ordenar. 9 Ve al rebaño y tráeme dos cabritos hermosos; prepararé un buen plato para tu padre, según su gusto., 10 y se lo llevarás a tu padre, y él comerá de él, para que te bendiga antes de morir. 11 Jacob le respondió a su madre Rebeca: «Mira, mi hermano Esaú es velludo, pero yo tengo la piel suave». 12 Quizás mi padre me toque, y yo parezca haberlo ridiculizado, y me acarrearé una maldición en lugar de una bendición. 13 Su madre le dijo: «Tomo tu maldición sobre mí, hijo mío. Solo escucha mi voz y ve a buscarme a los niños». 14 Jacob fue a buscarlos y se los llevó a su madre, quien preparó con ellos un buen plato, según el gusto de su padre. 15 Y Rebeca tomó las mejores ropas de Esaú, su hijo mayor, que tenía en casa, y vistió con ellas a Jacob, su hijo menor. 16 Luego le cubrió las manos con la piel de los niños, así como la parte lisa de su cuello. 17 Y puso en manos de Jacob, su hijo, el buen alimento y el pan que había preparado. 18 Él fue a su padre y le dijo: «Padre mío». «Aquí estoy», respondió Isaac. «¿Quién eres, hijo mío?». 19 Jacob respondió a su padre: «Soy Esaú, tu primogénito; he hecho lo que me dijiste. Ahora, levántate, te ruego, siéntate y come de mi caza, para que me bendigas». 20 Isaac le preguntó a su hijo: «¿Cómo lo encontraste tan rápido, hijo mío?» Jacob respondió: «Porque el Señor tu Dios lo trajo ante mí». 21 Y dijo Isaac a Jacob: Acércate, hijo mío, para que te toque, y sepa si eres mi hijo Esaú o no. 22 Jacob se acercó a Isaac, su padre, quien lo tocó y dijo: «La voz es la voz de Jacob, pero las manos son las manos de Esaú». 23 No lo reconoció, porque sus manos eran velludas, como las de Esaú, su hermano, y lo bendijo. 24 Él dijo: "¿Eres realmente mi hijo Esaú?" "Lo soy", respondió Jacob. 25 Y dijo Isaac: Sírveme, y comeré de la caza de mi hijo, y para que mi alma te bendiga. Y Jacob le sirvió, y él comió; le trajo también vino, y bebió. 26 Entonces Isaac su padre le dijo: «Ven acá y bésame, hijo mío». 27 Jacob se acercó y lo besó; e Isaac olió el aroma de sus vestidos, y lo bendijo, diciendo: He aquí, el olor de mi hijo es como el olor de un campo que Jehová ha bendecido. 28 Dios te dé rocío del cielo, grosura de la tierra y abundancia de trigo y de mosto. 29 Que los pueblos te sirvan y las naciones se postren ante ti. Sé señor de tus hermanos y que los hijos de tu madre se postren ante ti. Maldito sea quien te maldiga y bendito quien te bendiga. 30 Isaac había terminado de bendecir a Jacob, y Jacob acababa de dejar a Isaac, su padre, cuando Esaú, su hermano, regresó de cazar. 31 Él también preparó un buen plato y lo trajo a su padre, y le dijo: «Levántate mi padre y come de la caza de su hijo, para que me bendigas». 32 Su padre Isaac le preguntó: «¿Quién eres?» Él respondió: «Soy tu hijo, tu primogénito, Esaú». 33 Isaac se sintió presa de un terror terrible y dijo: «¿Quién es, pues, este que cazó presas y me las trajo? Yo las comí todas antes de que llegaras, y las bendije, y en verdad serán benditas». 34 Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, clamó con fuerte y amarga lamentación, y le dijo: Bendíceme, padre mío. 35 Isaac dijo: Tu hermano vino con engaño y tomó tu bendición. 36 Esaú dijo: "¿Acaso porque se llama Jacob me ha suplantado dos veces? Me quitó mi primogenitura, y ahora me ha quitado mi bendición". Y añadió: "¿No me has reservado una bendición?". 37 Isaac respondió y dijo a Esaú: He aquí, yo lo he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos, y le he provisto de trigo y de vino; ¿qué puedo hacer por ti, hijo mío? 38 Esaú le dijo a su padre: «¿Es esta tu única bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío». Y Esaú alzó la voz y lloró. 39 Isaac su padre le respondió: Tu morada estará vacía de las grosuras de la tierra, vacía del rocío que desciende del cielo. 40 Vivirás por tu espada y serás esclavo de tu hermano, pero sucederá que, al sacudirte su yugo, lo romperás de tu cuello. 41 Esaú sintió odio contra Jacob por la bendición que su padre le había dado, y dijo en su corazón: «Se acercan los días del luto por mi padre; entonces mataré a mi hermano Jacob». 42 A Rebeca le contaron lo que había dicho su hijo mayor, Esaú. Llamó a Jacob, su hijo menor, y le dijo: «Tu hermano Esaú quiere vengarse matándote». 43 Ahora pues, hijo mío, escucha mi voz: Levántate, huye a casa de Labán, mi hermano, en Harán, 44 y te quedarás con él un tiempo, hasta que se le pase el enfado a tu hermano., 45 Hasta que la ira de tu hermano se aplaque contra ti y olvide lo que le hiciste, entonces te llamaré de allá. ¿Por qué he de ser privado de ambos en un solo día? 46 Rebeca le dijo a Isaac: «Estoy harta de mi vida a causa de las hijas de Het. Si Jacob toma esposa como estas, de entre las hijas de Het, de entre las hijas de esta tierra, ¿de qué me servirá la vida?».
Génesis 28
1 Y llamó Isaac a Jacob, y lo bendijo, y le dio esta orden: No tomarás por mujer a ninguna de las hijas de Canaán. 2 Levántate, ve a Padán-Aram, a casa de Betuel, el padre de tu madre, y toma una esposa de entre las hijas de Labán, el hermano de tu madre. 3 Que Dios Todopoderoso os bendiga, y os haga crecer y multiplicaros, para que lleguéis a ser una multitud de pueblos. 4 Que él te conceda la bendición de Abraham, a ti y a tus descendientes, para que poseas la tierra donde habitas, la cual Dios le dio a Abraham. 5 Y Isaac despidió a Jacob, quien se fue a Padán-aram, a casa de Labán, hijo de Betuel el arameo, hermano de Rebeca, madre de Jacob y Esaú. 6 Esaú vio que Isaac había bendecido a Jacob y lo había enviado a Padán-aram para tomar allí mujer; y que cuando lo bendijo, le había dado esta orden: No tomarás a ninguna de las hijas de Canaán por mujer, 7 y que Jacob, obedeciendo a su padre y a su madre, había ido a Padán-Aram. 8 Esaú vio que las hijas de Canaán disgustaban a Isaac, su padre., 9 Y fue Esaú a Ismael, y tomó por mujer, además de mujer la cual ya tenía, Mahelet, hija de Ismael, hijo de Abraham, y hermana de Nabaiot. 10 Jacob salió de Beerseba y se fue a Harán. 11 Llegó a un lugar y pasó allí la noche, pues ya había anochecido. Tomó una de las piedras que había allí, la usó de almohada y se recostó en aquel lugar. 12 Tuvo un sueño: y he aquí una escalera era estaba sobre la tierra, y su cúspide tocaba en el cielo; y he aquí, ángeles de Dios subían y descendían por ella, 13 Y el Señor estaba en lo alto. Dijo: «Yo soy el Señor, el Dios de Abraham tu padre y el Dios de Isaac. Esta tierra en la que estás acostado te la daré, A usted y a vuestra posteridad. 14 Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente y al oriente, al norte y al sur, y serán benditas en ti y en tu descendencia todas las familias de la tierra. 15 He aquí, yo estoy contigo, y te protegeré dondequiera que vayas, y te traeré de vuelta a esta tierra. Porque no te dejaré hasta que haya cumplido lo que te he prometido. 16 Jacob despertó de su sueño y dijo: «Ciertamente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía». 17 Presa del temor, añadió: «¡Qué imponente es este lugar! Esta es verdaderamente la casa de Dios, esta es la puerta del cielo». 18 Jacob se levantó temprano por la mañana, tomó la piedra que había usado como almohada, la erigió como monumento y derramó aceite sobre ella. 19 Él bautizó este lugar con el nombre de Bethel, pero originalmente el pueblo se llamaba Luz. 20 E hizo Jacob un voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje que hago, y me diere pan para comer y vestido para vestir, 21 Y si regreso feliz a la casa de mi padre, el Señor será mi Dios., 22 Esta piedra que he erigido como monumento será casa de Dios, y yo te pagaré el diezmo de todo lo que me des.
Génesis 29
1 Jacob reanudó su viaje y se dirigió a la tierra de los pueblos del Este. 2 Miró, y he aquí que había un pozo en el campo, y he aquí que había tres rebaños de ovejas echados junto a él, pues era en este pozo donde se abrevaban los rebaños, y la piedra que cubría la boca del pozo era grande. 3 Allí se reunían todos los rebaños, ellos quitaban la piedra de la boca del pozo, daban de beber a los rebaños y luego volvían a colocar la piedra en su sitio, tapando la boca del pozo. 4 Jacob preguntó a los pastores: «Hermanos míos, ¿de dónde sois?» Ellos respondieron: «Somos de Harán». 5 Él les dijo: «¿Conocen a Labán, hijo de Nacor?» Ellos respondieron: «Lo conocemos». 6 Él les preguntó: «¿Está bien?» Ellos respondieron: «Está bien, y aquí está Raquel, su hija, que viene con las ovejas.» 7 Dijo: He aquí que aún es pleno día, y no es tiempo de reunir los rebaños, de abrevar las ovejas y de volver a apacentarlas. 8 Ellos respondieron: No podemos hacerlo hasta que todos los rebaños estén reunidos y la piedra sea removida de la boca del pozo; entonces abrevaremos las ovejas. 9 Todavía estaba él hablando con ellos, cuando llegó Raquel con las ovejas de su padre, pues ella era pastora. 10 En cuanto Jacob vio a Raquel, la hija de Labán, hermano de su madre, y las ovejas de Labán, hermano de su madre, se acercó, quitó la piedra de la boca del pozo y dio de beber a las ovejas de Labán, hermano de su madre. 11 Y Jacob besó a Raquel, y alzó la voz y lloró. 12 Jacob le dijo a Raquel que era hermano de su padre, que era hijo de Rebeca, y ella corrió a contárselo a su padre. 13 Cuando Labán se enteró de lo de Jacob, el hijo de su hermana, corrió a su encuentro, lo abrazó, lo besó y lo llevó a su casa. Jacob le contó todo esto a Labán., 14 Y Labán le respondió: Sí, tú eres mi propia carne y sangre. Y Jacob se quedó con él un mes entero. 15 Entonces Labán le dijo a Jacob: «Solo por ser mi hermano, ¿me servirás gratis? Dime cuál será tu salario». 16 Labán tenía ahora dos hijas; la mayor se llamaba Lea y la menor Raquel. 17 Léa tenía los ojos enfermizos, pero Rachel era hermosa de estatura y rostro. 18 Y Jacob amaba a Raquel, y dijo: Yo te serviré siete años por Raquel, tu hija menor. 19 Y Labán respondió: Mejor es dártelo a ti, que dártelo a otro; quédate conmigo. 20 Y Jacob sirvió a Raquel siete años, y le parecieron pocos días, porque la amaba. 21 Jacob dijo a Labán: «Dame mi mujer, porque mi tiempo se ha cumplido, y me uniré a ella». 22 Labán reunió a toda la gente del lugar y organizó un banquete., 23 Y al anochecer, tomando a Lea, su hija, la llevó ante Jacob, quien fue a verla. 24 Y Labán dio a su siervo Zelfah como sirvienta a Lea, su hija. 25 Al amanecer, allí estaba Lea. Y Jacob le dijo a Labán: «¿Qué me has hecho? ¿No te serví por Raquel? ¿Por qué me has engañado?» 26 Labán respondió: No es costumbre en nuestro país dar a la hija menor antes que a la mayor. 27 Si lo completas esta semana, te daremos la otra por el servicio que me prestarás durante otros siete años. 28 Jacob lo hizo, y completó la semana de Lea, y entonces Labán le dio a su hija Raquel por esposa. 29 Y Labán dio a su siervo Balaam a Raquel, su hija, como siervo. 30 Jacob también se unió a Raquel y la amó más que a Lea; sirvió a Labán durante otros siete años. 31 El Señor vio que Lea era odiada, y la hizo fecunda; pero Raquel era estéril. 32 Lea concibió y dio a luz un hijo, y le puso por nombre Rubén, porque dijo: «El Señor ha visto mi aflicción; ahora me amará mi marido». 33 Ella concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: «El Señor ha oído que soy odiada, y me ha dado también éste». Y le puso por nombre Simeón. 34 Ella concibió de nuevo y dio a luz un hijo, y dijo: «Esta vez mi marido me será fiel, porque le he dado tres hijos». Por eso le pusieron por nombre Leví. 35 Concibió de nuevo y dio a luz un hijo, y dijo: «Esta vez alabaré al Señor». Por eso lo llamó Judá. Y dejó de tener hijos.
Génesis 30
1 Viendo Raquel que no podía darle hijos a Jacob, tuvo celos de su hermana, y le dijo a Jacob: «Dame hijos, o si no, moriré». 2 La ira de Jacob se encendió contra Raquel, y dijo: "¿Estoy yo en lugar de Dios, que te ha negado la fertilidad?" 3 Ella dijo: Aquí está mi sierva Bala, ve hacia ella, deja que tenga hijos en mis rodillas, y a través de ella yo también tendré una familia. 4 Y ella le dio por esposa a Balaam, su siervo, y Jacob se unió a ella. 5 Bala concibió y dio a luz un hijo a Jacob. 6 Y dijo Raquel: «Dios me ha hecho justicia; ha escuchado mi voz, y me ha dado un hijo». Por eso le puso por nombre Dan. 7 Bahla, la criada de Raquel, concibió de nuevo y le dio a Jacob un segundo hijo. 8 Y dijo Raquel: He luchado con Dios contra mi hermana, y he vencido. Y llamó su nombre Neftalí. 9 Cuando Lea vio que ya no tenía hijos, tomó a Zelpa, su sierva, y se la dio a Jacob por esposa. 10 Zelfa, la sierva de Lea, le dio un hijo a Jacob., 11 Y Léa dijo: ¡Qué suerte!, y le puso por nombre Gad. 12 Zelfa, la sierva de Lea, le dio a Jacob un segundo hijo., 13 Y dijo Lea: «Para mi dicha, pues las doncellas me llamarán bienaventurada». Y le puso por nombre Aser. 14 Rubén salió en la época de la cosecha del trigo y, al encontrar mandrágoras en los campos, se las llevó a Lea, su madre. Entonces Raquel le dijo a Lea: «Por favor, dame algunas de las mandrágoras de tu hijo». 15 Ella respondió: "¿Es poco que hayas tomado a mi marido, para que también tomes las mandrágoras de mi hijo?" Y Raquel dijo: "Pues bien, que se acueste contigo esta noche por las mandrágoras de tu hijo". 16 Esa tarde, cuando Jacob regresaba del campo, Lea salió a recibirlo y a él Él dijo: «Vendrás a mí, porque te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo». Y durmió con ella aquella noche. 17 Dios respondió a la oración de Lea, y ella concibió y dio a luz a Jacob un quinto hijo., 18 Y dijo Lea: «Dios me ha dado mi recompensa, por cuanto di mi sierva a mi marido». Y llamó su nombre Isacar. 19 Lea concibió de nuevo y dio a luz a Jacob un sexto hijo., 20 Y ella dijo: «Dios me ha dado un buen regalo: esta vez mi marido morará conmigo, porque le he dado a luz seis hijos». Y le puso por nombre Zabulón. 21 Después dio a luz a una hija, a la que llamó Dina. 22 Dios se acordó de Raquel, respondió a su oración y la hizo fecundo. 23 Ella concibió y dio a luz un hijo, y dijo: «Dios ha quitado mi afrenta». 24 Y le puso por nombre José, diciendo: «Que el Señor me añada…» De nuevo otro hijo. 25 Cuando Raquel dio a luz a José, Jacob le dijo a Labán: «Déjame ir para que pueda regresar a mi casa, a mi tierra». 26 Dadme a mis esposas y a mis hijos, a quienes he servido, y me iré, porque vosotros sabéis el servicio que os he prestado. 27 Labán le respondió: «Si he hallado favor ante tus ojos… He visto que el Señor me ha bendecido por causa de ti, 28 Dime cuánto ganas y te lo daré. 29 Jacob le respondió: «Tú mismo sabes cómo te serví y qué fue de tu ganado conmigo». 30 Porque sus posesiones eran escasas antes de mi llegada, pero han aumentado considerablemente, y el Señor los ha bendecido dondequiera que he estado. ¿Cuándo trabajaré yo también por mi propia casa? 31 Labán Él dijo: "¿Qué te daré?". Y Jacob respondió: "No me darás nada. Si me concedes lo que te digo, volveré a pastorear tu rebaño y lo cuidaré". 32 Yo pasaré hoy por todo tu rebaño, y apartaré de los corderos todo animal pintado y manchado, y todo animal negro, y de los cabritos todo animal marcado y manchado; este será mi salario. 33 Mi integridad hablará por mí mañana, cuando vengas a cobrarme. Cualquier cabra que no esté moteada y marcada, o que sea negra entre los corderos, será considerada un robo por mí. 34 Dijo Labán: Bien, sea conforme a tu palabra. 35 Y ese mismo día apartó los machos cabríos rayados y manchados, todas las hembras cabrías moteadas y manchadas, todas las que tenían blanco y todos los corderos negros, y los puso en manos de sus hijos. 36 Luego puso una distancia de tres días de camino entre él y Jacob. Y Jacob cuidó el resto del rebaño de Labán. 37 Jacob tomó ramas verdes de álamo, almendro y plátano, y les quitó tiras blancas, revelando el blanco que era en los palillos. 38 Luego colocó los palos pelados frente a las ovejas en las zanjas, en los abrevaderos donde las ovejas venían a beber, y entraban en celo cuando venían a beber. 39 Y las ovejas, al entrar en celo delante de los palos, dieron a luz crías rayadas, manchadas y con marcas. 40 Jacob apartó los corderos y dirigió el rebaño hacia los animales rayados y negros del rebaño de Labán. De esta manera, formó sus propios rebaños, que no añadió al rebaño de Labán. 41 Además, Cuando las ovejas más fuertes entraban en celo, Jacob colocaba los palos en los abrevaderos delante de los ojos de las ovejas, para que entraran en celo cerca de los palos. 42 Cuando las ovejas estaban débiles, no las sacó, de modo que los corderos débiles fueron para Labán, y los fuertes para Jacob. 43 Este hombre se hizo así extremadamente rico; tenía muchos rebaños, sirvientes y sirvientas, camellos y burros.
Génesis 31
1 Jacob oyó las palabras de los hijos de Labán, que dijeron: Jacob tomó todo lo que pertenecía a nuestro padre, y es con la riqueza de nuestro padre que ha hecho para sí toda esta riqueza. 2 Jacob se dio cuenta También El rostro de Labán, y he aquí, ya no estaba hacia él como antes. 3 Y el Señor dijo a Jacob: «Vuelve a la tierra de tus padres y a la tierra de tus descendientes.» lugar de Tu nacimiento, y yo estaré contigo. 4 Entonces Jacob mandó decir a Raquel y a Lea que fueran a verlo al campo, donde Estaba pastando su rebaño. 5 Él les dijo: «Veo que el rostro de vuestro padre hacia mí ya no es el mismo que antes; sin embargo, el Dios de mi padre ha estado conmigo». 6 Vosotros mismos sabéis que serví a vuestro padre con todas mis fuerzas, 7 Y tu padre me engañó, cambiándome el sueldo diez veces, pero Dios no permitió que me hiciera daño. 8 Cuando decía: «Los animales moteados serán tu salario», todas las ovejas parían corderos moteados. Y si decía: «Los animales rayados serán tu salario», todas las ovejas parían corderos rayados. 9 Así que Dios tomó el ganado de tu padre y me lo dio a mí. 10 En el momento en que las ovejas entran en celo, alcé la vista y vi en un sueño que los carneros que cubrían a las ovejas eran rayados, moteados y marcados. 11 Y un ángel de Dios me dijo en sueños: Jacob. Yo respondí: Aquí estoy. 12 Y él dijo: Alza tus ojos, y mira: todos los carneros que cubren las ovejas son listados, pintados y marcados; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho. 13 Yo soy el Dios de Betel, donde ungiste un monumento, donde me hiciste una promesa. Ahora levántate, abandona esta tierra y regresa a la tierra que te vio nacer. 14 Raquel y Lea respondieron, diciendo: ¿Tenemos todavía parte y herencia en la casa de nuestro padre? 15 ¿No nos tiene por extranjeros, pues nos vendió y se lleva nuestro dinero? 16 Además, todo lo bueno que Dios le quitó a nuestro padre, lo poseemos nosotros y nuestros hijos. Así que ahora hagan lo que Dios les ha mandado. 17 Jacob se levantó e hizo que sus hijos y esposas montaran en los camellos. 18 Tomó todo su rebaño y todas las posesiones que había adquirido, el rebaño que poseía, que había adquirido en Padán-Aram, y se fue a Isaac, su padre, a la tierra de Canaán. 19 Mientras Labán esquilaba sus ovejas, Raquel robó los ídolos de su padre. 20 Y Jacob engañó a Labán el arameo al no informarle de su huida. 21 Huyó, él y todo lo que le pertenecía, y después de levantarse, cruzó el río y se dirigió hacia el monte Galaad. 22 Al tercer día, Labán fue informado de que Jacob había huido. 23 Tomó consigo a sus hermanos y lo persiguió durante siete días de camino, hasta que lo alcanzó en la montaña de Galaad. 24 Y vino Dios en sueños de noche a Labán el arameo, y le dijo: «Cuídate de…» Nada para decirle a Jacob, ni bueno ni malo. 25 Así pues, Labán llegó hasta Jacob. Jacob había plantado su tienda en la montaña, y Labán había También Erigió la suya propia, junto con sus hermanos, en el monte Galaad. 26 Labán le dijo a Jacob: "¿Qué has hecho? ¿Has engañado mi mente y te has llevado a mis hijas como cautivas a espada?" 27 ¿Por qué huiste a escondidas y me engañaste, en lugar de avisarme, cuando yo quería dejarte ir con alegría cantando, al son del pandero y del arpa? 28 No me dejaste besar a mis hijos e hijas. Actuaste de forma muy tonta. 29 Mi mano es lo suficientemente fuerte como para hacerte daño, pero el Dios de tu padre me habló anoche, diciendo: Cuídate de Nada para decirle a Jacob, ni bueno ni malo. 30 Y ahora te has marchado porque añorabas la casa de tu padre, pero, ¿Por qué robaste mis dioses? 31 Jacob respondió y dijo a Labán: Fue porque tuve miedo, pensando que quizá me quitarías tus hijas. 32 En cuanto a aquel en cuya posesión encuentres tus dioses, no vivirá. En presencia de nuestros hermanos, reconoce lo que te pertenece conmigo y tómalo. Jacob no sabía que Raquel los había robado. 33 Labán entró en la tienda de Jacob, en la de Lea y en las de las dos criadas, pero no encontró nada. Entonces salió de la tienda de Lea y entró en la de Raquel. 34 Raquel tomó los ídolos, los puso en la silla del camello y... asiento arriba. Labán registró toda la tienda, sin encontrar nada. 35 Entonces Raquel dijo a su padre: No se enoje mi señor porque no puedo levantarme delante de ti, pues estoy experimentando lo que es costumbre entre las mujeres. Él buscó, pero no halló los ídolos. 36 Jacob se enojó y reprendió a Labán, y Jacob habló y le dijo a Labán: “¿Cuál es mi delito, cuál es mi culpa, para que me persigas sin descanso?” 37 Cuando revisaste todas mis pertenencias, ¿qué encontraste de tus enseres? Tráelos aquí ante mis hermanos y los tuyos, y que ellos juzguen entre nosotros dos. 38 Llevo veinte años contigo, tus ovejas y cabras no han abortado, y no me he comido los carneros de tu rebaño. 39 Lo que se desgarró por bestias salvajes, Yo no te lo devolví; yo fui quien sufrió la pérdida. Exigías saber qué se había robado de día y qué se había robado de noche. 40 Me consumía el calor durante el día y el frío por la noche, y el sueño huía de mis ojos. 41 Llevo veinte años en tu casa, te he servido catorce años para tus dos hijas y seis años para tu ganado, y me has cambiado el salario diez veces. 42 Si el Dios de mi padre, el Dios de Abraham y el terror de Isaac, no hubiera estado conmigo, ya me habrías dejado ir con las manos vacías. Dios vio mi sufrimiento y la obra de mis manos, y esta noche él juzgó entre nosotros. 43 Labán respondió y dijo a Jacob: «Estas hijas son mis hijas, estos hijos son mis hijos, estos rebaños son mis rebaños, y todo lo que ves es mío. ¿Qué debo hacer hoy con mis hijas, con ellas y con los hijos que han parido?» 44 Ahora pues, ven, hagamos un pacto, tú y yo, y que haya un testigo entre tú y yo. 45 Jacob tomó una piedra y la erigió como monumento. 46 Y Jacob dijo a sus hermanos: Recoged piedras. Y ellos tomaron piedras y en Hicieron un montón y comieron allí, sobre el montón. 47 Labán lo llamó Jegar-Sahadutha, y Jacob lo llamó Galaad. 48 Y Labán dijo: «Este montón es un testigo entre tú y yo hoy.» Por eso se le llamó Galaad. 49 y también la de Mizpa porque Labán Él dijo: Que el Señor nos cuide a ti y a mí cuando estemos separados el uno del otro. 50 Si maltratas a mis hijas y si te llevas a otras mujeres junto con mis hijas, Esto no es no un hombre OMS Estará con nosotros, pero ¡cuidado!, Es Dios OMS Seré testigo entre tú y yo. 51 Laban dijo De nuevo A Jacob: Aquí está este montón, y aquí está el monumento que he erigido entre tú y yo. 52 Este montón es testigo y este monumento es testigo de que yo no avanzaré hacia ti más allá de este montón, y de que tú no avanzarás hacia mí más allá de este montón y este monumento, para hacerme daño. 53 Que el Dios de Abraham, el Dios de Najor y el Dios de sus padres juzguen entre nosotros. Y Jacob juró por el temor de Isaac. 54 Jacob ofreció un sacrificio en la montaña e invitó a sus hermanos a la comida. Comieron y pasaron la noche en la montaña.
Génesis 32
1 Labán se levantó temprano por la mañana, besó a sus hijos e hijas y los bendijo, luego se fue de regreso a su casa. 2 Jacob continuó su camino, y ángeles de Dios salieron a su encuentro. 3 Y cuando los vio, dijo: Este es el campamento de Dios. Y llamó aquel lugar Mahanaim. 4 Jacob envió mensajeros delante de él a Esaú, su hermano, a la tierra de Seir, en la región de Edom. 5 Él les dio esta orden: Esto es lo que deben decir a mi señor Esaú: Así dice tu siervo Jacob: He estado viviendo con Labán y he permanecido allí hasta ahora, 6 Tengo bueyes y asnos, ovejas, siervos y siervas, y estoy informando a mi señor sobre ellos, para hallar gracia ante tus ojos. 7 Los mensajeros regresaron a Jacob y le dijeron: «Fuimos a tu hermano Esaú, y él viene a recibirte con cuatrocientos hombres». 8 Jacob sintió gran temor y angustia. Dividió a la gente que estaba con él, las ovejas, el ganado y los camellos, en dos campamentos., 9 Y dijo: Si Esaú encuentra uno de los campamentos y lo ataca, el campamento que quede podrá salvarse. 10 Dijo Jacob: Dios de mi padre Abraham, Dios de mi padre Isaac, el Señor, que me dijo: «Vuelve a tu tierra y a la tierra de tu nacimiento, y yo te haré bien». 11 Soy demasiado pequeña para todas las gracias y para todo lealtad la cual has tratado con tu siervo, pues crucé este Jordán con mi vara, y ahora me he convertido en dos campamentos. 12 Te ruego que me libres de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque temo que venga y me hiera a mí, la madre con los hijos. 13 Y has dicho: Yo te haré bien, y haré tu descendencia como la arena del mar, tan numerosa que no podrá ser contada. 14 Jacob pasó la noche allí. Y tomó lo que tenía a mano para HACER un regalo a Esaú, su hermano: 15 doscientas cabras y veinte machos cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros, 16 treinta camellas que estaban amamantando a sus crías, cuarenta vacas y diez toros, veinte burras y diez potros. 17 Él EL Y dio cada rebaño a sus siervos, separándolos, y les dijo: Id delante de mí, y dejad espacio entre cada rebaño. 18 Y le dio una orden al primer hombre: «Cuando Esaú, mi hermano, te encuentre y te pregunte: "¿De quién eres? ¿Adónde vas? ¿De qué rebaño eres?"». ¿Quién lo hará? ¿Delante de ti? 19 Responderás: A tu siervo Jacob es un presente que él envía a mi señor Esaú, y he aquí, él mismo viene después de nosotros. 20 Y dio la misma orden al segundo, al tercero y a todos los que seguían a los rebaños, diciendo: «Dile esto a Esaú cuando te encuentres con él, 21 Dirás: «Mira, tu siervo Jacob también viene detrás de nosotros». Porque pensó: «Lo apaciguaré con este presente que va delante de mí, y después veré su rostro; quizá me reciba con agrado». 22 El presente pasó ante sus ojos, y aquella noche permaneció en el campamento. 23 Se levantó esa misma noche y, habiendo tomado a sus dos esposas, sus dos criadas y sus once hijos, cruzó el vado del Jaboc. 24 Él los tomó y los ayudó a cruzar el torrente; también los ayudó a cruzar lo que le pertenecía. 25 Jacob se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta el amanecer. 26 Al ver que no podía vencerlo, lo tocó en la articulación de la cadera, y la articulación de la cadera de Jacob se dislocó mientras luchaba con él. 27 Y él dijo a Jacob Déjame ir, porque está amaneciendo. Jacob respondió: No te dejaré ir a menos que me bendigas. 28 Le preguntó: "¿Cuál es tu nombre?". Él respondió: "Jacob". 29 Y dijo: «No se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel, porque has luchado junto a Dios y…» con hombres, y vosotros vencisteis. 30 Jacob le preguntó, diciendo: «Por favor, dime tu nombre». Él respondió: «¿Por qué preguntas cuál es mi nombre?». Y lo bendijo allí. 31 Jacob llamó el nombre de aquel lugar Fanuel, porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue perdonada mi vida. 32 Y el sol salió cuando hubo pasado a Fanuel, pero cojeaba a causa de su cadera. 33 Por eso los hijos de Israel no comen hasta el día de hoy el tendón grande que está en la articulación de la cadera, porque Dios tocó la articulación de la cadera de Jacob en ese tendón grande.
Génesis 33
1 Jacob alzó la vista y miró, y he aquí que Esaú venía., tener con Tenía cuatrocientos hombres. Tras haber repartido a los niños en grupos con Lea, con Raquel y con las dos criadas, 2 Colocó a las criadas con sus hijos al frente, luego a Lea con sus hijos y, finalmente, a Raquel con José. 3 Él mismo pasó delante de ellos, y se inclinó a tierra siete veces, hasta que llegó cerca de su hermano Esaú. 4 Esaú corrió a su encuentro, la abrazó, se arrojó sobre su cuello y la besó, y lloraron. 5 Entonces, al levantar la vista, Esaú vio mujer Y los hijos, y dijo: ¿Quiénes son estos que tienes aquí? Jacob respondió: Son los hijos que Dios le ha concedido a tu siervo. 6 Las criadas se acercaron, ellas y sus hijos, y se postraron. 7 Lea y sus hijos también se acercaron y se inclinaron; luego José y Raquel se acercaron y se inclinaron. 8 Y Esaú dijo: ¿Qué quieres hacer con toda esta gente que he conocido? Y Jacob Dijo: Es para hallar favor ante los ojos de mi señor. 9 Esaú respondió: «Tengo mucho, hermano mío; quédate con lo que es tuyo». 10 Y Jacob respondió: No, te ruego que si he hallado gracia ante tus ojos, aceptes mi presente de mi mano, pues por esto he visto tu rostro como quien ve el rostro de Dios, y me has recibido favorablemente. 11 Por lo tanto, acepta la ofrenda que te he traído, pues Dios me ha mostrado su favor y nada me falta. Le insistió tanto que Esaú la aceptó. 12 Esaú dijo: «Vamos, pongámonos en camino; yo iré delante de ti.» 13 Jacob respondió: Mi señor sabe que los niños son delicados, y que estoy cargado con ovejas y vacas que están criando; si se las presionara aunque fuera por un solo día, todo el rebaño perecería. 14 Dejad que mi señor vaya delante de su siervo, y yo lo seguiré suavemente, al paso del rebaño que va delante de mí, y al paso de los niños, hasta que llegue a la casa de mi señor en Seir. 15 Esaú dijo: «Al menos déjame ir contigo». aparte personas que están conmigo. Jacob Respondió: ¿Por qué? Para que yo encuentre favor a los ojos de mi señor. 16 Y Esaú regresó aquel día a Seir. 17 Jacob fue a Socot y se construyó una casa. También hizo refugios para sus rebaños, y por eso el lugar se llamó Socot. 18 A su regreso de Padán-Aram, Jacob llegó sano y salvo a la ciudad de Siquem, en la tierra de Canaán, y acampó frente a la ciudad. 19 Compró a los hijos de Hemor, padre de Siquem, por cien piezas de tierra, el terreno donde había acampado., 20 Allí erigió un altar y lo llamó El-Elohe-Israel.
Génesis 34
1 Dina, la hija que Lea le había dado a luz a Jacob, salió a visitar a las mujeres de la tierra. 2 Siquem, hijo de Hemor el heveo, príncipe de la tierra, al verla, la apresó, se acostó con ella y la violó. 3 Su alma se sintió atraída por Dina, hija de Jacob; amó a la joven y le habló al corazón. 4 Y dijo Siquem a Hemor su padre: Toma a esta joven por mujer. 5 Jacob supo entonces que había ofendido a Dina, su hija, pero, como sus hijos estaban en el campo con su rebaño, Jacob guardó silencio hasta su regreso. 6 Hemor, el padre de Siquem, salió a hablar con Jacob. 7 Los hijos de Jacob habían regresado del campo cuando se enteraron de lo sucedido, y estos hombres se indignaron y se enojaron mucho, porque Siquem había cometido una afrenta contra Israel al acostarse con la hija de Jacob, lo cual no debía haberse hecho. 8 Hemor les respondió así: El alma de Siquem, hijo mío, se ha apegado a vuestra hija; dadsela ahora por mujer. 9 Si os aliáis con nosotros, nos daréis vuestras hijas y tomaréis las nuestras para vosotros. 10 Vivirás en nuestro país, y el país estará a tu disposición para que te establezcas, comercies y adquieras propiedades. 11 Siquem dijo al padre y a los hermanos de Dina: «Si hallo favor ante vuestros ojos, os concederé lo que pedís». 12 Exígeme un precio de compra elevado y grandes regalos, y te daré lo que me pidas, pero dame a la joven como esposa. 13 Los hijos de Jacob respondieron y hablaron con astucia a Siquem y a Hamor, su padre, porque Siquem había deshonrado a Dina, su hermana., 14 Ellos les respondieron: «No podemos hacer esto, dar nuestra hermana a un hombre incircunciso, porque eso sería una afrenta para nosotros». 15 Solo accederemos a vuestro deseo con la condición de que os volváis como nosotros y que todos los varones entre vosotros estémos circuncidados. 16 Así pues, les daremos a nuestras hijas, y tomaremos para nosotras a sus hijas; viviremos con ustedes y seremos un solo pueblo. 17 Pero si os negáis a escucharnos y a circuncidaros, nos llevaremos de vuelta a nuestra hija y nos iremos. 18 Sus palabras complacieron a Hamor y a Siquem, hijos de Hamor., 19 Y el joven no tardó en hacerlo, pues estaba enamorado de la hija de Jacob, y era el hombre más respetado de la casa de su padre. 20 Hemor y Siquem, su hijo, se rindieron. ENTONCES en la puerta de la ciudad, y hablaron a los hombres de su ciudad, diciendo: 21 Estos son hombres pacíficos entre nosotros; que se establezcan en la tierra y comercien, pues hay suficiente tierra para ellos a ambos lados. Tomaremos a sus hijas por esposas, y les daremos las nuestras. 22 Pero estos hombres solo aceptarán vivir con nosotros, para formar un solo pueblo, con una condición: que todo varón entre nosotros sea circuncidado, como ellos mismos lo son. 23 ¿No serán nuestros sus rebaños, sus posesiones y todos sus animales de carga? Solo permítanos acceder a sus... deseo y que se establezcan entre nosotros. 24 Todos los que salían por la puerta de la ciudad escuchaban a Hemor y a Siquem, su hijo, y todo varón era circuncidado, todo hombre que salía por la puerta de la ciudad. 25 Al tercer día, cuando estaban enfermos, dos de los hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, marcharon sin temor sobre la ciudad y mataron a todos los varones. 26 Pasaron También Con el filo de la espada, Hemor y Siquem, su hijo, y después de tomar a Dina de la casa de Siquem, salieron. 27 Los hijos de Jacob atacaron a los muertos y saquearon la ciudad, porque su hermana había sido deshonrada. 28 Se llevaron sus ovejas, sus bueyes y sus asnos, lo que había en la ciudad y lo que había en los campos. 29 Se apoderaron de todas sus posesiones, de sus hijos y sus esposas, y de todo lo que había en las casas. 30 Entonces Jacob les dijo a Simeón y a Leví: «Me han causado problemas, haciéndome odioso a los habitantes de esta tierra, a los cananeos y a los ferezeos. Tengo muy pocos hombres conmigo; se aliarán contra mí y me matarán, y mi casa y yo seremos destruidos». 31 Ellos respondieron: ¿Tratarán a nuestra hermana como a una prostituta?
Génesis 35
1 Dios le dijo a Jacob: «Levántate, sube a Betel y mora allí, y erige allí un altar al Dios que se te apareció cuando huías de tu hermano Esaú». 2 Jacob dijo a su familia y a todos los que con él estaban: Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, purificaos y cambiad vuestros vestidos. 3 Nos levantaremos e iremos a Betel, y allí levantaré un altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y que ha estado conmigo en el camino que he recorrido. 4 Y ellos le entregaron a Jacob todos los dioses extranjeros que tenían en su poder y los pendientes que llevaban en las orejas, y Jacob los enterró debajo del terebinto que está en Siquem. 5 Se marcharon, y el terror de Dios se extendió por las ciudades circundantes, y los hijos de Jacob no fueron perseguidos. 6 Jacob, con todo el pueblo que con él estaba, llegó a Luz, en la tierra de Canaán, es decir, a Bet-el. 7 Allí construyó un altar y llamó a aquel lugar El-Betel, porque allí fue donde Dios se le apareció cuando huía de su hermano. 8 ENTONCES Débora, la nodriza de Rebeca, murió y fue enterrada debajo de Betel, al pie del roble que recibió el nombre de Roble del Llanto. 9 Dios se apareció de nuevo a Jacob, después de su regreso de Padán-Aram, y lo bendijo. 10 Dios le dijo: «Tu nombre es Jacob, pero ya no te llamarás Jacob, sino Israel». Y le puso por nombre Israel. 11 Dios le dijo: «Yo soy el Dios Todopoderoso. Sé fecundo y multiplícate, y de ti surgirá una nación y una comunidad de naciones, y de tus lomos saldrán reyes». 12 La tierra que les di a Abraham e Isaac, te la daré a ti, y te la daré Este país a tu posteridad después de ti. 13 Y Dios se apartó de él hacia el lugar donde le había hablado. 14 Y en el lugar donde le había hablado, Jacob erigió un monumento de piedra, sobre el cual derramó una libación y aceite. 15 Llamó Betel al lugar donde Dios le había hablado. 16 Salieron de Betel. Todavía les faltaba un buen trecho para llegar a Efrata cuando Raquel dio a luz, y su parto fue difícil. 17 Durante los dolores del parto, la partera le dijo: No temas, porque otro hijo tendrás. 18 Cuando su alma partía, pues estaba muriendo, ella le puso por nombre Benoni, pero su padre lo llamó Benjamín. 19 Murió Raquel, y fue sepultada en el camino de Efrata, que es Belén. 20 Jacob erigió un monumento sobre su tumba; este es el monumento de la Tumba de Raquel, que aún se conserva hoy en día. 21 Israel partió y acampó más allá de Migdal-Eder. 22 Mientras Israel habitaba aquella tierra, Rubén vino y se acostó con Balaam, la concubina de su padre, y esto sucedió en Israel. Los hijos de Jacob eran doce. 23 Los hijos de Lea: Rubén, el primogénito de Jacob, Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón. 24 Los hijos de Raquel: José y Benjamín. 25 Hijos de Balaam, sierva de Raquel: Dan y Neftalí. 26 Los hijos de Zelpa, sierva de Lea: Gad y Aser. Estos fueron los hijos de Jacob, que le nacieron en Padán-aram. 27 Jacob llegó a Mamre, a Quiriat-Arbe, que es Hebrón, donde se habían alojado Abraham e Isaac. 28 Isaac vivió ciento ochenta años. 29 Isaac exhaló su último suspiro y murió, y fue reunido con su pueblo, anciano y lleno de días. Esaú y Jacob, sus hijos, lo sepultaron.
Génesis 36
1 Esta es la historia de Esaú, que es Edom. 2 Esaú tomó mujeres de entre las hijas de Canaán: a Ada, hija de Elón el heteo, y a Oolibaba, hija de Aná, hija de Sebeón el heveo, 3 y Basemat, hija de Ismael, hermana de Nabaiot. 4 Ada dio a luz a Elifaz a Esaú, Basemat dio a luz a Rahuel, 5 Y Oolibaba engendró a Jehú, Ihelón y Coré. Estos fueron los hijos de Esaú, que le nacieron en la tierra de Canaán. 6 Esaú tomó a sus esposas, a sus hijos e hijas, a todos los miembros de su familia, a sus rebaños, a todo su ganado y a todas las posesiones que había adquirido en la tierra de Canaán, y se fue a otro país, lejos de Jacob, su hermano. 7 Porque sus posesiones eran demasiado considerables para que pudieran permanecer juntos, y el país donde residían no podía proporcionarles suficiente espacio debido a sus rebaños. 8 Esaú se estableció en las montañas de Seir; Esaú es Edom. 9 Este es el relato de los descendientes de Esaú, padre de Edom, en las montañas de Seir. 10 Estos son los nombres de los hijos de Esaú: Elifaz, hijo de Ada, mujer de Esaú; y Rauel, hijo de Basemat, mujer de Esaú. 11 Los hijos de Elifaz fueron: Temán, Omar, Séfora, Gatam y Zenez. 12 Thamna era concubina de Elifaz, hijo de Esaú, y le dio a luz a Amalec. Estos fueron los hijos de Ada, esposa de Esaú. 13 Estos fueron los hijos de Rahuel: Nahat, Zera, Sama y Meza. Estos fueron los hijos de Basemat, esposa de Esaú. 14 Estos son los hijos de Oolibaba, hija de Aná, hija de Sebeón, mujer de Esaú: ella dio a luz a Esaú a Jehú, a Jelón y a Coré. 15 Aquí están los líderes tribus originarias de Los hijos de Esaú. Los hijos de Elifaz, primogénito de Esaú: el jefe Temán, el jefe Omar, el jefe Zippor, el jefe Kenez, 16 Jefe Kore, Jefe Gatham, Jefe Amalek. Estos son los jefes. de De Elifaz, en la tierra de Edom, estos son los hijos de Ada. 17 Los hijos de Rauel, hijo de Esaú: el jefe Nahat, el jefe Zara, el jefe Sama y el jefe Meza. Estos son los jefes de De Rahuel, en la tierra de Edom, estos son los hijos de Basemat, esposa de Esaú. 18 Los hijos de Oolibabah, esposa de Esaú: el jefe Jehús, el jefe Jelón y el jefe Coré. Estos fueron los jefes de de Oolibaba, hija de Ana y esposa de Esaú. 19 Estos son los hijos de Esaú, y estos son sus líderes; este es Edom. 20 Estos son los hijos de Seir el horeo, que habitaron en la tierra: Lotán, Zobal, Sebeón, Aná, 21 Dison, Eser y Disan. Estos son los líderes de los horeos, hijos de Seir, en la tierra de Edom. 22 Los hijos de Lotán eran Hori y Hemán, y Tammah era la hermana de Lotán. 23 Estos son los hijos de Sobal: Alván, Manahat, Ebal, Sefo y Onam. 24 Estos son los hijos de Sebeón: Aja y Aná. Fue este Aná quien encontró las aguas termales en el desierto mientras cuidaba los asnos de Sebeón, su padre. 25 Estos son los hijos de Ana: Dison y Oolibama, la hija de Ana. 26 Estos son los hijos de Disón: Hamdán, Esebán, Jetram y Harán. 27 Estos son los hijos de Eser: Balan, Zaván y Acán. 28 Estos son los hijos de Disán: Hus y Aram. 29 Estos son los líderes de los Horreanos: Jefe Lotan, Jefe Sobal, Jefe Sebeon, Jefe Ana, 30 Jefe Dison, Jefe Eser, Jefe Disan. Estos son los jefes de los horitas, cada uno de sus jefes en la tierra de Seir. 31 Estos son los reyes que reinaron en la tierra de Edom antes que reinase rey sobre los hijos de Israel: 32 Bela, hijo de Beor, reinó en Edom, y el nombre de su ciudad era Denaba. 33 Murió Bela, y Jobab, hijo de Zera, de Bozra, reinó en su lugar. 34 Jobab murió, y Husam, de la tierra de los temanitas, reinó en su lugar. 35 Husam murió, y en su lugar reinó Adad, hijo de Badad, quien derrotó a Madián en los campos de Moab; el nombre de su ciudad era Avit. 36 Hadad murió, y en su lugar reinó Semla de Masreca. 37 Murió Semlah, y en su lugar reinó Saúl de Rohobot junto al río. 38 Saúl murió, y Balanan, hijo de Acor, reinó en su lugar. 39 Murió Balanan, hijo de Acor, y Hadar reinó en su lugar; el nombre de su ciudad era Faul, y el nombre de su esposa Meabel, hija de Matred, hija de Mezaab. 40 Aquí están los nombres de los líderes de De Esaú, según sus tribus, sus territorios y sus nombres: el jefe Tamma, el jefe Alva, el jefe Jetet, 41 Jefe Oolibaba, Jefe Ela, Jefe Phinon, 42 Jefe Cénez, Jefe Théman, Jefe Mabsar, 43 Magdiel, Hiram, jefes. Estos son los jefes de Edom, según sus lugares de residencia en la tierra que habitan. Este es Esaú, padre de Edom.
Génesis 37
1 Jacob se estableció en la tierra donde su padre había permanecido en la tierra de Canaán. 2 Esta es la historia de Jacob. José, de diecisiete años, cuidaba ovejas con sus hermanos. Como aún era joven, estaba con los hijos de Balaam y los hijos de Zelpa, las esposas de su padre, y José les trajo malos rumores. que estaban corriendo por su cuenta. 3 Israel amaba a José más que a todos sus otros hijos, porque era un hijo de su vejez, y le hizo una túnica larga. 4 Sus hermanos, al ver que su padre lo amaba más que a todos ellos, llegaron a odiarlo y ya no podían hablarle amistosamente. 5 José tuvo un sueño y se lo contó a sus hermanos, quienes lo odiaron aún más. 6 Él les dijo: «Escuchen, les ruego, el sueño que tuve: 7 Estábamos atando gavillas en medio del campo, y he aquí que mi gavilla se alzó y se mantuvo erguida, y vuestras gavillas la rodearon y se inclinaron ante ella. 8 Sus hermanos le dijeron: «¿Reinarás sobre nosotros? ¿Nos gobernarás?». Y lo odiaron aún más por sus sueños y sus palabras. 9 Tuvo otro sueño, que les contó a sus hermanos. Dijo: «Tuve otro sueño: el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí. 10 Se lo contó a su padre y a sus hermanos, y su padre lo reprendió, diciendo: "¿Qué sueño es este que tuviste? ¿Acaso nosotros, tu madre y tus hermanos, debemos venir a postrarnos en tierra ante ti?". 11 Y sus hermanos le tenían envidia, pero su padre guardó el secreto. en su corazón. 12 Los hermanos de José fueron a pastorear los rebaños de su padre en Siquem. 13 Israel le dijo a José: «¿No están tus hermanos pastoreando el rebaño en Siquem? Ven, te enviaré con ellos». Él respondió: «Aquí estoy». 14 E Israel le respondió: «Ve ahora a ver si tus hermanos están bien, y si el rebaño está en buen estado, y tráeme noticias». Y lo envió desde el valle de Hebrón, y José fue a Siquem. 15 Un hombre lo encontró vagando por el campo y le preguntó: ¿Qué buscas? 16 Él respondió: «Estoy buscando a mis hermanos; por favor, dime dónde están pastando». su rebaño. 17 Y el hombre respondió: Se han ido de aquí, porque les oí decir: “Vamos a Dotaín”. José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotaín. 18 Lo vieron desde lejos y, antes de que se acercara, planearon matarlo. 19 Se dijeron el uno al otro: Aquí está el hombre de los sueños, es él quien viene. 20 ¡Vamos, pues, matémoslo y arrojémoslo a una de las cisternas, y diremos que una bestia feroz lo devoró, veremos qué será de sus sueños!. 21 Rubén lo oyó y lo rescató de sus manos. Dijo: «No lo golpeemos». hasta la muerte. 22 Rubén les dijo: «No derraméis sangre; echadla en esta cisterna que está en el desierto, y no le pongáis la mano encima». Su intención era librarlo de sus manos y llevarlo de vuelta a su padre. 23 Cuando José llegó delante de sus hermanos, le quitaron la túnica, la larga túnica que llevaba puesta., 24 Y tomándolo, lo echaron en la cisterna. La cisterna estaba vacía: no había agua. 25 Luego se sentaron a comer. Al levantar la vista, vieron que venía de Galaad una caravana de ismaelitas, cuyos camellos iban cargados de astrágalo, bálsamo y ládano, que transportaban a Egipto. 26 Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué ganaremos si matamos a nuestro hermano y ocultamos su sangre? 27 Vayamos a venderlo a los ismaelitas, pero no le pongamos la mano encima, porque es nuestro hermano, de nuestra propia carne. Sus hermanos le hicieron caso. 28 Y cuando pasaron los mercaderes madianitas, sacaron a José de la cisterna y lo vendieron por veinte piezas de plata a los ismaelitas, quienes lo llevaron a Egipto. 29 Rubén regresó a la cisterna, y he aquí que José ya no estaba en la cisterna. 30 Se rasgó la ropa y, volviendo a sus hermanos, dijo: El niño n‘'y ya no esta mas y ¿a donde iré? 31 Se llevaron ENTONCES Tomaron la túnica de José y, después de sacrificar una cabra, la mojaron en la sangre. 32 Y enviaron el manto a su padre, diciendo: Esto es lo que hemos hallado; mira si es este el manto de tu hijo o no. 33 Jacob la reconoció y dijo: Es La túnica de mi hijo. Una bestia feroz la devoró. José fue hecho pedazos. 34 Y rasgó sus vestidos, se vistió de cilicio y guardó luto por su hijo durante largo tiempo. 35 Todos sus hijos e hijas vinieron a consolarlo, pero él no quiso recibir consuelo, diciendo: «Descenderé enlutado a mi hijo, al reino de los muertos». Y su padre lloró por él. 36 Los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, un oficial del faraón, jefe de la guardia.
Génesis 38
1 En aquellos días Judá, alejándose de sus hermanos, bajó y llegó hasta un hombre de Odollam llamado Hira. 2 Allí Judá vio a la hija de un cananeo llamado Súa, y la tomó por esposa. para mujeres y se dirigió hacia ella. 3 Ella concibió y dio a luz un hijo, y él lo llamó Ella. 4 Volvió a concebir y dio a luz un hijo, al que llamó Onán. 5 Concibió de nuevo y dio a luz un hijo, y le puso por nombre Selah; Judá estaba en Aczib cuando ella lo dio a luz. 6 Judá tomó por esposa a una mujer llamada Tamar, su primogénita. 7 Él, el primogénito de Judá, era malvado a los ojos del Señor, y el Señor le dio muerte. 8 Entonces Judá dijo a Onán: «Entra a la mujer de tu hermano, cumple con tu deber de cuñado, y levanta descendencia a tu hermano». 9 Pero Onán sabía que ese hijo no sería suyo, y cuando fue a la esposa de su hermano, se profanó en tierra para no darle descendencia a su hermano. 10 Sus acciones desagradaron al Señor, quien también le concedió la muerte. 11 Y Judá le dijo a Tamar, su nuera: «Quédate viuda en casa de tu padre hasta que crezca mi hijo Sela». Porque pensaba: «No debe morir como sus hermanos». Así que Tamar se fue y se quedó en casa de su padre. 12 Tras muchos días, murió la hija de Shuh, esposa de Judá. Cuando Judá terminó su duelo, él y su amigo Hirah el odolamita fueron a Tamna, donde estaban esquilando sus ovejas. 13 Y avisaron a Tamar, diciendo: He aquí tu suegro sube a Tamna a trasquilar sus ovejas. 14 Entonces se quitó sus ropas de viuda, se cubrió con un velo y, así envuelta, se sentó a la entrada de Enaim, en el camino a Thamna, porque vio que Sela había crecido y que no le habían dado a él como esposa. 15 Judá, al verla, la tomó por una mujer de mala reputación, porque se había cubierto el rostro. 16 Él se fue por su propio camino, hacia el camino, y dijo: «Déjame ir a ti». Porque no sabía que ella era su nuera. Ella respondió: «¿Qué me darás para que vaya a mí?». 17 Él respondió: «Te enviaré un cabrito del rebaño». Ella dijo: «Con la condición de que me des una prenda hasta que lo envíes». 18 Él le preguntó: "¿Qué prenda te daré?". Ella respondió: "Tu anillo, tu cordón y el bastón que llevas en la mano". Él se los dio, se unió a ella y ella concibió de él. 19 Entonces se levantó, se fue, se quitó el velo y se puso su ropa de viuda. 20 Judá envió al muchacho por medio de su amigo, el odolamita, para recuperar la prenda de la mano de la mujer, pero no la encontró. 21 Preguntó a la gente del lugar: «¿Dónde está aquella prostituta que estaba junto al camino en Enaim?». Respondieron: «Aquí no había ninguna prostituta». 22 Entonces regresó a Judá y dijo: «No la encontré, y hasta la gente del lugar dijo: “Aquí no ha habido ninguna prostituta”». 23 Judá dijo: Que ella se quede su promesa, No debemos permitir que se burlen de nosotros. Aquí, he enviado al niño. prometido, Y no lo encontraste. 24 Unos tres meses después, le dijeron a Judá: «Tamar, tu nuera, se ha prostituido y ahora está embarazada como resultado de su prostitución». Judá dijo: «Sáquenla y que la quemen». 25 Mientras la llevaban afuera, ella le mandó decir a su suegro: "Estoy embarazada del hombre a quien pertenecen estos objetos. Mira bien", añadió, "de quién es este anillo, este cordón y este bastón". 26 Judá los reconoció y dijo: «Ella es más justa que yo, ya que no la di a mi hijo Sela». Y no volvió a tener relaciones con ella. 27 Cuando llegó el momento del parto, he aquí que había dos gemelos en su vientre. 28 Durante el parto, uno de ellos extendió la mano, y la partera la tomó, y ató a ella un hilo escarlata, diciendo: Este es el que salió primero. 29 Pero retiró la mano, y he aquí que salió su hermano. «¡Qué brecha has abierto!», exclamó la partera. «¡La brecha está sobre ti!». Y le pusieron por nombre Peres. 30 Luego salió su hermano, que tenía el hilo escarlata en la mano, y se llamaba Zara.
Génesis 39
1 José fue llevado a Egipto, y Potifar, un oficial egipcio del faraón y comandante de la guardia, lo compró a los ismaelitas que lo habían llevado allí. 2 El Señor estaba con José, quien prosperó en todo, y vivía en la casa de su amo, el egipcio. 3 Su amo vio que el Señor estaba con él y que el Señor hacía que todo lo que hacía prosperara. 4 José encontró ENTONCES Gracias a sus ojos, él fue contratado a su servicio., su amo Lo puso al frente de su casa y le devolvió todo lo que tenía. 5 En cuanto lo hubo puesto al frente de su casa y de todo lo que tenía, el Señor bendijo la casa del egipcio por causa de José, y la bendición del Señor estuvo sobre todo lo que tenía, tanto en la casa como en el campo. 6 Y dejó todo lo que tenía en manos de José, sin preguntar más por nada excepto por la comida que comía. José era de buen parecer y de buena presencia. 7 Después de estos sucesos, la esposa de su amo puso sus ojos en José y a él dijo:Duerme conmigo. 8 Él se negó y dijo a la mujer de su amo: «Mira, mi amo no me pregunta nada de lo que hay en la casa, y ha puesto todo lo que tiene en mis manos». 9 Él no es más grande que yo en esta casa, y no me ha prohibido nada excepto a ti, porque eres su esposa. ¿Cómo podría yo hacer tan gran mal y pecar contra Dios? 10 Lo que en Aunque ella hablaba con José todos los días, él no consentía en acostarse con ella ni en estar con ella. 11 Un día, cuando entró en la casa para hacer sus tareas y no había ningún empleado doméstico presente, 12 Ella lo agarró por la ropa y le dijo: «Acuéstate conmigo». Pero él dejó la ropa en sus manos y salió corriendo. 13 Cuando vio que él había dejado su prenda en su mano y había salido corriendo, 14 Llamó a la gente de su casa y les dijo: «Miren, nos ha traído a un hebreo para tener relaciones sexuales con nosotras. Este hombre vino a mí para acostarse conmigo, y grité a gritos». 15 Y cuando me oyó alzar la voz y gritar, dejó su manto a mi lado y salió corriendo. 16 Entonces ella dejó la ropa de José a su lado hasta que su amo regresó a casa. 17 Y ella le habló conforme a estas palabras, diciendo: El siervo hebreo que nos trajiste vino a mí para divertirse conmigo. 18 Y cuando alcé la voz y grité, dejó su prenda a mi lado y salió corriendo. 19 Cuando el maestro de José había oído las palabras de su mujer, que le habló en estos términos: Esto es lo que tu siervo me ha hecho, y su ira se encendió. 20 Tomó a José y lo puso en el prisión, Este era el lugar donde se mantenían los prisioneros del rey. Y él estaba allí en prisión. 21 El Señor estaba con José, le extendió su misericordia y le dio gracia ante los ojos del príncipe de la tierra. prisión. 22 Y la cabeza de la prisión puso bajo su supervisión a todos los prisioneros que se encontraban en el prisión, y todo lo que allí se hizo, se hizo por medio de él. 23 El jefe de la prisión No le presté atención a nada de eso José tenía en sus manos, porque el Señor estaba con él, y el Señor hizo que todo lo que hizo prosperara.,
Génesis 40
1 Después de estos sucesos, ocurrió que el copero y el panadero del rey de Egipto ofendieron a su señor, el rey de Egipto. 2 El faraón estaba enfadado con sus dos oficiales, el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos., 3 y los hizo encerrar en casa del jefe de la guardia, en el prisión, en el lugar donde José estuvo preso. 4 El capitán de la guardia designó a José para que les sirviera, y estuvieron en su presencia durante un tiempo. prisión. 5 El copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban encerrados en el prisión, Ambos tuvieron un sueño la misma noche, cada uno propio, con un significado diferente. 6 José, al llegar a ellos por la mañana, los miró, y he aquí que estaban tristes. 7 Él preguntó ENTONCES Los oficiales del Faraón que estaban con él en prisión, en casa de su señor, y les dijo: ¿Por qué están tristes hoy vuestros rostros? 8 Le dijeron: “Tuvimos un sueño y no hay nadie allí”. aquí para explicarlo. Y José les dijo: "¿No pertenecen a Dios las interpretaciones? Por favor, díganmelo, tu sueño. 9 El jefe de los coperos contó a José su sueño, diciendo: En mi sueño, he aquí, había Una enredadera delante de mí., 10 Y esta vid tenía tres ramas, brotaron capullos, apareció la flor y sus racimos produjeron uvas maduras. 11 Tenía en mi mano la copa del faraón; tomé unas uvas, exprimí el jugo en la copa del faraón y coloqué la copa en la mano del faraón. 12 José le respondió: He aquí la interpretación: las tres ramas son tres días. 13 En tres días el faraón te levantará la cabeza y te restituirá en tu cargo, y tú pondrás la copa del faraón en su mano, según su primer cargo, cuando fuiste su copero. 14 Si te acuerdas de mí cuando la felicidad te sea devuelta, y si te dignas mostrarme bondad, recuérdame quién soy. recuerdo Faraón, y sácame de esta casa. 15 Porque fue por rapto que fui sacado de la tierra de los hebreos, y aquí no he hecho nada para merecer ser puesto en este lugar. prisión. 16 El jefe de los panaderos, viendo que José había dado una interpretación favorable, le dijo: Yo también, en mi sueño, veía tres canastas de pan blanco sobre mi cabeza. 17 En la cesta de arriba había toda clase de pasteles para el faraón, y los pájaros los comían de la cesta que estaba sobre mi cabeza. 18 José respondió: Aquí está la interpretación: las tres canastas son tres días. 19 Dentro de tres días Faraón te arrancará la cabeza y te colgará de un árbol, y las aves devorarán tu carne. 20 Al tercer día, que era el cumpleaños de Faraón, éste hizo banquete a todos sus siervos, y alzó la cabeza del jefe de los coperos y la cabeza del jefe de los panaderos. 21 Restituyó al jefe de los coperos en su cargo, y este colocó la copa en la mano del faraón., 22 Y ahorcó al jefe de los panaderos, según la interpretación que José les había dado. 23 Pero el jefe de los coperos no mencionó a José, y se olvidó de él.
Génesis 41
1 Transcurridos dos años, el faraón tuvo un sueño. He aquí que estaba de pie junto al río, 2 Y he aquí que siete vacas, hermosas a la vista y gordas de carne, subieron del río y comenzaron a pastar en la vegetación. 3 Y he aquí que tras ellos subieron del río otras siete vacas, feas a la vista y flacas de carne; y vinieron y se pusieron junto a las vacas. quienes eran en la ribera del río. 4 Y las vacas feas y flacas devoraron a las siete vacas hermosas y gordas. Entonces el faraón despertó. 5 Volvió a dormirse y tuvo un segundo sueño. Y he aquí que del mismo tallo crecían siete espigas de trigo, gordas y hermosas. 6 Y después de esas, crecieron siete espigas de maíz delgadas, chamuscadas por el viento del este. 7 Y las espigas delgadas de trigo engulleron las siete espigas gordas y llenas. Entonces despertó el faraón. Y allí estaba, fue Un sueño. 8 Por la mañana, el faraón estaba preocupado y convocó a todos los escribas y sabios de Egipto. Les contó sus sueños, pero nadie pudo interpretarlos para él. 9 Entonces el jefe de los coperos tomó la palabra y dijo a Faraón: Ahora me acordaré de mis pecados. 10 Faraón se enojó con sus siervos y me puso en prisión en la casa del jefe de la guardia, yo y el jefe de los panaderos. 11 Los dos tuvimos un sueño la misma noche, él y yo; cada uno soñó según el significado de su propio sueño. 12 Nos acompañaba un joven hebreo, sirviente del capitán de la guardia. Le contamos nuestros sueños y él los interpretó para cada uno de nosotros., 13 Y sucedieron las cosas tal como él las había interpretado: Faraón me restituyó en mi puesto, y fue ahorcado. 14 El Faraón mandó llamar a José, y lo sacaron rápidamente de la casa. prisión. Se afeitó, se puso otra ropa y fue a ver al Faraón. 15 Y Faraón dijo a José: He tenido un sueño que nadie puede interpretar, y oí que se decía de ti: Cuando oyes un sueño, lo interpretas. 16 José respondió a Faraón, diciendo: No soy yo, sino Dios quien dará respuesta favorable a Faraón. 17 El faraón dijo ENTONCES A José: En mi sueño, he aquí, yo estaba de pie a la orilla del río, 18 Y he aquí que siete vacas gordas, bien alimentadas y de hermoso aspecto, salieron del río y comenzaron a pastar en la vegetación. 19 Y he aquí que tras ellas vinieron otras siete vacas, flacas, de aspecto muy feo y demacradas; no he visto vacas tan feas en toda la tierra de Egipto. 20 Las vacas flacas y feas devoraron a las primeras siete vacas, esas quienes eran grasas, 21 Estos entraron en sus vientres sin que pareciera que lo hubieran hecho; su aspecto seguía siendo tan feo como antes. Y desperté. 22 Vivo De nuevo En un sueño, vi siete espigas de trigo, llenas y hermosas, que crecían en un solo tallo., 23 Y he aquí siete espigas de maíz raquíticas, delgadas y chamuscadas por el viento del este, que crecieron después de estas. 24 Y las espigas delgadas se tragaron las siete buenas. Se lo conté a los escribas, y nadie... dos No me lo expliques. 25 José dijo a Faraón: El sueño de Faraón es uno solo; Dios le ha mostrado a Faraón lo que va a hacer. 26 Las siete hermosas vacas representan siete años, y las siete hermosas espigas de maíz representan siete años; es un solo sueño. 27 Las siete vacas flacas y feas que aparecieron después representan siete años, y las siete espigas de grano vacías, chamuscadas por el viento del este, representan siete años de hambruna. 28 Esta es la palabra que le dije a Faraón: Dios le mostró a Faraón lo que iba a hacer. 29 He aquí, siete años de gran abundancia vendrán sobre la tierra de Egipto. 30 Seguirán siete años de hambruna, y toda esta abundancia que había en la tierra de Egipto quedará en el olvido, y el hambre consumirá la tierra. 31 La abundancia ya no se notará debido a la hambruna que sobrevendrá en el país, tan grande será. 32 Y si el sueño se repitió dos veces ante el faraón, es porque el asunto está decidido por Dios, y Dios se apresurará a ejecutarlo. 33 Que Faraón encuentre ahora un hombre sabio e inteligente, y que lo ponga al frente de la tierra de Egipto. 34 El faraón también debería nombrar funcionarios sobre el territorio para recaudar una quinta parte. cosechas de la tierra de Egipto durante los siete años de abundancia. 35 Que recojan todos los frutos de estos buenos años venideros, que hagan montones de grano a disposición de Faraón, como provisiones en las ciudades, y que los almacenen. 36 Estas provisiones constituirán una reserva para el país durante los siete años de hambruna que azotarán la tierra de Egipto, y el país no será consumido por el hambre. 37 Estas palabras complacieron a Faraón y a todos sus siervos. 38 Y Faraón dijo a sus siervos: ¿Acaso hallaremos un hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? 39 Y Faraón dijo a José: Porque Dios te ha hecho saber todas estas cosas, no hay nadie tan inteligente ni tan sabio como tú. 40 Tú gobernarás mi casa, y todo mi pueblo obedecerá tus palabras; solo a través del trono seré mayor que tú. 41 Y Faraón dijo a José: Mira, yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. 42 Entonces Faraón le quitó el anillo de sello de la mano y se lo puso a José; luego lo vistió con ropas de lino fino y le puso una cadena de oro alrededor del cuello. 43 Lo hizo subir en el segundo de sus carros, y gritaron delante de él: "¡Inclínate!". Y quedó establecido sobre toda la tierra de Egipto. 44 Y Faraón dijo a José: Yo soy Faraón, y sin ti nadie alzará mano ni pie en toda la tierra de Egipto. 45 El faraón llamó a José Zafenat-Paneah y le dio por esposa a Aseneth, hija de Potifar, sacerdote de On. Y José fue a recorrer la tierra de Egipto. 46 José tenía treinta años cuando se presentó ante el faraón, rey de Egipto, y lo dejó para viajar por toda la tierra de Egipto. 47 La tierra rindió abundantemente durante los siete años de abundancia. 48 José recogió todos los productos de los siete bien Durante los años que hubo en la tierra de Egipto, hizo provisiones en las ciudades, depositando en el interior de cada ciudad los productos de los campos circundantes. 49 José acumuló trigo como la arena del mar, en tal cantidad que dejaron de contarlo, porque era incontable. 50 Antes de que llegara el año de la hambruna, José tuvo dos hijos, que le dio Asenet, hija de Potifar, sacerdote de On. 51 José llamó a su primogénito Manasés, porque, dijo, Dios me hizo olvidar todas mis penas y toda la casa de mi padre. 52 Al segundo lo llamó Efraín, porque, dijo, Dios me ha hecho fructífero en la tierra de mi aflicción. 53 Habiendo llegado a su fin los siete años de abundancia que hubo en Egipto, 54 Comenzaron a llegar los siete años de hambre, tal como José lo había predicho. Hubo hambre en todas las tierras, mientras que en Egipto abundaba el pan. 55 Entonces toda la tierra de Egipto también sufría hambre, y el pueblo clamó al faraón pidiendo tener pan. Y Faraón dijo a todos los egipcios: «Vayan a ver a José y hagan lo que él les diga». 56 Como el hambre se extendía por toda la región, José abrió todos los graneros que se habían construido allí y vendió trigo a los egipcios, y el hambre aumentó en la tierra de Egipto. 57 De toda la tierra vinieron personas a Egipto para comprarle grano a José, porque el hambre se había vuelto severa en toda la tierra.
Génesis 42
1 Jacob, al ver que había trigo en Egipto, dijo a sus hijos: ¿Por qué os miráis unos a otros? 2 Él dijo: «Mira, he oído que hay trigo en Egipto. Baja allá y cómpranos algo para que vivamos y no muramos». 3 Diez de los hermanos de José bajaron a Egipto para comprar grano. 4 Pero a Benjamín, hermano de José, Jacob no lo envió con sus hermanos, porque dijo para sí: «Hay temor de que le suceda algo malo». 5 Los hijos de Israel llegaron ENTONCES para comprar trigo, junto con otros que vinieron También, porque el hambre azotaba la tierra de Canaán. 6 José era el líder de la región y quien vendía grano a todos sus habitantes. Cuando llegaron los hermanos de José, se postraron ante él rostro en tierra. 7 Cuando José vio a sus hermanos, los reconoció, pero fingió ser un extraño y les habló con rudeza, diciendo: «¿De dónde vienen?». Respondieron: «De la tierra de Canaán, a comprar comida». 8 José reconoció a sus hermanos, pero ellos no lo reconocieron a él. 9 José recordó ENTONCES sueños que había tenido acerca de ellos, y les dijo: Sois espías, habéis venido a descubrir los puntos débiles del país. 10 Ellos respondieron: «No, mi señor, tus siervos han venido a comprar alimentos». 11 Todos somos hijos del mismo hombre, somos gente honesta, sus servidores no son espías. 12 Él les dijo: De ninguna manera, ustedes han venido a identificar los puntos débiles del país. 13 Respondieron: «Nosotros, tus siervos, somos doce hermanos, hijos de un mismo hombre, en la tierra de Canaán. Y he aquí, el menor está ahora con nuestro padre, y hay uno que ya no está». 14 José les respondió: Es como os acabo de decir: sois espías. 15 En esto seréis probados: ¡por vida de Faraón, que no saldréis de aquí hasta que venga vuestro hermano menor! 16 Envíen a uno de ustedes a buscar a su hermano, y ustedes seguirán siendo prisioneros. Sus palabras serán De este modo pruebas, y ya veremos Si la verdad está de vuestra parte, de lo contrario, ¡por la vida del faraón, sois espías!. 17 Y los hizo juntar en prisión durante tres días. 18 Al tercer día, José les dijo: «Hagan esto y vivirán. Yo temo a Dios». 19 Si sois gente honrada, que uno de vosotros, vuestro hermano, permanezca atado en vuestro prisión, Y tú, ve y lleva contigo algo de trigo. calma el hambre de vuestras familias. 20 Y tráiganme a su hermano menor, y sus palabras se cumplirán, y no morirán. Y así lo hicieron. 21 Entonces se dijeron el uno al otro: «Estamos sufriendo un gran castigo por culpa de nuestro hermano. Vimos la angustia de su alma cuando suplicó misericordia, pero no lo escuchamos; por eso nos ha sobrevenido esta angustia». 22 Rubén, hablando, les dijo: ¿No les dije que no pecaran contra el niño? Y no me hicieron caso, y ahora se exige su sangre. 23 Ellos no sabían que José entendía, porque le hablaban a través de un intérprete. 24 Y se apartó de ellos y lloró. Próximo Volvió a donde estaban ellos y les habló; luego tomó a Simeón de entre ellos y lo hizo atar delante de ellos. 25 Entonces José ordenó que sus naves se llenaran de grano, que el dinero de cada uno se devolviera a su saco y que se les dieran provisiones para el viaje. Y así se hizo. 26 Tras cargar el trigo en sus burros, partieron. 27 En el lugar donde pasaron la noche, uno de ellos abrió su bolsa para dar de comer a su burro y vio su dinero, que estaba en la entrada de la bolsa. 28 Él dijo a sus hermanos: «Han entregado mi dinero; aquí está en mi bolsa». Y se les desmayó el corazón, y se dijeron unos a otros, temblando: «¿Qué nos ha hecho Dios?». 29 Y regresaron a Jacob, su padre, a la tierra de Canaán, y le contaron todo lo que les había sucedido, diciendo: 30 El hombre que gobierna el país nos habló con dureza y nos tomó por espías. 31 Le dijimos: Somos gente honesta, no somos espías. 32 Somos doce hermanos, hijos del mismo padre, uno ya no está, y el menor está ahora con nuestro padre en la tierra de Canaán. 33 Y el hombre que es dueño de la tierra nos dijo: «En esto conoceré que sois gente honrada: dejad conmigo a uno de vosotros, vuestro hermano, y tomad...» algo para calmar las cosas Dejad a vuestras familias con hambre y marchaos. 34 Y tráeme a tu hermano menor. Lo sabré. De este modo que no sois espías, sino gente honrada. Entonces os devolveré a vuestro hermano y podréis comerciar en el país. 35 Al vaciar sus bolsas, cada hombre encontró su fajo de dinero en su saco. Ellos y su padre vieron sus fajos de dinero y se asustaron. 36 Jacob, su padre, les dijo: «Me han dejado sin hijos; José ya no está, Simeón ya no está, y van a llevarse a Benjamín. Todo esto recae sobre mí». 37 Rubén dijo a su padre: Matarás a mis dos hijos si no te devuelvo a Benjamín; ponlo en mis manos, y yo te lo devolveré. 38 Dijo: «Mi hijo no bajará contigo, pues su hermano ha muerto, y solo él queda. Si le ocurre algún daño en el viaje que estás a punto de emprender, enviarías mis canas con tristeza al reino de los muertos».
Génesis 43
1 La hambruna azotaba gravemente al país. 2 Cuando terminaron de comer el trigo que habían traído de Egipto, su padre les dijo: «Regresen y cómprennos más alimento». 3 Judá respondió: Este hombre nos ha dado esta solemne declaración: No verás mi rostro a menos que tu hermano esté contigo. 4 Si dejáis que nuestro hermano venga con nosotros, bajaremos a compraros algo de comida. 5 Pero si no le dejas venir, no descenderemos; porque este hombre nos dijo: No veréis mi rostro si no está vuestro hermano con vosotros. 6 Y dijo Israel: ¿Por qué me habéis causado esta tristeza, diciéndole a este hombre que aún teníais un hermano? 7 Dijeron: «Este hombre nos hizo muchas preguntas sobre nosotros y nuestra familia, diciendo: “¿Vive aún vuestro padre? ¿Tenéis un... otro ¿Hermano? Y respondimos según estas preguntas. ¿Acaso sabíamos que diría: «Baja a tu hermano»? 8 Y Judá dijo a Israel su padre: Deja al niño conmigo, para que nos levantemos e iniciemos un viaje, y vivamos, y no muramos, tú y nuestros pequeños. 9 Soy responsable de él; me lo exigirás de vuelta. Si no te lo devuelvo, si no te lo entrego, seré culpable ante ti para siempre. 10 Porque si no lo hubiéramos hecho mucho Si se hubiera retrasado, ahora estaríamos de vuelta dos veces. 11 Israel, su padre, les dijo: Pues bien, puesto que así debe ser, haced esto: tomad de vuestro equipaje lo mejor de la tierra y traed a este hombre un presente: un poco de bálsamo, un poco de miel, astrágalo, ládano, pistachos y almendras. 12 Toma el dinero duplicado y devuelve el dinero que fue colocado a la entrada de tus maletas, tal vez por error. 13 Llévate a tu hermano, levántate y vuelve con ese hombre. 14 Que Dios Todopoderoso te conceda misericordia ante ese hombre, para que permita que tu otro hermano y Benjamín regresen contigo. En cuanto a mí, si he de perder a mis hijos, que así sea. 15 Los hombres aceptaron este regalo, y tomaron en sus manos el doble de cantidad de plata, al igual que Benjamín; y se levantaron y bajaron a Egipto y se presentaron ante José. 16 Cuando José vio a Benjamín con ellos, le dijo a su mayordomo: «Trae a estos hombres a casa y mata a víctimas y prepara una comida, porque estas personas comerán conmigo al mediodía. 17 Este hombre hizo como José le había ordenado y condujo a estas personas a la casa de José. 18 Mientras los llevaban a casa de José, los hombres tuvieron miedo, y dijeron: Es por causa del dinero que trajeron en nuestros sacos el otro día que nos llevan, es para atacarnos, para caer sobre nosotros, para tomarnos como esclavos con nuestros asnos. 19 Tras acercarse al mayordomo de la casa de José, le hablaron en la entrada de la casa., 20 Diciendo: Perdón, mi señor. Ya bajamos una vez a comprar comida. 21 En el viaje de regreso, Cuando llegamos al lugar donde íbamos a pasar la noche, abrimos nuestros costales, y he aquí que el dinero de cada uno estaba a la boca de su costal, nuestro dinero conforme a su peso; lo traemos con nosotros, 22 Y al mismo tiempo trajimos más dinero para comprar comida. No sabemos quién puso el dinero en nuestras bolsas. 23 Eso paz Que Dios esté contigo. No temas. Es tu Dios, el Dios de tu padre, quien te ha dado tesoros en tus bolsas. Tu dinero me ha sido entregado. Y les llevó a Simeón. 24 Este hombre los llevó a la casa de José, les dio agua y ellos se lavaron los pies, y también les dio forraje a sus asnos. 25 Prepararon su regalo, mientras esperaban a que José llegara al mediodía, pues les habían dicho que comerían en su casa. 26 Cuando José llegó a casa, le llevaron dentro el regalo que tenían en la mano y se postraron en tierra ante él. 27 Les preguntó cómo estaban y luego dijo: «Su anciano padre, del que hablaron, ¿goza de buena salud? ¿Aún vive?». 28 Ellos respondieron: «Tu siervo, nuestro padre, está bien; todavía vive», y se inclinaron y se postraron. 29 José Alzó la vista y vio a Benjamín, su hermano, hijo de su madre. Preguntó: "¿Es este tu hermano menor de quien hablabas?". Y añadió: "Que Dios te tenga misericordia, hijo mío". 30 Así pues, con gran prisa, pues su corazón se conmovió por su hermano, José buscó un lugar Para llorar, entró en su habitación y lloró allí. 31 Después de lavarse la cara, salió y, haciendo un esfuerzo por contenerse, dijo: Sirvan la comida. 32 Y él fue servido aparte, y sus hermanos aparte, y también los egipcios que con él comían; porque los egipcios no pueden comer con los hebreos; es abominación a los egipcios. 33 Los hermanos de José Se sentaron delante de él, el primogénito según su derecho de nacimiento, y el menor según su edad, y se miraron unos a otros con asombro. 34 Les trajo porciones de comida de entre los que le precedían, y la porción de Benjamín era cinco veces mayor que la de todos ellos juntos. Bebieron con él con gran alegría.
Génesis 44
1 José dio esta orden al mayordomo de su casa: Llena los costales de estos hombres con todo el alimento que puedan llevar, y pon el dinero de cada uno a la abertura de su costal. 2 Pondrás también mi copa, la copa de plata, en la boca del saco del hijo menor, junto con el dinero para su grano. El mayordomo hizo como José le había indicado. 3 Por la mañana, en cuanto amaneció, los hombres fueron enviados de vuelta con sus burros. 4 Habían salido de la ciudad, pero aún no estaban muy lejos, cuando José dijo a su mayordomo: «Levántate, persigue a este pueblo, y cuando los alcances, diles: “¿Por qué han pagado mal por bien?”» 5 ¿Verdad que sí? la taza ¿En qué bebe mi señor y que usa para adivinar? ¡Qué mala acción has cometido! 6 El mayordomo, al unirse a ellos, les dijo las mismas palabras. 7 Ellos respondieron: "¿Por qué habla así mi señor? Que Dios proteja a tus siervos de cometer semejante acto". 8 He aquí que nosotros te trajimos plata de la tierra de Canaán, la cual hallamos en la boca de nuestros costales; ¿cómo habríamos de hurtar de la casa de tu señor plata ni oro? 9 Que aquel de entre tus siervos en quien se encuentre la taza morir, y que nosotros mismos seamos esclavos de mi señor. 10 Él su dijo: Bueno, que sea conforme a tus palabras, aquel con quien estará la taza serás mi esclavo, y tú serás libre de ello. 11 Cada persona inmediatamente bajó su bolsa al suelo y la abrió. 12 El mayordomo los registró, comenzando por el mayor y terminando por el menor, y la copa fue encontrada en la bolsa de Benjamín. 13 Rasgaron sus ropas y, después de haber vuelto a cargar sus burros, regresaron a la ciudad. 14 Judá y sus hermanos llegaron a la casa de José, que todavía estaba allí, y se postraron hasta el suelo ante él. 15 José les dijo: "¿Qué han hecho? ¿No sabían que un hombre como yo podría adivinar?" 16 Judá respondió: «¿Qué podemos decirle a mi señor? ¿Cómo podemos hablar? ¿Cómo podemos defendernos? Dios ha descubierto la iniquidad de tus siervos. Somos esclavos de mi señor, tanto nosotros como aquel en cuyo poder se halló la copa». 17 Y José respondió: Nunca yo haga tal cosa; el hombre en cuyo poder se halló la copa será mi siervo, y tú subirás en paz a tu padre. 18 Entonces Judá se acercó a José, a él Él dijo: Te ruego, señor mío, que permitas que tu siervo hable una palabra en oídos de mi señor, y no se encienda tu enojo contra tu siervo, pues tú eres igual a Faraón. 19 Mi señor preguntó a sus siervos, diciendo: ¿Tenéis padre o hermano? 20 Y respondimos a mi señor: Tenemos un padre anciano y un hermano joven, hijo de su vejez, este niño tuvo un hermano que murió, y queda único de la misma madre, y su padre lo ama. 21 Dijiste a tus siervos: Traédmelo, para que yo lo vea. 22 Respondimos a mi señor: El niño no puede abandonar a su padre; si lo abandona, su padre morirá. 23 Dijiste a tus siervos: Si vuestro hermano menor no desciende con vosotros, no volveréis a ver mi rostro. 24 Cuando volvimos a donde estaba tu siervo, mi padre, le comunicamos las palabras de mi señor. 25 Y cuando nuestro padre dijo: "Vuelve y cómpranos algo de comer", 26 Respondimos: No podemos bajar, pero si nuestro hermano menor está con nosotros, bajaremos, porque no podemos ver el rostro de este hombre a menos que nuestro hermano menor esté con nosotros. 27 Tu siervo nuestro padre nos dijo: Tú sabes que mi mujer me ha dado dos hijos. 28 Uno de ellos se alejó de mí y dije: “Debió haber sido comido, porque no lo he vuelto a ver hasta ahora”. 29 Si me quitas a este otra vez y le ocurre algo malo, harás que mi cabello blanco caiga en pena al reino de los muertos. 30 Ahora, cuando regrese a tu siervo, mi padre, sin el niño con nosotros, a cuya alma está ligada su alma, 31 En cuanto vea que el niño no está allí, morirá, y tus siervos habrán hecho descender con dolor a la tumba las canas de tu siervo, nuestro padre. 32 Porque tu siervo ha respondido por el niño tomándolo A mi padre le dijo: Si no te lo devuelvo, seré culpable ante mi padre para siempre. 33 Permítanme, entonces, que A mí, tu siervo, yo permanezco en el lugar del niño como esclavo de mi señor, y dejo que el niño regrese con sus hermanos. 34 ¿Cómo podría volver con mi padre si el niño no está conmigo? No, no debo ver la aflicción que agobiaría a mi padre.
Génesis 45
1 Entonces José no pudo contenerse delante de todos los presentes y gritó: "¡Que se vayan todos!" Y no quedó nadie con él cuando se reveló a sus hermanos. 2 Alzó la voz entre lágrimas, los egipcios lo oyeron, y la casa del faraón también. 3 José les dijo a sus hermanos: «Yo soy José. ¿Vive aún mi padre?». Pero sus hermanos no pudieron responderle, tan angustiados estaban en su presencia. 4 Y José dijo a sus hermanos: «Acérquense a mí». Y ellos se acercaron. Él dijo: «Soy José, su hermano, el que vendieron». ser liderado en Egipto. 5 Ahora no os aflijáis ni os enfadéis con vosotros mismos por lo que me vendisteis. para ser conducido Esto es para te salvará la vida que Dios me ha enviado delante de ti. 6 Desde hace dos años hay hambruna en este país, y durante cinco años más no habrá ni siembra ni cosecha. 7 Dios me ha enviado delante de vosotros para aseguraros un remanente en la tierra y preservaros para una gran liberación. 8 Y ahora, no fuisteis vosotros quienes me enviasteis aquí, sino Dios; él me ha constituido padre de Faraón, señor de toda su casa y gobernante de toda la tierra de Egipto. 9 Date prisa a ir a ver a mi padre y dile: Así dice tu hijo José: «Dios me ha puesto por señor de todo Egipto; desciende a mí sin demora». 10 Vivirás en la tierra de Gessen, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos, y los hijos de tus hijos, tus ovejas y tu ganado, y todo lo que es tuyo. 11 Allí os alimentaré, porque aún habrá cinco años más de hambre, para que no sufráis, ni vosotros, ni vuestra familia, ni todo lo que tengáis. 12 Mirad, vuestros ojos ven, y los ojos de mi hermano Benjamín, que es mi boca la que os habla. 13 Cuéntale a mi padre toda mi gloria en Egipto y todo lo que viste, y tráelo aquí lo antes posible. 14 ENTONCES Se arrojó sobre el cuello de Benjamín, su hermano, y lloró, y Benjamín lloró sobre su cuello. 15 Él abarcarTambién a todos sus hermanos, y lloró. abrazándolos, Entonces sus hermanos hablaron con él. 16 La noticia corrió por la casa del Faraón de que los hermanos de José habían venido; esto agradó al Faraón y a sus siervos. 17 Entonces Faraón dijo a José: «Di a tus hermanos: “Haced esto: cargad vuestros animales e id a la tierra de Canaán”.» 18 Y, habiendo tomado a vuestro padre y a vuestras familias, volved a mí. Os daré lo mejor de la tierra de Egipto, y comeréis lo mejor de la tierra. 19 Se te autoriza a decirles: "Haced esto: tomad carros de la tierra de Egipto para vuestros hijos y para vuestras mujeres, traed a vuestro padre y venid". 20 No dejes que tu mirada se detenga con arrepentimiento en los objetos que tendrás que irte, Porque lo mejor que todo Egipto puede ofrecer está a tu disposición. 21 Los israelitas así lo hicieron, y José les dio carros, según la orden del faraón, así como provisiones para el viaje. 22 Les dio a cada uno una muda de ropa, y a Benjamín le dio trescientas monedas de plata y cinco mudas de ropa. 23 También envió a su padre diez asnos cargados con los mejores productos de Egipto y diez asnas cargadas con trigo, pan y provisiones para su padre durante el viaje. 24 Después despidió a sus hermanos, que se habían ido, y les dijo: «No riñáis en el camino». 25 Habiendo salido de Egipto, llegaron a la tierra de Canaán, a donde estaba su padre Jacob. 26 Le dijeron: «José aún vive; de hecho, gobierna toda la tierra de Egipto». Pero su corazón permaneció frío, porque no les creyó. 27 Entonces le contaron todo lo que José les había dicho. Al ver las carretas que José había enviado para transportarlo, el espíritu de Jacob, su padre, revivió., 28 Y dijo Israel: «Basta. José, mi hijo, aún vive. Iré a verlo antes de morir».
Génesis 46
1 Israel partió con todo lo que le pertenecía. Al llegar a Beerseba, ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. 2 Y habló Dios a Israel en una visión nocturna, y dijo: ¡Jacob, Jacob! Israel respondió: ¡Aquí estoy! 3 Y Dios dijo: «Yo soy el Dios fuerte, el Dios de tu padre. No temas descender a Egipto, porque allí haré de ti una gran nación». 4 Yo mismo descenderé contigo a Egipto, y yo mismo te traeré de vuelta de allí, y José pondrá su mano sobre tus ojos. 5 Jacob se levantó y salió de Beerseba, y los hijos de Israel pusieron a Jacob, su padre, y a sus mujeres e hijos, en los carros que Faraón había enviado para transportarlo. 6 También se llevaron sus rebaños y posesiones que habían adquirido en la tierra de Canaán. Y Jacob se fue a Egipto con toda su familia. 7 Se llevó consigo a Egipto a sus hijos y a los hijos de sus hijos, a sus hijas y a las hijas de sus hijos, y a toda su familia. 8 Estos son los nombres de los hijos de Israel que llegaron a Egipto: Jacob y sus hijos. El primogénito de Jacob, Rubén. 9 Los hijos de Rubén: Enoc, Falo, Hesrón y Carmi. 10 Los hijos de Simeón: Jamuel, Jamín, Ahod, Jaquín, Zohar y Saúl, hijo de la cananea. 11 Los hijos de Leví: Gersón, Caat y Merari. 12 Los hijos de Judá fueron Her, Onán, Sela, Fares y Zera; pero Her y Onán murieron en la tierra de Canaán. Los hijos de Fares fueron Hezrón y Hamul. 13 Los hijos de Isacar: Tola, Fúa, Job y Semrón. 14 Hijos de Zabulón: Sared, Elón y Jahelel. 15 Estos fueron los hijos que Lea le dio a Jacob en Padán-Aram, con su hija Dina. En total, tuvo treinta y tres hijos e hijas. 16 Hijos de Gad: Sefión, Hagui, Suni, Esebón, Heri, Arodi y Areli. 17 Los hijos de Aser fueron Jamne, Jesúa, Jesui, Bería y Sara su hermana. Los hijos de Bería fueron Heber y Melquiel. 18 Estos fueron los hijos de Zelpa, la cual Labán dio a su hija Lea, la cual se los dio a luz a Jacob: en total dieciséis personas. 19 Los hijos de Raquel, mujer de Jacob: José y Benjamín. 20 Nació de José en la tierra de Egipto, trapos que Asenet, hija de Potifar, sacerdote de On, le dio a luz, saber Manasés y Efraín. 21 Hijos de Benjamín: Bela, Bocor, Asbel, Gera, Naamán, Echi, Ros, Mofim, Ofim y Ared. 22 Éstos fueron los hijos de Raquel que le nacieron a Jacob: catorce personas en total. 23 Hijo de Dan: Husim. 24 Hijos de Neftalí: Jasiel, Guni, Jeser y Salem. 25 Estos fueron los hijos de Balaam, a quienes Labán dio a luz a Raquel su hija, la cual se los dio a luz a Jacob: siete personas en total. 26 Todo el pueblo que vino con Jacob a Egipto, sus descendientes, sin contar mujer De los hijos de Jacob, hubo sesenta y seis en total. 27 José tuvo dos hijos nacidos en Egipto. El número total de personas de la familia de Jacob que llegaron a Egipto fue de setenta. 28 Jacob Había enviado a Judá delante de él a José para preparar su llegada a Gesén. Cuando Jacob y su familia entraron en Gesén, 29 José mandó preparar su carro y montó en él para ir a Gesén a encontrarse con Israel, su padre. Este se le apareció y, arrojándose sobre su cuello, lloró largamente sobre él. 30 Israel dijo a José: «Ahora puedo morir, pues he visto tu rostro y aún estás vivo.» 31 José dijo a sus hermanos y a la familia de su padre: «Iré y le diré a Faraón: “Mis hermanos y la familia de mi padre, que estaban en la tierra de Canaán, han venido a mí. 32 Estos hombres están pastoreando ovejas, pues son dueños de rebaños; han traído sus ovejas y su ganado, y todo lo que les pertenece. 33 Y cuando Faraón te llame y te pregunte: "¿Cuál es tu ocupación?" 34 Responderás: Nosotros, tus siervos, hemos sido dueños de rebaños desde nuestra juventud hasta ahora, como eran nuestros padres. De esta manera habitaréis en la tierra de Gesén, porque todos los pastores son una abominación para los egipcios.
Génesis 47
1 José fue y se lo hizo saber a Faraón, diciendo: Mi padre y mis hermanos han venido de la tierra de Canaán, con sus ovejas, sus ganados y todo lo que tienen, y he aquí están en la tierra de Gesén. 2 Tras llevarse a cinco de sus hermanos, los presentó al faraón., 3 Y Faraón les dijo: ¿Cuál es vuestro oficio? Ellos respondieron a Faraón: Tus siervos somos pastores de ovejas, como eran nuestros padres. 4 También dijeron al faraón: «Hemos venido a residir en la tierra, pues ya no hay pasto para los rebaños de tus siervos, pues el hambre se ha agudizado en la tierra de Canaán. Por lo tanto, te ruego que permitas que tus siervos habiten en la tierra de Gesén». 5 El faraón le dijo a José: «Tu padre y tus hermanos han venido a ti. La tierra de Egipto está delante de ti; establece a tu padre y a tus hermanos en lo mejor de la tierra». 6 Déjalos permanecer en la tierra de Gessen, y si encuentras entre ellos hombres capaces, ponlos a cargo de los rebaños que me pertenecen. 7 José llevó a su padre Jacob y lo presentó al faraón. Jacob bendijo al faraón., 8 Y Faraón dijo a Jacob: ¿Cuántos días hay en los años de tu vida? 9 Jacob respondió a Faraón: «Los años de mi peregrinación son ciento treinta años. Pocos y malos han sido los años de mi vida, y no han alcanzado los años de la vida de mis padres durante su peregrinación».10 Jacob bendijo De nuevo y se retiró de la presencia del faraón. 11 José estableció a su padre y a sus hermanos, y les asignó una propiedad en la tierra de Egipto, en la mejor parte de la tierra, en la región de Ramsés, como Faraón había ordenado. 12 Y José proveyó pan para su padre y sus hermanos, y para toda la familia de su padre, según el número de hijos. 13 Ya no había pan en todo el país, porque el hambre era muy grande; la tierra de Egipto y la tierra de Canaán estaban agotadas a causa del hambre. 14 José recogió todo el dinero que se encontró en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, a cambio del grano que se compró, y llevó ese dinero a la casa del faraón. 15 Cuando no había más dinero en la tierra de Egipto ni en la tierra de Canaán, todos los egipcios vinieron a José y le dijeron: «Danos pan. ¿Por qué moriremos en tu presencia?». Porque somos sin dinero. 16 José dijo: «Traed vuestros rebaños, y yo os daré pan a cambio de vuestros rebaños, ya que eres sin dinero. 17 Trajeron sus rebaños a José, y José les dio pan a cambio de los caballos, las ovejas, las vacas y los asnos. Él les proveyó de todo. De este modo ese año, pan a cambio de todos sus rebaños. 18 Cuando terminó aquel año, vinieron a José el año siguiente y le dijeron: «No le ocultaremos a mi señor que el dinero se ha acabado y que los rebaños de ganado se han acabado». se les dieron Ante mi señor, nada queda sino nuestros cuerpos y nuestras tierras. 19 ¿Por qué hemos de perecer nosotros y nuestras tierras ante tus ojos? Cómpranos a nosotros y nuestras tierras por pan, y nosotros y nuestras tierras seremos esclavos del Faraón, y danos cosechas para que vivamos y no muramos, y nuestras tierras no queden desoladas. 20 José adquirió De este modo Todas las tierras de Egipto pasaron a manos del faraón, pues cada egipcio vendió su campo, debido a la hambruna que los azotaba, y la tierra se convirtió en propiedad del faraón. 21 Condujo al pueblo a través de las ciudades, de un extremo al otro del territorio de Egipto. 22 La única tierra que no adquirió fue la tierra de los sacerdotes, porque los sacerdotes recibían una porción fija del Faraón, y vivían de los ingresos que el Faraón les asignaba: por eso no vendieron sus tierras. 23 José dijo al pueblo: «Hoy os he adquirido, junto con vuestras tierras, para el faraón. Aquí tenéis semilla; sembrad la tierra». 24 En el tiempo de la cosecha, entregarás una quinta parte al faraón, y tendrás las otras cuatro partes para sembrar tus campos y para alimentarte a ti mismo y a los que están en tus casas, y para alimentar a tus hijos. 25 Dijeron: «Te debemos la vida. Que hallemos favor ante mi señor y seamos esclavos del Faraón». 26 José convirtió esto en una ley que permanece vigente hasta el día de hoy, y en virtud de la cual la quinta parte de los frutos de las tierras de Egipto pertenece al faraón; solo las tierras de los sacerdotes no le pertenecen. 27 Israel habitó en la tierra de Egipto, en la región de Gesén; allí adquirieron posesiones, fueron fecundos y se multiplicaron enormemente. 28 Jacob vivió diecisiete años en la tierra de Egipto, y los días de Jacob, los años de su vida, fueron ciento cuarenta y siete años. 29 Cuando los días de Israel llegaron a su fin, llamó a su hijo José y le dijo: «Si he hallado favor ante tus ojos, pon tu mano debajo de mi muslo, y muéstrame misericordia y fidelidad; no me entierres en Egipto». 30 Cuando descanse con mis antepasados, me sacarás de Egipto y me enterrarás en sus tumbas. José respondió: «Haré lo que dices». 31 Y Jacob dijo: Júramelo. Y José le juró, e Israel se inclinó a la cabecera de su cama.
Génesis 48
1 Después de esto, le dijeron a José: «Tu padre está enfermo». Tomó consigo a sus dos hijos, Manasés y Efraín. 2 A Jacob le dijeron: «Aquí viene tu hijo José a verte». Israel reunió sus fuerzas y se sentó en su cama. 3 Jacob le dijo a José: «Dios Todopoderoso se me apareció en Luz, en la tierra de Canaán, y me bendijo». 4 diciendo: Yo os haré fructificar, y os multiplicaré, y os haré una estirpe de pueblos, y daré esta tierra a vuestra descendencia después de vosotros para que la posean para siempre. 5 Y ahora, los dos hijos que te nacieron en la tierra de Egipto, antes de que yo viniera a ti a Egipto, serán míos; Efraín y Manasés serán míos, como Rubén y Simeón. 6 Pero los hijos que hayas engendrado después de ellos serán tuyos; llevarán el nombre de sus hermanos, según les corresponda de la herencia. 7 Y yo, cuando volvía de Padán, se me murió Raquel en el camino conmigo, en la tierra de Canaán, lejos de Efrata; y la sepulté allí en el camino de Efrata, que está Belén. 8 ENTONCES Y vio Israel a los hijos de José, y dijo: ¿Quiénes son éstos? 9 José respondió a su padre: «Son mis hijos, los que Dios me ha dado aquí». Y Israel Él dijo: Por favor, acercadlos a mí para que pueda bendecirlos. 10 Porque los ojos de Israel se habían debilitado por la edad, y ya no podían ver más. BIEN Mirad. José los acercó a él, e Israel los abrazó, sosteniéndolos en su abrazo. 11 Y dijo Israel a José: No esperaba volver a ver tu rostro, y ahora Dios me ha hecho ver también a tu descendencia. 12 José los apartó de entre las rodillas de su padre y, tras inclinarse hasta el suelo ante él, 13 José los tomó a ambos, a Efraín a su derecha, a la izquierda de Israel, y a Manasés a su izquierda, a la derecha de Israel, y los acercó. 14 Israel extendió su mano derecha y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y posó Tenía la mano izquierda sobre la cabeza de Manasés; la colocó así intencionadamente, pues Manasés era el mayor. 15 Bendijo a José, diciendo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me ha sustentado desde mi existencia hasta este día, 16 Que el ángel que me ha librado de todo mal bendiga a estos hijos. Que lleven mi nombre y el de mis padres, Abraham e Isaac, y que se multipliquen abundantemente en medio de la tierra. 17 José, al ver que su padre ponía su mano derecha sobre la cabeza de Efraín, se disgustó; tomó la mano de su padre para quitarla de la cabeza de Efraín y la puso sobre la cabeza de Manasés., 18 Y José respondió a su padre: No así, padre mío, pues éste es el primogénito; pon tu mano derecha sobre su cabeza. 19 Pero su padre se negó, diciendo: Yo EL Lo sé, hijo mío, yo EL Lo sé, él también llegará a ser un pueblo, él también será grande, pero su hermano menor será mayor que él, y sus descendientes se convertirán en multitud de naciones. 20 Él los bendijo. ENTONCES Aquel día dijo: «Por medio de ti bendecirá Israel, diciendo: “Que Dios te haga como a Efraín y como a Manasés.”» Y puso a Efraín antes de Manasés. 21 Israel le dijo a José: «Mira, estoy a punto de morir. Pero Dios estará contigo y te hará volver a la tierra de tus padres». 22 Te doy a ti, además de a tus hermanos, una porción que tomé de la mano de los amorreos con mi espada y mi arco.
Génesis 49
1 Jacob llamó a sus hijos y les dijo: «Reúnanse y les declararé lo que les sucederá en los últimos días». 2 Reúnanse y escuchen, hijos de Jacob, escuchen a Israel, su padre. 3 RUBÉN, tú eres mi primogénito, mi fuerza y el primer fruto de mi poder, superior en dignidad y superior en poder, 4 Herviste como agua; no tendrás preeminencia porque te subiste a la cama de tu padre, y profanaste mi cama al subirte a ella. 5 Simeón y Levi son hermanos, sus espadas son instrumentos de violencia. 6 Que mi alma no entre en su consejo. Que mi alma no se una a su asamblea, pues en su ira mataron hombres y en su furia desjarretaron toros. 7 Maldita sea su ira, porque fue feroz, y su furia, porque fue cruel. Los dividiré en Jacob y los dispersaré en Israel. 8 Tú, Judá, tus hermanos te alabarán, tu mano estará sobre el cuello de tus enemigos, los hijos de tu padre se postrarán ante ti. 9 Judá es un león joven. Te has levantado de la matanza, hijo mío. Se ha agazapado, se ha echado como un león, como una leona: ¿quién lo hará despertar? 10 El cetro no se apartará de Judá, ni el bastón de mando de entre sus pies, hasta que venga Siló; a él se someterán los pueblos. 11 Ata su asno a la vid, el pollino de su asno a la vid, lava su ropa en vino, su manto en la sangre de la uva. 12 Tiene los ojos color vino y los dientes blancos como la leche. 13 Zebulón vive junto al mar, está en la orilla donde desembarcan los barcos, su lado da hacia Sidón. 14 ISACAR es un burro robusto que se tumba en sus prados. 15 Él ve que el descanso es bueno y que la tierra es placentera, y dobla sus hombros bajo el peso; se ha convertido en un hombre esclavo del tributo. 16 Dan juzga a su pueblo, como una de las tribus de Israel. 17 Dan es una serpiente en el camino, una víbora en la senda, que muerde los talones del caballo, haciendo que el jinete caiga hacia atrás. 18 Espero en tu ayuda, oh Señor. 19 GAD está siendo presionado por bandas armadas, y él, a su vez, las está presionando. 20 D'ASER venir El sabroso pan, con él se preparan los exquisitos platos de los reyes. 21 Nephthali es una cierva salvaje, habla con gracia. 22 José es el retoño de un árbol frutal, el retoño de un árbol frutal a orillas de un manantial, sus ramas se extienden por encima del muro. 23 Los arqueros lo provocan, le disparan flechas y lo atacan. 24 Pero su arco permanece firme, sus brazos y manos se vuelven ágiles, por las manos del Poderoso de Jacob, por aquel que es el Pastor y la Roca de Israel. 25 Que el Dios de tu padre te ayude y el Todopoderoso te bendiga. ven a ti Las bendiciones del cielo, las bendiciones del abismo, las bendiciones de los pechos y del vientre materno. 26 Las bendiciones de tu padre superan las bendiciones de las montañas antiguas, la belleza de las colinas eternas: que descansen sobre la cabeza de José, sobre la frente del príncipe entre sus hermanos. 27 BENJAMÍN es un lobo que desgarra, por la mañana devora la presa, por la tarde comparte el botín. 28 Estos fueron todos los que formaron las doce tribus de Israel; esto fue lo que su padre les dijo y los bendijo. Bendijo a cada uno según su bendición. 29 Entonces les dio esta orden: Yo voy a ser reunido con mi pueblo; sepultadme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón el hitita, 30 en la cueva que está en el campo de Macpela, frente a Mamre, en la tierra de Canaán; la cueva que Abraham adquirió de Efrón el hitita, junto con el campo, para tener su propia tumba. 31 Aquí fue donde Abraham y Sara, su esposa, fueron sepultados; aquí fue donde Isaac y Rebeca, su esposa, fueron sepultados; y aquí fue donde enterré a Lea. 32 El campo y la cueva que había en él fueron adquiridos de los hijos de Heth. 33 Cuando Jacob hubo terminado de dar sus instrucciones a sus hijos, y habiendo metido los pies en la cama, exhaló su último suspiro y se reunió con sus padres.
Génesis 50
1 José se arrojó sobre el rostro de su padre, lloró sobre él, y’abarcartiene. 2 Luego ordenó a los médicos a su servicio que embalsamaran a su padre y médicos Israel embalsamado. 3 Le dedicaron cuarenta días, pues ese es el tiempo que se tarda en embalsamar, y los egipcios lo lloraron durante setenta días. 4 Cuando se cumplieron los días de su luto, José se dirigió al pueblo de la casa de Faraón y les dijo: «Si he hallado favor ante sus ojos, les ruego que informen de esto a Faraón: 5 Mi padre me hizo jurar: «Mira, estoy a punto de morir, y me enterrarás en la tumba que cavé para mí en la tierra de Canaán. Quisiera subir allá a enterrar a mi padre, y luego regresaré». 6 Respondió Faraón: Sube y sepulta a tu padre, como te hizo jurar. 7 José subió a enterrar a su padre. Con él fueron todos los siervos del faraón, los ancianos de su casa y todos los ancianos de la tierra de Egipto. 8 Toda la casa de José, sus hermanos y la casa de su padre; solamente dejaron en la tierra de Gesen a sus nietos, sus ovejas y sus bueyes. 9 Él seguía subiendo con José Carros y jinetes, por lo que la procesión era muy numerosa. 10 Cuando llegaron a la era de Atad, que está al otro lado del Jordán, hicieron un gran y profundo lamento, y José guardó siete días de duelo en honor a su padre. 11 Los habitantes de la tierra, los cananeos, al ver este duelo en la era de Atad, dijeron: «Gran duelo es este entre los egipcios». Por eso, a aquel lugar que está al otro lado del Jordán se le dio el nombre de Abel-Mizraim. 12 Los hijos Jacob Y le hicieron como él les había ordenado. 13 Sus hijos lo llevaron a la tierra de Canaán y lo enterraron en la cueva del campo de Macpela, que Abraham había adquirido de Efrón el hitita, junto con el campo, para tener una tumba propia, frente a Mamre. 14 Después de enterrar a su padre, José regresó a Egipto con sus hermanos y todos los que habían subido con él para enterrar a su padre. 15 Cuando los hermanos de José vieron que su padre había muerto, dijeron: "¿Qué pasaría si José nos odiara y nos pagara por todo el mal que le hemos causado?" 16 Y enviaron a decir a José: Tu padre dio esta orden antes de morir: 17 Dirás a José: «Oh, perdona la transgresión y el pecado de tus hermanos, pues te han hecho daño. Ahora pues, te ruego que perdones la transgresión de los siervos del Dios de tu padre». José lloró al oír estas palabras. 18 Vinieron sus hermanos y se postraron ante él, diciendo: Somos tus siervos. 19 José les respondió: «No tengáis miedo; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios?» 20 Ustedes planearon hacerme daño, pero Dios planeó hacer el bien en todo esto, para llevar a cabo lo que ahora se está haciendo, para preservar la vida de muchos. 21 Así que no teman, yo proveeré para ustedes y sus hijos. Y así los consoló, hablando a sus corazones. 22 José permaneció en Egipto, él y la familia de su padre. Vivió ciento diez años. 23 José vio nacer a los descendientes de Efraín hasta la tercera generación, descendientes de Maquir, hijo de Manasés. También en el regazo de José. 24 José dijo a sus hermanos: «En cuanto a mí, voy a morir, pero Dios ciertamente os visitará y os hará subir de esta tierra a la tierra que él juró». para dar a Abraham, a Isaac y a Jacob. 25 José hizo jurar a los israelitas, diciendo: «Ciertamente Dios os visitará, y haréis subir mis huesos de aquí». 26 José murió a la edad de ciento diez años. Fue embalsamado y colocado en un ataúd en Egipto.
Notas sobre el Libro del Génesis
1.1 Dios, Elohim en hebreo. Este es el nombre común de la divinidad, que puede usarse tanto para dioses falsos como para el Dios verdadero. Este nombre divino predomina en toda una serie de textos del Génesis.. – Creado, Hebreo. bârâ', Sal. 51:12; 89:13, 48; 104:30; Isa. 4:5. – Cielo y Tierra Hebraísmo, para el universo. Ver Sal. 32:6; 135:5; Eclesiástico 18:1; Hechos de los Apóstoles, 14, 14; 17, 24. ― En el principio; es decir, nada existía todavía excepto Dios solamente.
1.2 El Abismo, Salmo 104, 6. El Espíritu de Dios, principio de toda vida (Salmo 33:6; Job 36:13), se movió por encima de las aguas : imagen tomada del águila que vuela, batiendo sus alas, sobre sus crías, para darles calor y fuerza (Deut. 32, 2)
1.3 Véase Hebreos 11:3. — Literalmente: Hágase la luz, y se hizo la luz..
1.5 Era el primer día iluminado. Un día
1.6-7 La palabra firmamento de la Vulgata, así como del hebreo expansión, extensión significa la atmósfera.
1.7 Y así fue.. Esta frase, según la Septuaginta y el paralelismo de los días siguientes, estaría mejor ubicada después del versículo 6. Véase Salmos 13:5; 148:4; Jeremías 10:12; 51:15.
1.8 La Septuaginta añade después de la palabra Cielo : Y vio Dios que el firmamento era bueno.
1.10 Véase Job 38:4; Salmos 32:7; 88:12; 135:6.
1.11 Elaboración de fruta ; ya dando fruto, cargados de sus frutos. Según su especie : literalmente Según su género. Estas dos palabras se confunden a menudo en la Vulgata; el texto hebreo utiliza el mismo término en todo momento, que generalmente se traduce como especies.
1.14 Ver Salmos, 135, 7. ― Es cierto que el sol y la luna no son las dos estrellas más grandes, aunque nos lo parezcan.
1.16 Dios creó dos grandes luces. "El sol y la luna no son los dos cuerpos celestes más grandes; sin embargo, son los dos más grandes." accesorios de iluminación (en relación a nosotros), ya que son las que entre todas las estrellas difunden más luz sobre la tierra». Para presidir el día. Moisés dijo que el sol está destinado a presidir el día, así como la luna y las estrellas están destinadas a iluminar la noche, para alejar a los israelitas de la tentación de armonizar estos cuerpos inanimados (como lo hicieron los pueblos vecinos). Deuteronomio, 4, 19. »
1.20 Los hebreos llamaban al pez reptiles. ― De un alma viviente ; es decir, dotado del principio vital, animado.
1.26 Véase Génesis 5:1; 9:6; 1 Corintios 11:7; Colosenses 3:10. ¡Hagámoslo! Esto, obviamente, pone de manifiesto la pluralidad de personas en Dios. En nuestra imagen, etc. El hombre está hecho a imagen de Dios en cuanto que está dotado de un alma inmaterial, inmortal, inteligente y libre, capaz de sabiduría, virtud y bienaventuranza; es decir, de ver a Dios y gozar de Él. — «Dios», dice Bossuet, «formó a los demás animales de esta manera: Que la tierra y las aguas produzcan plantas y animales., Y así recibieron el ser y la vida. Pero Dios, después de poner en sus poderosas manos el barro del que fue formado el cuerpo humano, no se dice que extrajera de él su alma, sino que se dice que insufló en su rostro el aliento de vida, y así se convirtió en un alma viviente. Dios produce todo a partir de sus principios: produce de la tierra las hierbas y los árboles, junto con los animales, que no tienen otra vida que una existencia terrenal y puramente animal. Pero el alma del hombre proviene de otro principio, que es Dios. Esto es lo que significa el aliento de vida que Dios extrae de su boca para animar al hombre: lo que está hecho a semejanza de Dios no se origina de cosas materiales; y esta imagen no se esconde dentro de estos elementos básicos para emerger de ellos, como lo hace una estatua de mármol o madera. El hombre tiene dos principios: según el cuerpo, proviene de la tierra; según el alma, proviene solo de Dios; y es por eso, dice Salomón, que mientras el cuerpo Vuelve a la tierra de donde fue tomado; el espíritu regresa a Dios que lo dio.. »
1.27 Véase Sabiduría 2:23; Eclesiástico 17:1; Mateo 19:4.
1.28 Véase Génesis 8:17; 9:1. Llena la tierra, Porque la tierra está hecha para el hombre.
1.29 Véase Génesis 9:3.
1.31 Ver Eclesiástico 39:21; Marcos 7:37.
2.2 En lugar de había terminado, el 7mi día, La Septuaginta tiene: finalizado el sextomi día. Véase Éxodo 20:11; 31:17; Deuteronomio 5:14; Hebreos 4:4.
2.3 Que él había creado y hecho, literalmente, que él había creado para hacer ; Es decir, darle forma y organizarlo.
2.4 La historia (En hebreo Tholedoth, literalmente: aquello que es producido), evolución, desarrollo histórico, aquello que surgió del cielo y de la tierra. Dios Yahvé, hebreo. Yahvé Elohim. En el nombre común Elohim, la sección del Jardín del Edén une el nombre Yahvé ; Este es el nombre propio de Dios tal como se reveló a Israel (cf. Éxodo 3:14-15). Este nombre es absolutamente incomunicable y nunca se usa, por ejemplo, para referirse a dioses falsos. Tras el cautiverio, los judíos, por respeto, dejaron de pronunciar este nombre; apenas se atrevían a escribirlo. La Septuaginta siempre lo traduce como Curioso, Señor (Vulgata: DominusLa forma Jehová Su origen se encuentra en los masoretas, quienes atribuyeron el nombre a las cuatro consonantes. Yahvé las vocales de Adonai, un epíteto divino, que significa Caballero, Maestro ; Esta lectura se remonta al menos al siglo XII.
2.6 Un vapor (LXX y Vulgata, una fuente) estaba subiendo.
2.7 Véase 1 Corintios 15:45. Entonces el Señor Dios formó al hombre, Adán, de limo de la tierra. El nombre de’Adán, lo cual significa rojo, parece recordar el origen terrenal de su cuerpo, la tierra roja, en hebreo Adâmâh, de donde fue tomado.
2.8 En el Edén, el nombre de la región donde se ubicaba el jardín. La palabra hebrea también significa delicias; de ahí la Vulgata., un paraíso de delicias.
2.9 El árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal. Véase la nota 2.17.
2.11 Véase Eclesiástico, 24, 35.
2.13 Etiopía, país de Cousch, en Asia, no en África.
2.16 Y él le dijo comando, etc. «El Señor», dice San Juan Crisóstomo, “para que el hombre comprendiera desde el principio que quien había creado todas las cosas era también su creador, le impuso un mandamiento fácil de cumplir… Le prohibió comer el fruto de un solo árbol y lo amenazó, en caso de desobediencia, con un severo castigo para obligarlo a reconocer que tenía un amo a cuya generosidad debía todos los bienes de los que disfrutaba”.»
2.17 Morirás de muerte ; Hebraísmo para Morirás sin tregua, inevitablemente.. El significado es: Por ser inmortal por naturaleza, necesariamente estarás sujeto a la muerte, serás mortal. El árbol del conocimiento del bien y del mal, Según la doctrina de los Santos Padres, el árbol recibió ese nombre más por el precepto al que estaba sujeto que por sus propiedades naturales. «Este árbol se llama así», dice San Juan Crisóstomo, «no porque otorgara al hombre el conocimiento del bien y del mal, sino porque fue instrumento de su desobediencia y, por tanto, introdujo el conocimiento y la vergüenza del pecado… La Escritura llama a este árbol el árbol del conocimiento del bien y del mal porque debía ser para el hombre ocasión de pecado o de mérito». Lo que se dice del árbol del conocimiento del bien y del mal también se aplica al árbol de la vida.
2.20 El hombre ; otros, Adán. La palabra Adán No es, estrictamente hablando, un nombre propio; es la palabra hombre, especialmente cuando lleva artículo, como en este caso (hâ âdâm). Se ha convertido casi en el nombre propio del primer hombre.
2.23 Mujer, en hebreo ischah, femenino, que está relacionado con isch, hombre: vir, virago. Véase 1 Corintios, 11, 9.
2.24 Véase Mateo 19:5; Marcos 10:7; Efesios 5:31; 1 Corintios 6:16.
3.1 Hablar serpiente, uno debe comprender a lo largo de la narración demonio que tomó la forma de este reptil. —«Atrévanse a decirlo, todo aquí tiene un aire fabuloso”, dijo Bossuet. “Una serpiente habla, una mujer escucha; un hombre tan perfecto e iluminado se deja llevar por una tentación grotesca; toda la humanidad cae con él en el pecado y la muerte: todo esto parece una locura. Pero es aquí donde comienza la verdad de esta sublime afirmación de San Pablo: ¿Qué es la necedad en Dios? relacionado es más sabia que la sabiduría de los hombres»No consideremos la astucia de la serpiente como la de un animal irracional, sino como la del diablo, quien, con permiso divino, había entrado en el cuerpo de ese animal. Así como Dios se apareció al hombre en forma sensible, así también sucedió con los ángeles… Era lógico, puesto que el hombre está compuesto de cuerpo y alma, que Dios se le revelara mediante ambos, mediante los sentidos y el espíritu. Lo mismo ocurrió con los ángeles que conversaron con el hombre, en la forma que Dios permitió y bajo la apariencia de animales. Por lo tanto, Eva no se sorprendió al oír hablar a una serpiente, del mismo modo que no se sorprendió al ver a Dios mismo aparecer en forma sensible«. Para qué ? «"El tentador procede interrogando y primero intenta generar dudas. El primer error de Eva fue escucharlo y entrar en razonamiento con él. El primer error de quienes yerran es dudar." (BOSSUET.)
3.2 Comemos, etc. «Tal fue la respuesta de Eva, en la que no hay más que verdad, pues simplemente repite el mandamiento del Señor. Por lo tanto, no se trata de responder bien o decir cosas buenas, sino de decirlas apropiadamente. Eva no debió haber hablado en absoluto con el tentador, quien vino a pedirle razones para un mandamiento que solo requería obediencia y no razonamiento.» (BOSSUET.)
3.4 Véase 2 Corintios 11:3. No morirás. Véase la nota 2.17. — La serpiente «vio que Eva estaba deslumbrada por la novedad y que ya comenzaba a dudar, como él quería sembrarle; dejó de contenerse; halagó el orgullo, lo picó y despertó su curiosidad. El orgullo entró con estas palabras: Seréis como dioses. Estos: Conoceréis el bien y el mal, "curiosidad excitada." (BOSSUET.)
3.6 Ver Eclesiástico 25:33; 1 Timoteo 2:14. La mujer vivía«Eva comienza a mirar el fruto prohibido, y este es el inicio de la desobediencia. Prestar atención a la belleza y al sabor que le habían sido prohibidos es buscar la sumisión. Así pues, allí está, absorta en la belleza de aquel objeto prohibido, como convencida de que Dios era demasiado severo al prohibirles el uso de algo tan hermoso, sin considerar que el pecado no consiste en usar cosas que son malas por naturaleza, puesto que Dios no las creó ni podría crearlas, sino en abusar de las cosas buenas. Esas miradas atentas al placer y al buen sabor de aquel hermoso fruto penetraron hasta lo más profundo de su ser.» amar "El placer de los sentidos." Y le dio un poco a su marido. La serpiente no persiguió la tentación desde fuera, y contenta con haber instruido y persuadido a su embajadora, dejó el resto en manos de la seducida Eva. Le había hablado no solo por ella, sino también por su esposo. El demonio no se equivocaba al creer que su palabra, transmitida por Eva a Adán, tendría más efecto que si la hubiera pronunciado él mismo. Adán cedió ante Eva más por complacencia que por convicción ante sus argumentos. No quería afligir a su querida compañera. Al final, sucumbió a la seducción. (BOSSUET.)
3.15 Esto se refiere a la descendencia de la mujer (en hebreo, el pronombre es masculino). En la Vulgata, es *ipsa*, la mujer, pero, según San Jerónimo, la lectura correcta es *ipse* (LXX, siríaca), conservada en varios manuscritos antiguos de la Vulgata; un copista, al no comprender la relación de *ipse* con *semen*, habría escrito *ipsa*. El significado, además, no se altera esencialmente. – Este oráculo se aplica únicamente a Jesucristo y su obra. Si Jesús representa eminentemente la descendencia de la mujer, esta descendencia incluye a otros hijos: los fieles de la Antigua y la Nueva Alianza, la élite de la humanidad, todos los hijos de Dios, que han luchado o lucharán por el bien, a lo largo de los siglos, contra la descendencia de la serpiente, es decir, contra los enemigos de Dios y su reino, al servicio del espíritu del mal. Esta promesa se ha llamado el Protoevangelio porque es como el primer esbozo del Evangelio, el primer trazo que define la figura del Mesías (esbozo: líneas que forman un dibujo o borrador de una obra). La maldición que Dios pronuncia aquí se aplica tanto a la serpiente como al demonio. Esta mujer que ha de aplastar la cabeza de la serpiente es la Santísima Virgen María, quien destruyó el imperio del demonio al dar a luz a Jesucristo.
3.16 Véase 1 Corintios 14:34. Tu fatiga ; Es decir, las molestias que experimenta una mujer embarazada, como náuseas, letargo, aversiones, etc. Tus embarazos ; o mejor dicho, los dolores y tormentos del embarazo.
3.19 EL pan se usa a menudo en las Escrituras para el alimento En general. — En sí misma, la ley del trabajo no es una ley de dolor y sufrimiento; es el pecado, la caída de Adán, lo que añade esfuerzo al trabajo, sudor a pan Ese hombre debe comer.
3.22 Como uno de nosotrosComparar con Génesis 1:26.
4.2 El nombre de’Abel, que se ha conservado en asirio en la forma habal, medio hijo.
4.4 Véase Hebreos 11:4.
4.4-5 Fue la fe y la sincera piedad de Abel lo que hizo que él y sus dones fueran agradables a Dios; y sin duda fue por la falta de estos sentimientos que Caín no tuvo la misma felicidad.
4.8 Véase Sabiduría 10:3; Mateo 23:35; 1 Juan 3:12; Judas 1:11.
4.15 Una señal. Se desconoce de qué estaba compuesto.
4.16 En el país… El texto original llama a este país la tierra de Nod, pero se desconoce su situación.
4.20 Abel también cuidaba sus rebaños (versículo 2); pero Jabel fue el primero que hizo profesión particular de pastorear rebaños.
4.22 Todo tipo de productos de bronce y hierro. Según lo que aquí se dice, la arqueología nos muestra que Asia es la cuna de las artes metalúrgicas.
4.23 Dado que el pronombre personal en hebreo puede tener tanto un significado pasivo como activo, mi herida, mi moretón puede significar indistintamente la herida, el moretón que me hice O que recibí.
5.1 Véase Génesis 1:27; 9:6; Sabiduría 2:23; Eclesiástico 17:1.
5.2 Adán ; es decir, extraído de la tierra.
5.4 Véase 1 Crónicas, 1, 1.
5.5 La larga vida de Adán, así como la de todos los patriarcas que vivieron antes del Diluvio, queda confirmada por Manetón y Beroso. Los griegos también consideraban indiscutible que los primeros humanos vivieron incomparablemente más tiempo que nosotros. Finalmente, la duración de los reinados que las historias de los indios, chinos y persas atribuyen a sus primeros reyes también respalda la longevidad de los patriarcas.
5.22; 5.24 Caminando con Dios, Hebraísmo, que significa: comportarse de manera irreprochable, perfectamente de acuerdo con la voluntad divina.
6.2 ¿Qué se entiende comúnmente por el Hijo de Dios los descendientes de Set, que recibieron este nombre por su piedad hacia Dios, y por el hijas de hombres, las hijas de la pervertida raza de Caín.
6.3 Porque es carne ; Es decir, se deja llevar por los movimientos desordenados de la carne. Y sus días, etc. Desde el momento de esta amenaza, a los hombres les quedaban solo ciento veinte años de vida; es decir, Dios les concedía este largo tiempo para hacer penitencia.
6.5 Véase Génesis 8:21; Mateo 15:19.
6.6 Expresiones arrepentirse, ser tocado hasta lo más profundo del corazón, son aquí puramente metafóricas y significan, bajo los emblemas de los afectos humanos, el decreto por el cual Dios había decidido castigar a los hombres obstinados en su desorden y en su incredulidad.
6.9 Véase Eclesiástico 44:17. Él caminó con DiosVéase Génesis 5:22, 24.
6.12-13 Toda carne ; Hebraísmo, para todos los hombres. Compárese con Isaías 40:5.
6.15 trescientos codos, aproximadamente 150 metros; cincuenta codos, aproximadamente 25 metros; treinta codos, aproximadamente 15 metros, según el valor del codo en los últimos días de la historia judía.
7.1 Véase Hebreos 11:7; 2 Pedro 2:5.
7.2 Según la mayoría de los exégetas, incluso antes del diluvio, se hacía una distinción entre los animales ofrecidos como sacrificios y los que no; a los primeros se les llamaba puro y los demás impuro. Algunos creen que estos términos también se aplican a los animales que fueron utilizados como alimento y a los que no fueron consumidos.
7.7 Véase Mateo 24:38; Lucas 17:26; 1 Pedro 3:20.
7.11 Algunos creen que antes del Éxodo de Egipto, el segundo mes comenzaba el 21 de octubre. Por lo tanto, el decimoséptimo día del segundo mes correspondía al 6 de noviembre.
7.13 Ese mismo día ; Es decir, el diecisiete del segundo mes (versículo 11). La Vulgata dice: En el artículo (Artículo) de ese día.
7.21 Véase Sabiduría 10:4; Eclesiástico 39:28; 1 Pedro 3:20.
8.4 En el séptimo mes del año, no de la inundación. ― En las montañas de Armenia ; Según una tradición muy extendida, en el monte Ararat. El pico aislado que recibe este nombre específicamente, Agri-Dhga, tiene 5350 metros de altura y se encuentra a 65 kilómetros al suroeste de Ereván.
8.7 La expresión hasta, Como se observa en multitud de pasajes, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, no siempre indica que algo sucedió después de cierto tiempo, sino simplemente que no sucedió antes.
8.17 Véase Génesis 1:22, 28; 9:1, 7.
8.21 Véase Génesis 6:5; Mateo 15:19.
9.1 Véase Génesis 1:22, 28; 8:17.
9.3 Véase Génesis 1:29.
9.4 Véase Levítico 17:14.
9.5 En hebreo como en árabe la palabra alma a menudo se confunde con vida, persona, individuo.
9.6 Véase Mateo 26:52; Apocalipsis 13:10.
9.7 Véase Génesis 1:28; 8:17.
9.11 Véase Isaías 54:9.
9.13 Véase Eclesiástico 43:12. — De este versículo no se puede concluir legítimamente que el arco iris no existía antes del diluvio; solo prueba que, por institución divina, este fenómeno debe ser en adelante una señal del pacto que él hace con los hombres.
9.15 Mira, sobre la palabra carneGénesis 6:12.
9.21 Habiendo bebido vino. Armenia, donde probablemente vivía Noé en aquella época, era muy propicia para el cultivo de la vid. Jenofonte habla del excelente vino de este país. Asia es universalmente reconocida como la cuna de la vid.
9.25 El esclavo de esclavos ; Hebraísmo, para el más vil de los esclavos. Noé no quería maldecir a Cam, quien había recibido la bendición de Dios al salir del arca (versículo 1), sino a Canaán, el más malvado de sus hijos. Además, Noé estaba convencido de que Cam sería más sensible a la desgracia de su hijo que a su propia desgracia. Canaán, en efecto, fue esclavizado por sus hermanos y sufrió todo el peso de la maldición de Noé.
9.26 ¡Bendito sea el Señor, el Dios de Sem! La singular bendición de Sem fue el conocimiento del Dios verdadero. Sus descendientes preservaron fielmente el culto al Dios verdadero en la posteridad de Abraham, mientras que los descendientes de Cam y Jafet se entregaron a la idolatría.
9.27 Que Dios dé, etcétera, es decir, que Dios extienda el linaje y las posesiones de Jafet. — «Vemos esta profecía cumplida entre los paganos», dice san Juan Crisóstomo. Somos descendientes de Jafet, que habitamos en las tiendas de Sem; participamos de las bendiciones espirituales de Sem.
10.1 Véase 1 Crónicas, 1, 5.
10.5 Es a través de ellos, etc., significa que los descendientes de Jafet, enumerados en los versículos 2 al 4, se repartieron entre sí las diversas tierras que los hebreos llamaban islas de nacionesEs decir, idólatras (probablemente las islas y países separados de Palestina, a los que los hebreos solo podían llegar por mar); que se asentaron en estas tierras, cada uno según su propia lengua y familias, y que formaron naciones. Cabe destacar que todo esto se describe con anticipación, pues fue solo después de la construcción de la Torre de Babel (véase Génesis 11:9) que se produjo la dispersión de las familias y la diversidad lingüística.
10.9 Ante el Señor ; a los ojos del Señor; es decir, el Señor mismo lo consideraba un cazador.
10.10 Arach o Erech y Orchoe, ahora Warka, en la orilla occidental del bajo Éufrates, al sureste de Babilonia.
10.11 Nínive, capital de Asiria, a orillas del Tigris.
10.22 Véase 1 Crónicas, 1, 17.
10.32 Es a través de ellos, etc. Compárese con el versículo 5.
11.2 Ver Sabiduría 10:5. En la tierra de Senaar, en Babilonia.
11.9 Babel. Probablemente en el sitio de la actual Birs-Nimrud, sobre las ruinas de la antigua Babilonia, capital de Babilonia.
11.10 Véase 1 Crónicas, 1, 17.
11.19 Véase 1 Crónicas, 1, 19.
11.26 Ver Josué, 24, 2; 1 Crónicas, 1, 26.
11.28 Ur de los Caldeos, Hoy Mugheir, en la antigua Caldea, se encontraba aproximadamente a medio camino entre Babilonia y la desembocadura del Éufrates en el Golfo Pérsico. Ur fue una ciudad importante, donde se cultivaron las ciencias, las artes y la literatura, y donde se rendía culto principalmente a la Luna bajo el nombre del dios Sin.
11.31 Ver Josué, 24, 2; Nehemías, 9, 7; Judit, 5, 7; Hechos de los Apóstoles, 7, 2.
11.31-32 Haran es la misma ciudad que Charan, de lo que habla San Esteban en Hechos de los Apóstoles, 7, vv. 2, 4. ― Harán está situado en el punto de intersección donde se cruzan los caminos que llevan a las caravanas a los vados del Éufrates por un lado, y a los vados del Tigris por el otro, en el Bililk, un afluente del Éufrates, en una llanura que una vez fue regada por muchos canales.
12.1 Véase Hechos de los Apóstoles, 7, 3.
12.3 Véase Génesis 18:18; 22:18; Gálatas 3:8.
12.4 Véase Hebreos 11:8.
12.5 Las almas ; para personas, individuos. Compárese con Génesis 9:5.
12.6 El valle ilustra, en hebreo Más, el valle situado entre el monte Hebal y el monte Gerizim, en el corazón mismo de Palestina. ― Siquem Es el lugar más hermoso del centro de Palestina, el mejor regado de todo el país; cuenta con nada menos que 27 manantiales. Los olivos que allí crecen mantienen el paisaje siempre verde.
12.7 Véase Génesis 13:15; 15:18; 26:4; Deuteronomio 34:4.
12.8 Al este de Betel. Betel se encuentra en la ruta principal que conecta el noreste con el suroeste de Palestina. Abram se detuvo en la montaña al este. Desde allí podía contemplar casi toda Tierra Santa: al este, en primer plano, la escarpada cadena montañosa de Jericó; a lo lejos, las montañas de Moab; entre ambas, el amplio valle del Jordán; al sur y al oeste, las oscuras colinas de Judea; a lo lejos, la cordillera meridional en cuya ladera se encuentra Hebrón; al norte, las colinas que separan Judea de las fértiles llanuras de Samaria.
12.13 Véase Génesis 20:11. — Sara era verdaderamente hermana de Abraham, pues era hija del mismo padre que él. Véase Génesis 20:12. Además, la palabra hebrea traducida por hermana también significa prima, sobrina, y en general pariente cercano. ― Y que mi alma viva ; Es decir, para poder salvar así mi vida.
12.15 faraón No es un nombre propio, sino un título. Desconocemos qué faraón reinaba en Egipto en tiempos de Abraham.
13.1 Hacia la región sur, en el sur de Palestina.
13.3 Capilla para marinosVéase Génesis, nota 12.8.
13.4 Véase Génesis 12:7.
13.6 Véase Génesis 36:7.
13.10 Sodoma y Gomorra Probablemente se encontraban al sur del Mar Muerto, en una zona que estaba sumergida en el momento de la catástrofe de estas dos ciudades. Ségor Probablemente fue la primera ciudad egipcia con la que uno se topaba en la frontera al viajar desde la tierra de Canaán hacia el valle del Nilo. En el Jordán, véase la introducción al libro de Josué.
13.14 Véase Génesis 12:7; 15:18; 26:4; Deuteronomio 34:4.
13.15 Esta promesa de Dios le confirió a Abraham un derecho genuino sobre toda la tierra de Canaán. En cuanto a sus descendientes, solo ocuparían esta tierra si permanecían fieles, como él, a Dios y a la religión. Esta condición se expresa claramente en las Escrituras. Véase, de hecho, Levítico 18:26, 28; Deuteronomio 4:25-26; Isaías 48:18-19. — Si tomamos la expresión literalmente. para siempre, No hay que olvidar que la tierra de Canaán aquí es sólo una representación de la Canaán celestial, el paraíso, que debe poseer eternamente los verdaderos hijos de Abraham, que habrán imitado su fe y virtud. — Además, en las Escrituras, para siempre a menudo significa solo por mucho tiempo.
13.18 Hebrón Hebrón está situada en las laderas de tres montañas y en un valle, a una altitud aproximada de 850 metros sobre el mar Mediterráneo, en las montañas de Judea, al sur de Palestina. Es una de las ciudades más antiguas de la tierra de Canaán; también se llamaba Cariat-Arbe. El valle en cuyo fondo se encuentra la actual Hebrón se extiende de norte a sur. Las laderas aún están cubiertas de viñedos que producen las mejores uvas de la tierra de Judá. También se encuentran allí olivares. La Tumba de los Patriarcas se encuentra a las afueras de Hebrón.
14.1 Sennaar, Babilonia. ― Puente, en hebreo Ellassar, en Babilonia. ― Chodorlahomor, probablemente significa siervo del dios Lagamar; fue rey de Elam y conquistador. ― Rey de naciones, en hebreo Goïm, nómadas o procedentes de la tierra de Guti, cuya ubicación es incierta.
14.2 Bala, igual que Ségor, aparte del Ségor mencionado en Génesis, 13, 10, probablemente en la costa oriental del Mar Muerto, una de las cinco ciudades de Sidim. Perteneció a Moab en tiempos de los profetas, a los árabes después del cautiverio y a Aretas en tiempos de los apóstoles.
14.5 Astaroth-Carnaim, El templo, dedicado a Astarté, la diosa de la luna creciente o de dos cuernos, se ubicaba al este, cerca del Mar Muerto. En los Libros de los Macabeos, se le conoce como Carnaim y Carnion. Cariatharim salvado Estaba al este del río Jordán, pero se desconoce su ubicación exacta.
14.6 Los Chorreanos probablemente derivaron su nombre de la palabra Khor, agujero, caverna, Porque vivían en cuevas. Cientos de las cuevas que habitaron aún pueden verse en las cercanías de Petra; algunas todavía están habitadas hoy en día. Séir, Idumea.
14.7 Misphat, el mismo lugar que Cadès. Ver Números, 20, 1. Asason-Thamar, también llamada Engaddi, en el desierto de Judea, al oeste del Mar Muerto.
14.11 Y se los llevaron, etc.; es decir, cuatro reyes victoriosos se llevaron, etc.
14.14; 14.16 Lot, su hermano, hebraísmo, para su sobrino, su pariente cercanoComparar con Génesis 12:13. Dan, en el norte de Palestina.
14.15 Damasco, capital de la Siria, abundantemente regada y completamente rodeada de vegetación, en medio del desierto.
14.18 Véase Hebreos 7:1. — Esta ofrenda de pan y vino hecha por Melquisedec es una prefiguración tangible del sacrificio en nuestros altares. — Por su doble función como rey y sumo sacerdote, Melquisedec representa al Mesías, y ha merecido dar su nombre al sacerdocio de la nueva ley., según el orden de Melquisedec. Ver Salmos, 109, 4; Hebreos, 6, 20.
14.21 Las almas Es decir, gente. Compárese con Génesis 12:5.
15.5 Ver Romanos 4:18.
15.6 Véase Romanos 4:3; Gálatas 3:6; Santiago 2:23.
15.8 Abraham no duda de las promesas de Dios; solo le pide a Dios que le muestre cómo cumplirlas.
15.10 Véase Jeremías 34:18.
15.13 Ver Hechos de los Apóstoles, 7, 6. ― Que los reduciremos ; es decir, tus descendientes; palabra representada por posteridad.
15.15 Iréis… a casa de vuestros padres. Según las ideas de los hebreos, la muerte ponía fin a la peregrinación terrenal; morir era para regresar con sus padres, para reunirse con su gente. Estas notables expresiones, presentes en todos los libros de la Biblia hebrea y especialmente en el Pentateuco, «expresan algo más que un simple entierro», afirma Franz Delitzsch. «Así como cuando se dice que los patriarcas mueren llenos de días, esto indica no solo disgusto por las miserias de esta vida, sino también aspiraciones a una vida mejor, así también la reunión con los antepasados no es solo la reunión de cuerpos, sino también la reunión de personas».»
15.16 amorreos, un pueblo cananeo que, antes de la conquista de Palestina por los israelitas, ocupaba las montañas de Judá al oeste del Mar Muerto, y el reino de Basán con el de Sehón al este del Jordán.
15.18 Véase Génesis 12:7; 13:15; 26:4; Deuteronomio 34:4; 1 Reyes 4:21; 2 Crónicas 9:26. Desde el río de Egipto, el torrente que separa Asia de África, el Wadi el-Arish. ― Hasta el gran río Éufrates. El Éufrates, uno de los ríos más grandes de Asia occidental, nace en Armenia, atraviesa Babilonia y se une al Tigris antes de desembocar en el Golfo Pérsico. Sus aguas son turbias, pero tienen un sabor agradable una vez purificadas. En las Escrituras, al Éufrates se le suele llamar simplemente «el gran río», sin mencionar su nombre propio.
15.19 Los cineastas, Eran una tribu que habitaba el sureste de Canaán. En tiempos de Saúl, se mezclaron con los amalecitas. Otros vivían como nómadas en el norte de Palestina durante la época de los Jueces. Algunos se asentaban en ciudades.
16.2 Aunque contraria a la institución original del matrimonio (véase Génesis 2:24), la pluralidad de esposas, en virtud de una dispensación especial de Dios, fue permitida a los patriarcas; y parece que continuó durante la Ley Mosaica: pero Jesucristo restauró el matrimonio a su institución original (véase Mateo, (Capítulo 19).
16.7 El camino de Sur. Véase Éxodo, nota 15.22.
16.10 Multiplicando, multiplicaré ; Hebraísmo, para Multiplicaré infinitamente.
16.11 Ismael significa Dios escuchó O otorgada.
16.14 Véase Génesis 24:62. Barad, en el camino a Beersheba en Egipto, probablemente estaba al norte de Jebel Helâl; Cadès al este; El Pozo de los Vivos Probablemente se trate del actual Ain Mouwailich.
17.4 Ver Eclesiástico 44:20; Romanos 4:17.
17.5 Abram significa padre de elevación, y Abrahán, padre de multitud.
17.6 San Pablo demuestra que estas promesas conciernen propiamente a los hijos de Abraham, según el espíritu, que imitan la fe y la obediencia del patriarca. Véase Romanos 4:11-12; 9:7-8; Gálatas 3:14 y siguientes.
17.9 Ver Hechos de los Apóstoles, 7, 8.
17.10 La circuncisión, que tenía como fin distinguir externamente al pueblo judío de los demás pueblos, era también una prefiguración del bautismo, que nos purificaría del pecado original y nos introduciría así en el segundo pacto, representado por el primer pacto que Dios hizo con Abraham. Esta circuncisión era, además, una prefiguración de otra circuncisión, interna y espiritual; es decir, la supresión de todos los placeres y pasiones desenfrenados.
17.11 Véase Levítico 12:3; Lucas 2:21; Romanos 4:11.
17.15 Sarai significa noble, princesa y Sara, fértil.
17.19 Véase Génesis 18:10; 21:2.
18.1 Véase Hebreos 13:2.
18.2 Tres hombres ; Es decir, como lo demuestra la propia narración, Dios y dos ángeles en forma humana. Y se postró ; literalmente : Y le encantó. El verbo culto En las Escrituras, la palabra se usa a menudo para denotar el simple acto de inclinarse, de postrarse. Compárese con Hebreos 11:21. El acto externo de adoración ofrecido a Dios no era diferente del homenaje de respeto mostrado a los hombres; la diferencia radicaba en el sentimiento interior.
18.3 En tus ojos, etc. Abraham habla aquí en singular, porque se dirige únicamente a uno de los tres personajes que le parecían más importantes: Señor (Adonai en hebreo) o mi señor (Adoni en hebreo).
18.6 Tres medidas, lit. 3 sea, de cada una 13 litros; según otras, solo 7 litros.
18.10 En ese mismo momento ; lit. esta vez estando vivo, cuando volverá a la vida. Vulgata: Volveré a ti en este mismo momento, tú que vives… Cuando Sara oyó esto, se rió tras la puerta de la tienda. Véase Génesis 17:19; 21:1; Romanos 9:9.
18.12 Véase 1 Pedro 3:6.
18.18 Véase Génesis 12:3; 22:18.
18.22 Y se marcharon. Los dos ángeles que acompañaban a Dios van a Sodoma; pero Dios, aún en forma de hombre, se queda solo con Abraham.
19.1 ángeles más precisamente enviado cf. 18, 2 Véase Hebreos, 13, 2. ― Y se postró ; literalmente : Y le encantaba.. ― En SodomaVéase Génesis, nota 13.10.
19.3 Pan ázimo ; Es decir, panes o pasteles elaborados sin levadura.
19.8 Lot sacrifica erróneamente sus deberes como padre a los de’hospitalidad. Su conciencia se nubló en el ambiente corrupto en el que vivía, o mejor dicho, como dice San Agustín, traumatizado por la amenaza de violación en grupo por parte de homosexuales a sus anfitriones, ya no sabe lo que dice.
19.9 Véase 2 Pedro 2:8.
19.11 Véase Sabiduría, 19, 16.
19.17 Ver Sabiduría 10:6. Tu alma Es decir, tu vida, tu persona. Compárese con Génesis 9:5.
19.22 Ver Sabiduría 10:6. Ségor, en hebreo Tsohar, significa pequeño. ― Este Ségor debía de ser diferente del de en Génesis, 13, 10. Véase Génesis, 14, 2.
19.24 Véase Deuteronomio 29:23; Isaías 13:19; Jeremías 50:40; Ezequiel 16:49; Oseas 11:8; Amós 4:11; Lucas 17:28; Judas 1:7.
19.26 Una estela, dice la Septuaginta, una estatua. Véase Lucas 17:32.
19.27 Véase Génesis 18:1.
19.37-38 Ben-Ammi es decir, hijo de mi pueblo, de mi raza, no, de sangre extranjera. Él es el padre, etc., se utiliza elípticamente para: Es el padre de los moabitas y los amonitas, que aún existen hoy en día.. Moab Es decir, descendiente del padre de su madre.
20.1 En Gerara, hoy Khirbet-el-Gera, al sur de Gaza. Cadès, al sur de Canaán, en el desierto de Sin, estaba en la frontera de Idumea.
20.2 Esa es mi hermanaVéase el versículo 12 y compárese con Génesis 12:13.
20.7 Morirás de muerte ; Hebraísmo, para Inevitablemente morirás.
20.12 Véase Génesis 12:13.
20.13 Véase Génesis 21:23. Aquí, excepcionalmente, Elohim es seguido por el verbo hebreo en plural.
20.17 Siervas, en hebreo amahoth, concubinas del rey, cf. 1 Samuel 25:41
21.1 Véase Génesis 17:19; 18:10.
21.2 Véase Gálatas 4:23; Hebreos 11:11.
21.4 Véase Génesis 17:10; Mateo 1:2.
21.6 Parece que tenemos aquí una canción corta, o un fragmento de una canción, similar a los himnos de Ana (1 Samuel 2:1 ss.) y de la Santísima Virgen María. Casado (Lucas 1, 47 sv.)
21.10 Véase Gálatas 4:30.
21.12 Véase Romanos 9:7; Hebreos 11:18.
21.14 San Pablo nos revela el significado misterioso que se esconde en las acciones de Abraham cuando dice que Sara representaba a la Iglesia, y Agar a la sinagoga; Ismael a los judíos incrédulos; Isaac a los fieles, circuncidados o incircuncisos. Véase Romanos 9:7-8; Gálatas 4:24 y siguientes. Bersabée, ahora Bir es-Seba, en el Wadi Seba, al sur de Hebrón, en el camino a Egipto, más tarde se convirtió en la frontera sur de Palestina.
21.17 Dios escuchó: alusión al nombre de Ismael, es decir, Dios escucha, comp. 17, 20
21.19 Un pozo de agua. Este pozo o manantial estaría en el Wadi Murveiléh.
21.22 filo, título del ministro del rey, general de sus ejércitos.
21.23 Véase Génesis 20:13.
21.32 Para el pozo. El texto sagrado también puede significar Delante, cerca del pozo.
21.33 En sus inicios, estas arboledas servían como oratorios para el culto ofrecido al Señor. Desde entonces, los idólatras han buscado lugares elevados para plantar arboledas sagradas, que generalmente les servían de templos.
22.1 Véase Judit, 8, 22; Hebreos, 11, 17.
22.2 Como señor supremo de la vida y la muerte, Dios tenía derecho a exigir a Abraham el sacrificio de su hijo; pero el acontecimiento mismo demuestra que solo deseaba probar y demostrar la fe y la sumisión del santo patriarca, para recompensarlo de una manera digna de su poder infinito; es decir, no solo mediante la conquista de los hebreos sobre los cananeos, moabitas y amonitas, sino también mediante la de la Iglesia cristiana sobre todos los países del mundo que se han sometido a Jesucristo, de quien Isaac no era sino una prefiguración. En una de las montañas, ...ese monte Moriah, donde posteriormente se construyó el Templo de Jerusalén según una tradición muy extendida. Véase 2 Samuel, nota 24.16.
22.10 Véase Santiago 2:21.
22.16 Véase Salmos 104:9; Eclesiástico 44:21; 1 Macabeos 2:52; Lucas 1:73; Hebreos 6:13, 17.
22.17 Las puertas, etc.; Hebraísmo, para las ciudades de sus enemigos.
22.18 Ver Génesis 12:3; 18:18; 26:4; Eclesiástico 44:25; Hechos de los Apóstoles, 3, 25. ― Esta profecía tuvo su perfecto cumplimiento en Jesucristo, quien fue la bendición de todos los pueblos de la tierra.
23.2 Arbeah, HebrónVéase Génesis 13:18.
23.3 Los hijos de Heth ; los hititas, descendientes de Het, hijo de Canaán. Compárese con Génesis 10:15.
23.6 Un príncipe de Dios ; es decir, enviado por Dios, o quizás mejor dicho, por un príncipe muy grande; pues, en las Escrituras, la palabra Dios Se utiliza muy a menudo para expresar el superlativo más alto.
23,7; 23,12 Se postró ; literalmente adorarVéase Génesis 18:2.
23.9 La cueva doble. Esta cueva se llama Makpelah en hebreo. La cueva de Makpelah fue descrita por el viajero judío Benjamín de Tudela, quien la visitó en el siglo XII.mi siglo. Entramos en una primera cueva donde no vemos nada. Luego descendemos a una segunda, que también está vacía. Finalmente, entramos en una tercera donde hay seis tumbas que, según las inscripciones, son las de Abraham, Isaac y Jacob, Sara, Rebeca y Lea. Benjamín también vio allí una gran cantidad de barriles llenos de huesos de antiguos israelitas que habían sido llevados allí como muestra de devoción.
23.19 Véase Génesis 35:27.
24.2 Véase Génesis 47:29. Coloca la mano, etc. Esta práctica, según varios Padres de la Iglesia, contiene un significado misterioso que es un juramento hecho en nombre del Mesías, que habría de nacer de Abraham.
24.7 Véase Génesis 12:7; 13:15; 15:18; 26:3.
24.10 Mesopotamia, una región situada entre los ríos Tigris y Éufrates, y entre los ríos Éufrates y Chabur.
24.60 Las puertas de sus enemigosVéase Génesis 22:17.
24.62 Véase Génesis 16:14. En la tierra del sur, en el sur de Palestina.
25.1 Véase 1 Crónicas, 1, 32.
25.9 En la cueva dobleVéase Génesis, nota 23.9.
25.13 Véase 1 Crónicas 1:29. Según sus nombres y generaciones Es decir, según los nombres de sus generaciones. Compárese con Génesis 3:16.
25.18 Hasta On. Ver éxodo, nota 15.22 Los descendientes de Ismael o los beduinos nómadas habitaban desde Arabia Pétrea hasta el Éufrates y a lo largo de la orilla occidental del Éufrates subiendo hacia el norte hasta frente a Asiria.
25.23 Véase Romanos 9, 10.
25.25 Véase Oseas 12:3; Mateo 1:2.
25.30 Véase Abdías 1:1; Hebreos 12:16.
26.1 Abimelec, rey de los filisteos, rey de Gerara (véase Génesis, (nota 20.1), en el país que más tarde perteneció a los filisteos.
26.3 Véase Génesis 12:7; 15:18.
26.4 Véase Génesis 12:3; 18:18; 28:14. Y serán bendecidos, etc. Compárese con Génesis 22:18.
26.7 Isaac y Rebeca descendían de Taré, abuelo de Isaac y bisabuelo de Rebeca. Véase la palabra hermanaGénesis, nota 12.13.
26.20-23 Calumnias, enemistades, Rehoboth. En hebreo, Sitna, Esek, Rehobot. Rehoboth Se encuentra en el Wadi Ruheibeh. A la izquierda del Wadi Ruheibeh, hay un pequeño valle llamado Sutnet er Ruheibeh, donde se ha conservado el nombre de Sitnah.
26.23 BersabéeVéase Génesis 21:14.
26.26 filo, ese es el título del ministro del rey.
26.33 BersabéeVéase Génesis, nota 21.33.
26.35 Véase Génesis 27:46.
27.9 Dos de los mejores cabritos. Ver 1 Samuel, nota 16.20.
27.27 El olor de un campo. Las plantas del este son muy aromáticas, y en primavera los campos de Palestina se cubren completamente de flores.
27.29 Se postran ante ; literalmente : Te adoranVéase Génesis 18:2.
27.36 Véase Génesis 25:34.
27.39 Véase Hebreos 11:20.
27.41 Véase Abdías, 1, 10.
27.46 Véase Génesis 26:35. Jacob fue a Mesopotamia por dos razones: primero, para escapar de la ira de su hermano Esaú, y segundo, para casarse con una mujer de su misma raza. Rebeca, naturalmente, solo le mencionó la segunda razón a Isaac, omitiendo la primera.
28.5 Véase Oseas, 12, 12.
28.10 Bersabée. Ver Génesis, nota 21.14 ― Hacia Haran. Ver Génesis, nota 11.31-32.
28.13 Véase Génesis 35:1; 48:3.
28.14 Véase Génesis 26:4; Deuteronomio 12:20; 19:8. En ti y en tus descendientes. La partícula Y Aquí es meramente explicativo; por lo tanto, su significado es: En ti, es decir en tu posteridadEste tipo de hebraísmo, además de no ser raro en la Escritura, está confirmado por dos pasajes (ver Génesis 22:18; 26:4) que contienen la misma profecía, y en los que se usa la expresión en ti No se expresa. En cuanto al significado de esta predicción divina, compárese con Génesis 22:18.
28.18 Véase Génesis 31:13.
28.19 Capilla para marinos. Ver Génesis, nota 12.8.
29.1 En la tierra del este, El texto original, «Hijos del Este», se refiere a la tierra habitada por nómadas, concretamente a Mesopotamia. Hay árabes nómadas en las cercanías de Harán.
29.8 La piedra en la boca del pozo. En el este, la boca del pozo suele estar a nivel del suelo y está bloqueada con una piedra que debe retirarse para poder extraer agua.
29.23-24 Según la antigua costumbre, el nuevo esposo dormía en una habitación, y su esposa era llevada ante él cubierta con un velo. De este modo, a Labán le resultó muy fácil engañar a Jacob sustituyendo a Raquel por Lea.
29.30 Amar del segundo al primero, se usa elípticamente para significar: Amar desde el segundo hasta amar del primero.
29.35 Véase Mateo 1:2.
30.3 En aquellos primeros tiempos, la costumbre era recibir a los recién nacidos en el regazo, no en brazos. Compárese con Trabajo, 3, 12.
30.14 Mandrágoras, Es una planta de la familia de las solanáceas, estrechamente emparentada con la belladona. Posee una raíz larga, gruesa y fusiforme, a veces dividida en dos puntas bifurcadas, lo que ha llevado a que se la compare en ocasiones con un hombre y en otras con una mujer.
30.33 Mañana ; Hebraísmo, para Un día, en el futuro. ― Cuando llega el momento, etc. En otras palabras: Y mi justicia responderá por mí ante ti.. Este tipo de inversión era común entre los hebreos. Cuando llegue el momento del acuerdo ; Es decir, cuando llegue el momento de ejecutar el acuerdo al que hemos llegado.
30.37 y siguientes La prodigiosa multiplicación de los rebaños moteados de Jacob no ocurrió sin la ayuda de un milagro; el propio Jacob lo reconoció. Véase Génesis 31:9-10, 14, 16. En cuanto a la artimaña del patriarca, no puede considerarse reprensible si se considera la injusticia que Labán cometió contra él. Por lo tanto, no sorprende que Dios mismo se la revelara (véase Génesis 31:10-13).
31.2; 31.5 Como ayer y anteayer ; Hebraísmo, para como antes.
31.9 Dios tomó lo que pertenecía a tu padre y me lo dio a mí.. Lo mismo se repite en el versículo 16. En el capítulo anterior, la riqueza de Jacob se atribuye a su habilidad y arduo trabajo. El versículo 42 de este capítulo nos muestra cómo todo encaja: Si Dios no me hubiera protegido, quizá me habrías despedido desnuda, pero Dios me protegió., es decir Bendita sea mi obra.
31.13 Capilla para marinosVéase Génesis 13:8.
31.21 Hacia la montaña de Galaad, ubicado al este del Jordán, al norte del Jacobo. Véase la introducción al libro de Josué.
31.29 Véase Génesis 48:16.
31.46 Por la expresión sus hermanos, Probablemente necesitemos escuchar a las personas de su séquito y a quienes acompañaron a Labán.
31.47 Labán habla siríaco o arameo; Jacob habla hebreo.
31.53 Por miedo ; es decir, por el Dios que es objeto de temor.
31.54 Come pan, En hebreo, simplemente significa comer, tomar una comidaComparar con Génesis 3:19.
32.1 Véase Génesis 48:16.
32.2 Mahanaim, al este del Jordán, al norte del Jacobo.
32.3 Seir, Edom, Idumea. Véase Marcos, nota 3.8. ― Esaú aún no se había establecido definitivamente en Idumea (véase más adelante, Génesis, 36, 6), pero vivía allí como nómada, para pastorear sus rebaños, y más tarde conquistó el país.
32.22 El vado de Jacob. Jacob, en la margen izquierda del Jordán, se llama hoy Wadi Zerka, el azul, Debido al color de sus aguas, desemboca en el río Jordán entre el mar de Galilea y el mar Muerto, más cerca de este último. Su nacimiento se encuentra al este de la meseta de Galaad. Cerca de su desembocadura, nunca se seca y, en invierno, a menudo es imposible vadearlo.
32.24 Un hombre ; el profeta Oseas (12:4) le da el nombre de’ángel.
32.28 Ya no te llamaremos., etc., es decir: Ya no se te llamará solo Jacob, también te llamarán Israel. Este último nombre se dio más particularmente a sus descendientes, ya que solo se les conocía con el nombre de israelitas.
32.30 Como ya se ha señalado varias veces, por la palabra alma Los hebreos a menudo oían persona, L'’individual Aun así. Dado que antiguamente se creía que era imposible ver a Dios o a un ángel sin morir, algunos exégetas suponen que el significado de este pasaje es: «Vi al Señor, y sin embargo no morí»; pero es más natural creer que Jacob quiso decir con esto que Dios lo había librado del miedo extremo que sentía por su hermano Esaú, a quien luego fue a su encuentro con mayor confianza. Phanuel probablemente fue entre Djebel Adjloun y Djebel Djeloud.
33.3 Se postró ; literalmente : adorarVéase Génesis 18:2.
33.11 Bendición. Se les llamaba regalos porque solían ir acompañados de bendiciones tanto de quienes los recibían como de quienes los daban.
33.17 Socot, En la margen izquierda del río Jordán, en el valle, probablemente al sur de la región jacobita. Esta localidad perteneció posteriormente a la tribu de Gad.
33.18 Un Salem, aldea cercana a Siquem, según algunos; sustantivo común, que significa, según otros, que Jacob llegó a Siquem sin incidentes.
33.19 Compró una parte del campo. Ver Juan, nota 4.5-6.
34.7 Contra Israel ; es decir, contra Jacob, que acaba de ser nombrado Israel, ver Génesis, 32, 28.
34.20 La puerta de la ciudad era el lugar donde se celebraban las asambleas populares.
34.25 Véase Génesis 49:6.
35.1 Véase Génesis 28:13. Capilla para marinosVéase Génesis 12:8.
35.4 Siquem. Ver Génesis, nota 12.6.
35.5 El terror de Dios Es decir, el terror que Dios inspiró; o el mayor terror. Compárese con Génesis 23:6.
35.7 Véase Génesis 28:13.
35.10 Véase Génesis 32:28. — Aquí Dios renueva a Jacob el nombre deIsrael, que ya había recibido. Compárese con Génesis 32:18.
35.19 Ephrata es Belén. Ver Mateo, nota 2.1. Todavía podemos ver en el camino de Jerusalén a Belén el sepulcro llamado de Raquel, que probablemente marca el lugar de su entierro, aunque el monumento no es el que Jacob había erigido.
35.20 Véase Génesis 48:7.
35.22 Véase Génesis, 49, 4.
35.27 Hebrón. Ver Génesis, nota 13.18.
36.2 Las esposas de Esaú tienen nombres diferentes (véase Génesis 26:34). No era raro entre los hebreos que una misma persona tuviera varios nombres.
36.4 Véase 1 Crónicas, 1, 35.
36.6 Se fue a otro país., en las montañas de Seir. Ver Génesis, nota 32.8.
36.7 Véase Génesis 13:6.
36.8 Ver Josué, 24, 4.
36.10 Véase 1 Crónicas 1:35. — La palabra hijo a menudo incluye, en las Escrituras, el nietos, EL descendientes. ― Su esposa, es decir, la esposa de Esaú.
36.20 Véase 1 Crónicas 1:38. Horreano. Esa es la palabra que fue escrita. Chorreen, ver Génesis, 14, 6.
36.31 Antes de que los hijos de Israel tuvieran un reyDado que los israelitas no tuvieron reyes hasta varios siglos después de la muerte de Moisés, algunos críticos sugieren que estas palabras fueron añadidas al texto por una mano posterior. Pero esta suposición parece infundada; pues, sin afirmar absolutamente que Moisés hizo esta observación con espíritu profético, es innegable que no vio el cumplimiento en su época de la promesa divina hecha a Abraham, Isaac y Jacob (véase Génesis 17:6, 16; 35:11), de que los reyes vendrían de su linaje. Además, ¿no podría haber usado la palabra «rey» aquí en el sentido vago y general de...? jefe, gobernador, tal como se toma, véase Jueces 17:6; Salmos 118:46, etc., y tal como se le da, véase Deuteronomio, 33, 5, y por consiguiente significa que los idumeos tuvieron reyes antes de que los israelitas formaran un pueblo y se tuvieran a sí mismos como su líder?
36.33 Bosra, Bosra, ciudad de Idumea (distinta de otra Bosra situada en la región de Moab), hoy El-Buseireh, en el distrito de Jebal. Bosra fue durante un tiempo la capital de Idumea. Sus ruinas se pueden visitar a dos horas y cuarenta y cinco minutos a pie al sur de Tufileh.
36.40 Según sus familiasetc., es decir, según los nombres de sus familias y sus viviendas. Compárese con Génesis 3:16 y 25:13.
37.12 En Siquem. Ver Génesis, nota 12.6.
37.14 Desde el valle de Hebrón. Ver General. 13, 18.
37.17 Dothain, al sur de Engannim, ahora Jenin, a la salida de la llanura de Esdraelón, en el camino que conduce desde Damasco al sur de Palestina y Egipto.
37.20 En una vieja cisterna. En Dothain hay muchas cisternas excavadas en la roca, y como tienen forma de botella con una abertura estrecha, era imposible que alguien que estuviera prisionero dentro pudiera salir.
37.22 Véase Génesis 42:22. Su alma Es decir, a él. Véase Génesis 18:2.
37.25 Véase, para la expresión de comer panGénesis, 31, 54. ― Todos los pueblos orientales buscan mucho los perfumes, pero en Egipto los consumían aún más que en ningún otro lugar para embalsamar a los muertos.
37.28 Ver Sabiduría 10:13. comerciantes madianitas. Dado que en el texto hebreo esta expresión no lleva el artículo definido, muchos exégetas asumen que estos madianitas eran parte de la caravana de ismaelitas mencionada en los versículos 25 y 27.
37.35 Por la palabra infierno (Hebreo Sheol), es necesario comprender, no el sepulcro, EL tumba (Hebreo Keber), pero este lugar subterráneo, que los hebreos consideraban la morada de las almas después de la muerte. Así, este pasaje proporciona una prueba irrefutable de la creencia judía en la supervivencia de las almas. — Multitud de pasajes muy claros establecen que, para los hebreos, el Seol era en efecto el lugar adonde iban las almas después de la muerte, y que, en esta morada, no se les privaba de la sensación ni de la vida. Según la información proporcionada por las Sagradas Escrituras, uno «desciende» a esta morada al final de esta vida presente. Se entra en ella, según las descripciones poéticas dadas en varios lugares, a través de una «puerta», que también se llama «la boca» y que puede «ensancharse inconmensurablemente». Se entra así en un lugar que es «muy profundo, oscuro y sombrío». Sin embargo, la mirada de Dios puede comprenderlo. Todas las almas llegan a la morada de los muertos: es el lugar de reunión asignado a toda la humanidad, «la casa destinada a todos los vivos». Seol designa a veces el lugar donde se reúnen los muertos en general, otras veces la morada de los justos y otras la de los impíos; o mejor dicho, adonde descienden todos los muertos. Además, es evidente que el nombre Seol, dado indistintamente a la morada de los justos y a la de los impíos en el Antiguo Testamento, no implica en absoluto que se les confundiera, ni mucho menos que sufrieran los mismos tormentos. Pero es cierto que las almas de los justos que se encontraban en el limbo no podían adquirir mérito allí, ni gozaban de la visión beatífica. Por eso se dice varias veces que no se puede glorificar a Dios en esta morada de los muertos.
37.36 Potifar, significa dedicado a Ra, el sol adorado como dios por los egipcios.
38.1 Odollam o Adulam, una ciudad que más tarde perteneció a la tribu de Judá y en cuyas cercanías hay muchas cuevas.
38.2 Véase 1 Crónicas, 2, 3.
38.4 Ver Números, 26, 19.
38.7 Ver Números, 26, 19.
38.9 Lleva el nombre de su hermano.. El primogénito recibió el nombre del hermano que había muerto sin descendencia; pero los demás hijos recibieron el nombre del hermano vivo que era su padre biológico.
38.13 Thamnas o Thamna, en las montañas que más tarde se llamaron las montañas de Judá.
38.17 Una cabra joven. Ver 1 Samuel, nota 16.20.
38.27 Véase Mateo 1:3.
38.30 Véase 1 Crónicas, 2, 4.
39.6 Y él lo sabía, Algunos atribuyen estas palabras a José; otros, más probablemente, al egipcio, de quien se acaba de decir que Dios lo había colmado de riquezas. Según esta interpretación, el significado de la frase es que Potifar había depositado tanta confianza en José que no tenía más preocupaciones que vivir cómodamente y que no le pedía más cuentas que las de sus gastos habituales; o bien que se había enriquecido tanto que desconocía por completo su riqueza y que, además, dependía de José hasta el punto de no tener otra preocupación que sentarse a comer.
39.20 Véase Salmos 104:18. En la prisión Desde Menfis o más bien desde Tanis, capital de los reyes pastores, reyes de origen extranjero que entonces dominaban el norte de Egipto.
40.9 Los escépticos han afirmado que, según Heródoto y Plutarco, los egipcios no tenían viñedos; pero el primero declara al comienzo de su historia que los habitantes de Tebas se jactaban de haber sido los primeros en conocer la vid; y el segundo admite que los reyes, al menos antes de Psamético, bebían vino. Diodoro Sículo también afirma, basándose en testimonios de los propios egipcios, que sus reyes consumían vino. Los monumentos egipcios atestiguan que la vid y el vino eran muy comunes en Egipto en tiempos de José.
40.11 Los textos jeroglíficos dicen que el jugo de las uvas se expresaba en copas.
41.1 faraón Probablemente se trate del rey pastor Atapi II, el más famoso de los reyes pastores que hace mucho tiempo tomaron el control de Egipto y que eran de origen semítico como José. En la ribera del río del Nilo, el único río de Egipto, al que este país debe toda su fertilidad y riqueza.
41.2 Siete vacas. La vaca era sagrada para la diosa egipcia Hathor, y a menudo se la representa acompañada de siete vacas.
41.14 Los egipcios jamás se dejaban crecer el cabello ni la barba, salvo en épocas de luto y aflicción; y siempre vestían ropas de lino muy limpias. Por consiguiente, no se habrían atrevido a presentar a José al rey sin antes haberle afeitado el pelo y la barba, y haberle despojado de sus viejas vestiduras y haberle dado otras adecuadas. Véase Heródoto, Libro II, capítulos 36 y 37.
41.40 Véase Salmos 104:21; 1 Macabeos 2:53; Hechos de los Apóstoles, 7, 10.
41.42 Un collar de oro. Era un tipo de condecoración que los reyes de Egipto otorgaban a hombres meritorios. Solía tener varios niveles. Se puede observar alrededor del cuello de casi todas las figuras egipcias cuyas estatuas o bajorrelieves conservamos.
41.45 Heliópolis o On, cerca de la actual aldea de Matariéh, no lejos de El Cairo.
41.50 Véase Génesis 46:20; 48:5.
42.6 Se postraron, etc.; literalmente: Me habría encantadoVéase Génesis 18:2.
42.20 Véase Génesis 43:5.
42.22 Véase Génesis 37:22.
42.38 InfiernoVea Génesis 37:35 para el verdadero significado de esta palabra.
43.5 Véase Génesis 42:20.
43.9 Véase Génesis 44:32.
43.11 Los perfumes eran muy apreciados y buscados en Egipto. Véase Génesis 37:25.
43.20 Véase Génesis 42:3.
43.25 Come panVéase Génesis 31:54 para el significado de esta expresión.
43,26; 43,28 Se postraronVéase Génesis 18:2.
43.31 Sirve el pan Es decir, preparar una comida. Compárese con Génesis 3:19; 31:54.
43.34 Prepararon una comida suntuosa, O se regocijó.
44,5; 44,15 La práctica de la adivinación mediante ventosas era común entre los pueblos de Oriente, y especialmente entre los egipcios (véase San Agustín, de la Ciudad de Dios, libro VII, capítulo 57). La traducción de la Vulgata, que parece ser la más fiel al texto hebreo y es también la de la Septuaginta, no nos permite, sin embargo, creer que José practicara la hechicería; pues, como señala Santo Tomás (2a 2ae, quaest. 195, art. 7), José y su mayordomo podrían haber hablado la lengua que Moisés les atribuye, porque los egipcios consideraban y proclamaban a José como muy hábil en el arte de la adivinación.
44.19 Véase Génesis 42:13.
44.23 Véase Génesis, 43, vv. 3, 5.
44.28 Véase Génesis, 37, vv. 20, 33.
44.29; 44.31 InfiernoVea Génesis 37:35 para el verdadero significado de esta palabra.
44.32 Véase Génesis 43:9.
45.4 Ver Hechos de los Apóstoles, 7, 13.
45.5 Véase Génesis 50:20.
45.10 La tierra de Gessen Se ubicaba entre el istmo de Suez y el brazo tanítico del Nilo. En tiempos de José, aún no constituía lo que se conoce como un nomo egipcio, sino que se encontraba fuera de las divisiones administrativas, en una región apta para la cría de rebaños.
45.18 Médula, hebreo gordo ; Es decir, las mejores producciones.
45.22 Trescientas piezas de plata ; es decir trescientos siclos.
46.1 En el Pozo del Juramento, en Beersheba. Ver Génesis, nota 21, 33.
46.4 Te tapará los ojos con las manos. ; Los cerrarán. La costumbre de cerrar los ojos del difunto es muy antigua entre los propios griegos. Solían ser los parientes o amigos más cercanos quienes realizaban este último rito.
46.5 Ver Hechos de los Apóstoles, 7, 15.
46.6 Ver Josué, 24, 4; Salmos, 104, 23; Isaías, 52, 4.
46.8 Véase Éxodo 1:2; 6:14; Números 26:5; 1 Crónicas 5:1, 3.
46.10 Véase Éxodo 6:15; 1 Crónicas 4:24.
46.11 Véase 1 Crónicas, 6, 1.
46.12 Véase 1 Crónicas, 2, 3; 4, 21.
46.13 Véase 1 Crónicas, 7, 1.
46.15 Todas las almas de sus hijos ; es decir, todos sus hijosetc. Comparar con Génesis 9:5.
46.17 Véase 1 Crónicas, 7, 30.
46.20 Véase Génesis, 41, 50.
46.21 Véase 1 Crónicas, 7, 6; 8, 1.
46.23 En las genealogías, los hebreos a veces usaban el plural en lugar del singular. Ejemplos de esta peculiaridad se pueden encontrar en autores latinos antiguos, ya sean oradores, poetas o historiadores.
46.26-27 EL setenta enumerados en el versículo 27, contienen, además de los sesenta y seis como se indica en el versículo 26, Jacob, José y sus dos hijos.
46.27 Véase Deuteronomio 10:22.
47.9 Su peregrinación. Llamó peregrinación a su vida errante en la tierra, porque tenía la sensación de su patria más allá. Quienes hablan así, dice san Pablo, indican que buscan su patria, pues si solo hubieran pensado en la que habían dejado, ciertamente habrían tenido tiempo de regresar a ella, pero deseaban una mejor, es decir, una celestial. Véase Hebreos, 11, 16.
47.11 Ramsés. La tierra de Gessen se menciona aquí anticipadamente como Ramsés, nombre con el que también se la conoció más tarde, cuando los hebreos construyeron allí la ciudad de ese nombre, durante el reinado de Ramsés II, su perseguidor. Véase éxodo, 1, 11.
47.29 Pon tu mano debajo de mi muslo.Véase Génesis, nota 24.2.
48.3 Véase Génesis 28:13.
48.5 Véase Génesis, 41, 50; Josué, 13, vv. 7, 29.
48.7 Efrata, BelénVéase Génesis, nota 35.19.
48.15 Véase Hebreos 11:21.
48.16 Véase Génesis 31:29; 32:2; Mateo 18:10. Ese es mi nombre, etc., es decir, llevan mi nombre.
48.17 La tribu de Efraín siempre fue una de las más grandes y poderosas de Israel. Los Padres de la Iglesia observaron que esta preferencia por el hijo menor sobre el mayor ilustra las ventajas que los cristianos tienen sobre los judíos.
48.22 Ver Josué, 15, 7; 16, 1; 24, 8. ― Del amorreo. Ver Génesis, 15, 16.
49.1 Véase Deuteronomio 33:6. Para poder anunciarte, etc., prueba que las bendiciones de Jacob son también profecías, y que él bendice a sus hijos no solo como padre, sino también como profeta. Los últimos días. Esta expresión señala tiempos futuros en las Escrituras, a veces más lejanos, a veces menos.
49.3 Mayor poder. Alusión a su derecho de nacimiento.
49.4 Véase 1 Crónicas 5:1. Porque subisteetc. Comparar con Génesis 35:22. Te extiendes como el agua. Rubén, en realidad, no disfrutó de su primogenitura. El principado y la dignidad mesiánica, el sacerdocio y la doble porción de la herencia, privilegios del hijo primogénito, fueron transferidos a Judá, Leví y José. Datán y Abiram, sus descendientes, intentaron en vano que se mantuvieran; véase Números, 16,1. Su tribu era insignificante.
49.5 Son hermanos Es decir, según el hebreo, son muy similares. Compárese con Génesis 34:30.
49.6 Véase Génesis 34:25. Hombre Y muro son sustantivos colectivos aquí, porque hombres, del paredes.
49.7 Ver Josué, 19, 1. ― Los dividiré en Jacob. Leví y Simeón estaban, en efecto, separados en Israel. Leví no tuvo participación en la división de la Tierra Prometida; solo poseía 48 ciudades dispersas. Simeón no prosperó; no recibió territorio separado, sino solo el árido Négueb, al sur de Palestina, y unas pocas ciudades dispersas dentro de la tribu de Judá.
49.8 La primera parte de esta profecía se refiere a la tribu de Judá, pero la última parte a Jesucristo, que descendió de Judá según la carne. Tus hermanos te alabarán. ; Judá significa para alquilar. Jacob adopta el nombre de Judá, como hará con la mayoría de sus hermanos, como una especie de presagio de su futuro destino.
49.9 Véase 1 Crónicas, 5, 2.
49.10 Véase Mateo 2:6; Juan 1:45. — Esta profecía se cumplió en los tiempos de Jesucristo, quien apareció cuando los judíos acababan de perder su autoridad soberana, y quien demostró con sus milagros que era el Mesías que Dios iba a enviar y a quien las naciones habían esperado.
49.11 Se adherirá a la enredadera., Una de las características más distintivas de la tribu de Judá eran sus viñedos. En Hebrón, Engadi y, sobre todo, en Belén, más que en ningún otro lugar de Palestina, las laderas estaban cubiertas de viñas, con torres de vigilancia y muros que sostenían las terrazas. Se utilizaban asnos para transportar la uva.
49.13 El territorio de Zabulón era la tierra situada entre el mar Mediterráneo, Sión o Fenicia, y el lago de Genesaret.
49.14-15 Isacar, satisfecho con la riqueza de su territorio, que incluía parte de la fértil llanura de Esdraelón, se hizo tributario de extranjeros para no perturbar su paz.
49.16 Dan juzgará, etc. Jacob alude al nombre Dan, que significa juez. Por lo tanto, quiere decir que si otra tribu provee jueces y gobernadores al pueblo de Israel, la tribu de Dan también gozará de este privilegio, aunque no sea numerosa, e incluso aunque el propio Dan deba su nacimiento a una de las criadas de su padre. Es cierto que Sansón, quien fue uno de los jueces de Israel, pertenecía a la tribu de Dan.
49.17 Un cerastus. El cerastes es una serpiente cornuda, de color tierra, que se esconde en surcos, de modo que puede morder fácilmente a los transeúntes. Esto significa que Dan compensará su falta de fuerza con astucia. De hecho, fue por sorpresa que capturó a Laish (véase). jueces, 18, 28-29.
49.18 Tu salvación ; Es decir, vuestro Mesías.
49.19 Delante de él ; Para delante de Dan. ― Atrás ; Situada en la frontera, expuesta a incursiones enemigas, sabrá defenderse.
49.20 La grasa es su pan. El territorio de Aser, que limitaba con Fenicia desde el monte Carmelo, era muy fértil y particularmente rico en trigo y aceite. La llanura de Acre, que le pertenecía, es quizá la que produce la vegetación más exuberante de Palestina y el trigo de mejor calidad.
49.21 Barac, de la tribu de Neftalí, tímido al principio como el ciervo, luego se distinguió por su valor, persiguiendo a los cananeos con la velocidad del ciervo, y después de la victoria sobre ellos, cantó con Débora un hermoso cántico (ver jueces, capítulos 4 y 5). ― El ciervo o la gacela es en las Escrituras el emblema del guerrero astuto y ágil.
49.22 Véase 1 Crónicas, 5, 1.
49.25 Bendiciones celestiales desde lo alto, bendiciones desde el abismo de abajoSiquem (véase Génesis, nota 12.6) era el centro de las posesiones de los hijos de José. La llanura en cuyo borde se construyó Siquem, la más amplia y hermosa de las montañas de Efraín, era un pequeño granero de abundancia, lleno de trigo, que cumplía plenamente estas bendiciones.
49.26 Las bendiciones de tu padre, etc.; es decir, a las bendiciones que te doy se añadirán las bendiciones que recibí de mis padres. Otros traducen del hebreo: Las bendiciones de tu padre superan O superará las bendiciones de sus padres. La Vulgata, al igual que el texto hebreo, utiliza el pretérito perfecto simple en lugar del futuro porque, en las predicciones y promesas proféticas, se considera que las cosas que se predicen y prometen ya se han cumplido. nazareno ; es decir separados, distantes de su padre, de su casa; según otros, dedicado a Dios; según otros, corona en la casa del faraón. En la corte de los reyes de Oriente, al primer oficial se le llama nazir, o un funcionario de la corona.
49.27 Por la noche, repartirá el botín.. Aunque la tribu de Benjamín era una de las más pequeñas, se encontraba entre las más poderosas, pues controlaba los pasos de montaña que conectaban su territorio con las llanuras adyacentes. San Pablo, quien convirtió a tantas naciones a la Iglesia, era benjamita.
49.29 En la cueva doble. Ver Génesis, nota 23.9.
49.30 Véase Génesis 23:17.
50.5 Véase Génesis 47:29.
50.7 Los ancianos, etc. (Vulg. senes, majores natu); es decir, los altos funcionarios de la corte del faraón y las figuras principales, la gente más importante de Egipto.
50.10 La zona de Atad, cuya ubicación se desconoce, estaba al este del Jordán según algunos, al oeste según otros.
50.11 Egipto está de luto, en hebreo: Abel-Misraïm.
50.13 Ver Hechos de los Apóstoles, 7, 16; 23, 16. ― En la cueva doble, en Makpelah. Ver Génesis, nota 23.9.
50.20 Véase Génesis 45:5.
50.21 Véase Génesis 47:12.
50.22 Véanse los números 32 y 39. Nacieron en el regazo de José.Véase Génesis 30:3.
50.23 Véase Hebreos 11:12.
50.24 Véase Éxodo 13:19; Josué, 24, 32. ― Llévate mis huesos. Esta orden se ejecutó. Ver Josué, nota 24.32.


